Brahim Díaz: “En cualquier momento te la podemos liar”

El hispano-marroquí, que se apunta un gran gol, es señalado por Carlo Ancelotti como el mejor del Madrid junto a Rodrygo

Brahim Díaz (derecha) regatea a Giménez (izquierda) para conseguir el segundo gol del Madrid ante el Atlético.Foto: JUANJO MARTIN (EFE) | Vídeo: EPV

La noche se había puesto espesa para el Madrid, el Atlético empezaba a hacer caldo con la inestabilidad de los blancos y el público local se movía inquieto en la grada. Un manto viscoso comenzaba a extenderse por la Castellana cuando el cuerpo menudo de Brahim Díaz desmontó la potente coraza de José María Giménez en el 2-1. No pareció casualidad que los pies finos del hispano-marroquí y Rodrygo protagonizaran los goles blancos. “El equipo ha corrido y trabajado, y ellos dos han marcado la diferencia. Han sido los mejores”, aseguró Carlo Ancelotti, que dio por buena “la pequeña ventaja”.

“Nos vinimos un poco abajo con el empate, pero salimos bien en la segunda parte y en cualquier momento te la podemos liar”, afirmó Brahim, que volvió a sacar tajada de otra oportunidad para levantar la mano en un conjunto con excedente de atacantes con estatus de titular. Esta vez faltó por sanción Jude Bellingham, él ocupó su puesto y dejó huella. “Aprovecha todos los minutos. No se puede decir que es titular indiscutible, pero juega mucho y es importante”, valoró el técnico italiano, que para la vuelta recuperará al inglés, lo que podría devolver a Brahim al banquillo.

Antes que él fue Rodrygo. El despertador del Madrid en el derbi liguero en el Bernabéu dejó también el primer guitarrazo en el choque de Champions. Hace un mes, los jugadores merengues volvieron de la reprimenda de Ancelotti en el descanso y el primero que espabiló a los suyos fue el brasileño, uno de los grandes temores de Diego Pablo Simeone. Un elemento indescifrable, como se lo volvió a demostrar en el 1-0. Valverde, el capitán que forzó los músculos después de dos semanas en el gimnasio, mandó a Rodrygo a correr por la derecha, la banda postiza del joven, este se comió en carrera a Javi Galán, ganó el centro del área y soltó un zurdazo al palo más lejano. Fue su gol número 25 en 61 partidos de Liga de Campeones, frente a los 32 tantos en 165 encuentros de Liga. Una brecha que explica su huella en el Madrid.

Valverde movía los brazos en busca de sangre, pedía que la máquina no se frenara pese a la renta temprana. Y ahí siguió Rodrygo, pinchando por la orilla que menos le gusta pero la que le ha dado la titularidad. Él continuó amenazando y Galán, sufriendo. Dos minutos más tarde, un balón largo de Rüdiger hacia el extremo blanco llevó de nuevo al límite al lateral rojiblanco.

A todo trapo empezó el Madrid y por la derecha, la orilla contraria a la de Vinicius. Su embestida, sin embargo, se quedó corta. Ya antes del empate, el partido se había ido nivelando. Los blancos, sin Bellingham, no encontraban un centrocampista para filtrar balones. La falla resultaba conocida: grandes artefactos en la delantera, pero escasez de medios para abrir huecos en el bosque del Atlético. Camavinga, el sustituto del lesionado Ceballos, dejaba alguna pérdida peligrosa y Ancelotti no se demoró mucho después del descanso en dar vuelo a Modric.

Sin espacios para correr, el Madrid parecía achicarse. Ese era el paisaje, hasta que en medio de la neblina halló a Brahim, que le hizo un nudo a Giménez y afinó al palo largo de Oblak. A rebufo de Bellingham, al ex del City le toca aguardar en la fila su oportunidad. No necesita, eso sí, mucho para producir, pero su sitio en la plantilla es la sala de espera. En el Etihad, metió el 2-2; el sábado, el 0-1 ante el Betis; y este martes cambió el curso de la noche.

Su aparición rebajó al Atlético, reanimó a los suyos cuando peor les pintaba la cita y fue despedido en el 89 con la gente en pie. “Cualquier detalle marca la diferencia en la Champions. Hicimos un partido completo, el gol fue bueno”, comentó Brahim, que en la celebración de su diana se dirigió al banquillo de Simeone al grito de “habla ahora, habla ahora”. Al alza Rodrygo y Brahim, la velada de Vinicius y Mbappé, que tuvieron el 3-1 en el descuento, se movió por territorios más sombríos. “Jugar contra la defensa del Atlético no es tan sencillo, no hemos tenido tantas oportunidades. No han mostrado la calidad que tienen, pero está la vuelta para hacerlo”, indicó Ancelotti.

En el minuto de silencio por la muerte del canterano del Madrid Javier Dorado, un sector de la afición atlética cantó: “Madridistas, hijos de puta”.


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