El Barça se explica con los goles: vence al Betis con autoridad y consolida el liderato en la Liga

El Barça de Flick, ahora y la pasada temporada, se explica para bien y para mal por los goles, excelente cuando tiene la pelota y ataca y vulnerable en el momento en que no la tiene y defiende, capaz de conceder un gol al inicio y dos más en los últimos minutos. El marcador fue un alivio para el Betis, sometido durante el grueso del encuentro, después de encajar cuatro tantos en media hora, tres de Ferran Torres y uno de Roony, un zurdo de 19 años, ya internacional sueco y con ficha del filial, que calzó estupendamente en la alineación de Flick.

El técnico cuadró una formación muy eficaz, sin Raphinha ni Lewandowski y con Lamine Yamal de media punta, el mejor portador posible de la zamarra con el 10, autor del 1-5. El impulso de la victoria ante el Atlético facilitó la remontada de un líder más autoritario en el juego que en el resultado ante un adversario que acudía embalado a la cita, con seis victorias y dos empates, expectante por revertir en La Cartuja su racha de malos resultados en las contiendas disputadas con el Barcelona en el Villamarín. Tampoco pudo cantar victoria en su estadio provisional porque fue desbordado por la energía colectiva del Barça y el talento de Pedri, referente del líder de la Liga.

Las rotaciones y las lesiones jugaron a favor de un futbolista sorpresa como Roony Bardghji, titular en el extremo derecho después de cinco partidos inédito, y propiciaron que Lamine Yamal actuara de tercer volante, por delante de Pedri y Eric García, asentado como mediocentro de la misma manera que en el puesto de central zurdo se mantenía Gerard Martín. Juegue quien juegue, el inicio de partido siempre es el mismo, porque los azulgrana ya suman cuatro partidos en los que conceden un gol, también en La Cartuja después que Koundé quedara enganchado en el momento de tirar la línea del fuera de juego y Antony rematara el centro desde la izquierda de Abde al que no llegó Fornals. El guion barcelonista asegura también últimamente —ante el Alavés y el Atlético de Madrid— que, con independencia de la alineación, el remonte está igualmente asegurado, firmado ante el Betis por Ferran Torres.

El delantero de Foios sumó dos goles más, hasta contar 11 en la Liga, después de atacar excelentemente los centros desde el costado derecho de Koundé y de Roony. El sueco y Lamine intercambiaban su posición de forma constante y natural para generar situaciones de superioridad en campo del Betis. La movilidad y calidad de Roony estaba presente en cada jugada y también en los tres primeros tantos, colaborador y asistente en dos y goleador en el 1-3, después de controlar un pase de Pedri, excelente en sus giros y pases, y chutar con la derecha al palo izquierdo de Álvaro Valles. Pedri intervino también en el 1-4 cuando habilitó el disparo de Ferran que se coló en la portería verdiblanca después que la pelota diera en Bartra. El Barça tomó el balón desde el 1-0 y ya no la soltó hasta el descanso ante el desespero del Betis, incapaz de detectar la asociación Lamine-Pedri-Roony.

La posesión y la efectividad —cinco tiros y cuatro goles— del Barça dejaron al Betis fuera de partido porque sin el esférico ni siquiera pudo denunciar la vulnerabilidad defensiva del equipo de Flick si se exceptúa el gol inicial de Antony. El partido continuó como si no hubiera habido media parte: el Barça atacaba sin parar y defendía como podía el Betis. El quinto gol llegó de penalti después de la mediación del Var por unas manos de Bartra, un exbarcelonista que cumplía 200 encuentros con el equipo verdiblanco, igual de inocuo después del cambio de Deossa por Altimira. Lamine Yamal transformó la pena máxima y puso el 1-5, el mismo marcador que se dio aquel 7 de octubre de 1995 en que la Quinta de Lo Pelat, la de Iván de la Peña, conquistó el Villamarín.

No se dio el mismo resultado porque el equipo de Flick reculó, el Betis apretó y la hinchada pudo cantar el 2-5 y el 3-5 y aspirar al 4-5. Los azulgrana se desenchufaron en cuanto empezaron a pensar en la importante cita del martes contra el Eintracht. Apareció entonces la versión sufrida del Barça. El mejor y el peor equipo en el mismo partido, con los goles de por medio, igual que el curso pasado, la marca ya de sobras conocida de Flick.