Haaland y Nico relanzan al Manchester City, que ya es segundo en la Premier

Empezó el domingo octavo y lo acabó segundo el Manchester City, que sumó los puntos (3-1) y desbancó al Bournemouth, el equipo más intrépido de la Premier, guiado como está por la fe de su entrenador Andoni Iraola que envía a su equipo a campo contrario para acelerar los corazones de los jugadores rivales, que juegan siempre con el aliento de un oponente encima. En el Etihad se presentó para defender una segunda posición en la tabla, una heroicidad si se considera que hasta hace diez años no habían logrado estrenarse en la máxima categoría del fútbol inglés. No tiene la heráldica propia de la nobleza del fútbol de las islas, pero pocos a día de hoy juegan con más valentía, incluso a veces con mayor temeridad. No le va mal. Hasta esta jornada apenas le había ganado el Liverpool en el partido que abrió el campeonato. De agosto a noviembre el Bournemouth se ha ganado el respeto de todos porque además no sólo madura su idea futbolística en el tercer año con el técnico vasco sino que ha sabido moverse en el mercado para vender caro (ingresó 170 millones de euros por tres de sus zagueros del curso pasado) y reinvertir en futbolistas jóvenes y talentosos que dentro de poco seguirán alimentando esa rueda.

Uno de ellos es Eli Kroupi, el máximo goleador de la segunda división francesa el curso pasado, campeón allí con el Lorient cuando ya estaba cedido a su club de procedencia por el Bournemouth que pagó 20 millones de euros por su ficha. Le comparan con Mbappé, pero obviamente aún le falta. En la casa del City se presentó en el primer minuto de partido con un gol que se anuló por fuera de juego. Fue un primer aviso para los chicos de Guardiola, que lo pasaron mal en el primer cuarto de hora, incómodos por el exuberante despliegue de su rival. Hasta que el City encontró una ganzúa para abrir el candado que le tenía encerrado en su campo.

La jugada la abrió Nico González, que hizo un partido excelente en la cabeza del área del City. Ya está de vuelta tras su lesión muscular Rodri, que empezó en el banquillo y disfrutó de unos minutos para recuperar sensaciones. Pero el mediocentro coruñés es un recambio de garantías para el Balón de Oro. El hijo de Fran aportó presencia y criterio con balón, valores decisivos en una liza que no concedía ni mucho tiempo ni demasiado espacio. Nico tuvo siempre la brújula del partido y apenas superado el cuarto de hora la consultó para encontrar una salida de la presión plena de clase para encontrar a Cherki, que disfrutaba de su primera titularidad desde que entró en el once que cayó en el Tottenham en la segunda jornada. Apenas tuvo que tocar de cabeza en su propio campo el balón que le envió Nico para abrirle un latifundio a Haaland. Porque el Bournemouth jugó la primera parte sin red, volcado en campo contrario, sin miedo al éxito, pero vecino al fracaso porque hay situaciones que el ariete noruego explota como nadie. Y en correr cincuenta metros para encarar al meta rival y batirle es un maestro porque pocos zagueros en el mundo le pueden superar al galope, por más que él lleve la pelota en los pies y los perseguidores cabalguen sin ella.

El primer golpe de Haaland le dolió a los chicos de Iraola, porque además se mostró de manera muy nítida una vía muy evidente para hacerles daño. Se rebelaron, porque si algo es el Bournemouth es un equipo rebelde, empataron tras un córner en el que Donnarumma erró en la salida y Adams empató apenas ocho minutos después del tanto de Haaland, pero todo se les derrumbó de nuevo en otro toque de Cherki y un nuevo sprint del astro noruego para firmar su decimotercer gol en diez jornadas e igualar a Mbappé en la carrera por la Bota de Oro. Ahí ya perdió el dictado el Bournemouth, que pudo ser ejecutado en varias ocasiones antes de que el lateral O’Reilly le sentenciase a la hora de partido tras conectar Cherki y Foden, al que Guardiola le lanzó unos besos de felicitación.

No hubo rendición visitante. Iraola acumuló hombres de ataque en el campo, pero matizó tras el descanso la altura de la presión. Tampoco las piernas eran en la segunda parte las mismas que cuando se abrió la tarde. No cesó el ida y vuelta en un partido exigente para todos, agonístico hasta para el espectador y que deja al City segundo a seis puntos del líder Arsenal, que afronta ahora un complicado calendario con Sunderland, Tottenham y Chelsea como rivales. A siete se queda, cuarto, el Bournemouth.