Ancelotti: “Mbappé y Vinicius se han sacrificado”
El entrenador del Real Madrid, que se queja del penalti, lamenta la lentitud inicial, pero valora la reacción y el trabajo defensivo de los atacantes
El Bernabéu se había olvidado hasta del árbitro. Todo su enfado por el penalti del 0-1 apenas le duró cinco minutos. El Madrid caminaba por el desierto y el empedrado se contagió de esa nada. Una noche de impotencia como tantas otras veces de los blancos frente al escuadrón de Diego Simeone, que se abanicaba y, de postre, se cobraba desde los 11 metros el penalti de Tchouameni a Lino. A tenor de la semana envenenada a cuenta del asunto arbitral, el episodio pudo encender el estadio, pero solo saltaron unas chispas. Mandaba la desazón por la ofensiva improductiva de los locales. “Estábamos muy lentos y menos agresivos”, admitió Carlo Ancelotti.
Entonces, en ese páramo, nada más regresar de la pausa, Rodrygo encendió la centrifugadora del Madrid. Robó una pelota en su campo, se estiró su equipo, recortó en la línea de fondo, Bellingham no pudo a la primera y Mbappé remachó a la segunda. La irrupción del brasileño subió el volumen en la Castellana y activó a los suyos. Los cuatro de arriba se soltaron y condujeron la noche a un tiroteo que terminó en tablas pese a que los rojiblancos solo lanzaron una vez entre palos y los blancos, nueve. Un cabezazo de Bellingham al larguero y otro del inglés a las manos de Oblak confirmaron el ida y vuelta. Con lo mejor y peor de su repertorio, el Madrid empezó a ser un conjunto reconocible, con Vinicius y Rodrygo percutiendo por fuera.
Nada que ver con una primera mitad que dejó una escena poco fértil para el Madrid: los dos extremos se metían muy por dentro y dejaban las bandas a los laterales, Lucas Vázquez y Fran García. La consecuencia era un embotellamiento. El ejército de Simeone vivía plácido. “En el descanso hablamos de dar más amplitud al campo. Era algo que había que haber hecho en la primera parte. Era mejor ser pacientes y jugar por fuera”, analizó el técnico italiano. El resultado fue un equipo blanco más enchufado e insistiendo por ambas bandas con Vini y Rodrygo. El primero creó tres ocasiones, según Opta, y el segundo, cuatro, igual que Lucas Vázquez. Rodrygo, además, intentó siete centros, el que más de los suyos. Su acción inicial tras el descanso agitó la velada.
El Madrid, eso sí, también se empezó a partir, como no quería Ancelotti, y a conceder contras, pero su amenaza se multiplicó. La manta corta. Carletto, que dijo que se iba “con buenas sensaciones”, aseguró marcharse satisfecho con el tajo defensivo de sus atacantes después de reclamar en la previa una mayor implicación. “Todos se han sacrificado, han peleado. Los dos centrales han estado fantásticos. Kylian y Vini han hecho un esfuerzo para replegar. Hubo buen compromiso”, destacó.
La segunda parte fue el momento de los cuatro jinetes en ataque. Su cosecha, sin embargo, se quedó a medias. Bellingham no atinó de cabeza en el tramo de mayor carga, a Mbappé se le fueron un par y Rodrygo no afinó en un disparo desde la frontal. De menos a más, pero insuficiente. El Madrid mantuvo el liderato, aunque continúa sin ganar a ningún rival de gran cartel.
Ancelotti no quiso cerrar su turno de palabra sin una última reivindicación del trabajo de su equipo. “Antes del partido, he visto una imagen de Carvajal, Militão, Rüdiger y Alaba [todos lesionados] saludando a sus compañeros. A pesar de las dificultades, lo estamos haciendo muy bien”, cerró Ancelotti, que, después de no querer comentar el penalti para “no tirarse dentro de una polémica que ya está bastante grande”, sí dejó un recado. “El árbitro estaba muy cerca de la situación y el VAR lo ha pitado. Esto no lo entiende la gente del fútbol”, se quejó.