La España de Pedri y Lamine no tiene piedad con Bulgaria
La Roja joven y alegre golea con autoridad en su primer paso hacia el próximo Mundial 2026
España no tiene piedad con Bulgaria. Campeón de Europa, Luis de la Fuente y sus muchachos se pasearon en Sofía en el primer partido de clasificación rumbo al Mundial de 2026: 0-3, con goles de Oyarzabal, Cucurella y Mikel Merino. La Roja no quiere relajarse, mientras De la Fuente comienza a buscar nuevos automatismos: un reto para el futuro, pero con la mirada en el pasado; siempre fiel a su estilo, mande Rodri y Carvajal o Pedri y Lamine Yamal.
Aunque la presencia de Rodri y Carvajal invitaba a De la Fuente a mirar, sobre todo, a respetar el pasado de sus futbolistas, el técnico apostó por el presente. Pedro Porro saltó al campo en lugar del lateral del Madrid, mientras que para reemplazar al jugador del Manchester City, último ganador del Balón de Oro, el seleccionador mandó al campo a su relevo natural: Zubimendi. Porro no termina de acertar; Zubimendi, sí. Y no es nuevo. El nuevo jugador del Arsenal recordó esas pequeñas sociedades que se gestan en el fútbol y asistió a Oyarzabal, su excompañero en la Real Sociedad, para que España comenzara a borrar cualquier intento de Bulgaria de forjar confianza en Sofía a partir de una defensa dura, arrinconada en su área.
También acertó en escuchar a Pedri. Desde que Hansi Flick le retrasó la posición en el Barcelona, el canario explica, cada vez que puede, lo cómodo que se siente en su nueva demarcación, más cerca de la defensa, con todo el campo de cara, siempre con el fútbol en la cabeza. De la Fuente, que insistía en que veía a Pedri cerca del área, con Fabián de regreso en París por problemas musculares, colocó al 20 en la medular con Zubimendi, una dupla que ya había funcionado en la semifinal de la Nations League frente a Francia. En aquella ocasión, sin embargo, había sido un cambio durante el partido, justamente por un enroque con Mikel Merino, este jueves mediapunta en Sofía.
Pedri manejó el fútbol de la Roja, como Merino impactó en el área, goleador después de pescar de cabeza un saque de esquina de Lamine Yamal. No descansaba España en su idea: se instaló en el campo de Bulgaria, mientras apostaba por la velocidad para mover el balón y encontrarle las costuras a una selección sin figuras ni rebeldía, lejos de su etapa dorada, cuando mandaba Hristo Stoichkov, anfitrión del duelo, entregado al carisma y, por supuesto, al talento de Lamine Yamal. “Va a ganar el Balón de Oro cuando quiera”.
Pero Lamine, que anda con la gala de París entre ceja y ceja, no olvidó que el año que viene hay Mundial. Y el 19, que podía ser uno de los distraídos en la a priori asequible cita de la Roja en Bulgaria, entendió el mensaje de De la Fuente: nada de confiarse, ni siquiera después de que la selección búlgara no ganara un duelo desde noviembre pasado, cuando derrotó a Luxemburgo por 0-1.
Lamine Yamal estaba activo en Sofía, tan insistente como fino en el regate, e igual de insistente pero vacío de puntería en el disparo. No le hizo falta a España, en cualquier caso, el poder goleador de Lamine.
Cucurella se estrenó como artillero en la absoluta, además de contar con la presencia de Merino para dominar las áreas y, por supuesto, con el delantero de moda en la Roja: Oyarzabal, presente —como goleador o como asistente— en los últimos cuatro partidos, clave en el once desde que se ganó un lugar en la historia de España en la Eurocopa de Alemania.
Oyarzabal no solo es un futbolista que se ha curtido bajo el ala de De la Fuente en la Rojita, sino que representa al jugador sacrificado que le gusta al técnico, sobre todo cuando una de las bandas la ocupa Lamine Yamal, activo para atacar, perezoso para retroceder. Un problema que se potencia cuando en el campo le cuida la espalda Pedro Porro, falto de contundencia para frenar a Kirilov en la única jugada de Bulgaria que puso en alerta a Unai Simón.
La aventura de Porro duró hasta que De la Fuente mandó al campo a Carvajal. Era el momento para que España enseñara presente y futuro con la madurez insólita de Huijsen, de fútbol con Pedri y Zubimendi, de talento con Lamine y Nico y de gol con Oyarzabal; también tiene a su pasado y presente con Rodri y Carvajal. En definitiva, la España que conquistó Europa en Alemania sigue viva en la búsqueda de tocar el techo del mundo en Estados Unidos.