El Real Madrid se tuerce y enlaza en Elche su tercer partido sin ganar
Otra versión escasa de los blancos, que solo salvan el liderato, encalla ante un rival con mucha personalidad
Lo que pareció un rearme mental del Madrid con la victoria en el clásico ha derivado desde entonces en un equipo que ha perdido pulso y al que le cuesta horrores crear peligro. El conjunto de Xabi Alonso se ha torcido. En Elche se jugó durante una hora un partido dominado por la táctica y 30 minutos finales a las bravas, sin embargo, en ninguno de los dos escenarios fue capaz de imponerse ante un rival con mucha personalidad que tuvo respuestas para todo.
Los blancos todavía amarraron el liderato, pero su juego y los resultados delatan el bache en el que ha caído. Tercer partido seguido sin ganar, los tres fuera, y tercer encuentro en el que Kylian Mbappé acaba seco. Esta vez, en dos balones sueltos, todavía Huijsen y Bellingham pudieron anotar en un desenlace descamisado.
Xabi recuperó su versión más intervencionista en el once después de unas jornadas de perfil bajo. Vinicius empezó en el banquillo por primera vez desde su gran desplante al técnico ante el Barcelona, volvió la defensa de tres centrales con dos carrileros (incluido Trent Alexander-Arnold) que había quedado aparcada casi desde el Mundial de Clubes, y en el centro del campo no apareció ningún pivote de corte defensivo. Una apuesta que no tuvo resultados.
La noche se presentó como un duelo de pizarritas, dos entrenadores a los que les encanta mover peones y estrujar el tablero. Los dos conjuntos en presión alta, emparejados uno por uno y una salida de balón que se convertía en un thriller. Cada acción se desarrollaba en el precipicio de una pérdida que hubiera resultado fatal. Quizá anticipándose a este cuadro, Xabi tiró de Ceballos y Arda Güler, sin ningún escudo al lado, para tratar de romper líneas con el pase, y arriba con Rodrygo. Sin embargo, entre tanto tacticismo y tanta flecha, el más cómodo era el Elche, el equipo de autor de Eder Sarabia.
Tan osado como su entrenador, el conjunto local se plantó sobrado de carácter, presionaba arriba y se las arregló para ponerse dos veces frente a Courtois, otra vez el mejor de los blancos. La perdió Carreras y la pelota le cayó a Rafa Mir, que no acertó a sortear al belga. Mir, casi solo, también esperó un pase de Da Silva que nunca le llegó por falta de fuerza. Y la jirafa merengue volvió a aparecer para frustrar a Da Silva.
También las tuvo Mbappé, frenado por un gran Iñaki Peña con un paradón y en una contra en la que se le marchó largo el último autopase. Pero la música que mandaba en el Martínez Valero era del Elche. El Madrid no encontraba los caminos, cada ataque era un jeroglífico ante un rival bien puesto en el campo y muy trabajado durante la semana por más que llevara cinco partidos sin ganar.
No tardó mucho en trasladarse al marcador las sensaciones del juego. La larga cadena de pases que no era capaz de tejer el Madrid la logró el Elche. Un taconazo maravilloso de Germán Valera para Aleix Febas, que se deshizo de Trent, situó al canterano madridista delante de Courtois y se la coló al límite. Lo justo para desatar el gabinete de crisis en el banquillo madridista.
Cuatro cambios casi seguidos
La reacción de Xabi fue automática, tres cambios de una tacada: fuera Ceballos, Rodrygo y Fran García, y a escena Vinicius, Camavinga y Valverde. Y adiós a la zaga de tres centrales más dos carrileros. Y a los cinco minutos, más madera: Gonzalo García por Güler, un jugador que ha ido perdiendo impacto. Sobre todo, desde que parte de una posición más retrasada. Si en Liverpool y Vallecas se le acusó a Alonso de cierta parálisis para tomar decisiones que cambiaran el rumbo, esta vez metió el bisturí a fondo.
Quedaba una larga media hora para que el Madrid encontrara el juego, pero eso no ocurrió. Álvaro Núñez cortó un pase de la muerte de Vini a Mbappé, y un rechace del Elche acabó en el larguero. El partido se rompió y se convirtió en una correcalles. Al garete la pizarra. Se suponía que aquello tenía que beneficiar al Madrid, pero ¿quién dijo miedo en el Elche? ¿Al ataque? Pues al ataque. El encuentro se desorganizó y el que la cazó fue Álvaro Rodríguez, un ex del Madrid, que se lanzó a una jugada personal, rodeado de defensores poco celosos, recortó a Asencio y sorprendió a Courtois.
Todavía pescó el empate Bellingham y en el 94 a Gonzalo le faltó medio pie ante la desesperación de Xabi para el tercero. Hasta ahí llegó otro Madrid corto. “Es fútbol”, sentenció Alonso.