Un martillazo de Sorloth tira el muro del Getafe y dispara al Atlético
El noruego, con un cabezazo prodigioso, soluciona un partido muy trabado y los rojiblancos superan por un punto al Madrid
Un martillazo de cabeza de Sorloth rompió el muro del Getafe y le dio el triunfo al Atlético en un partido de pico, pala y mucha zapa para generar desgaste en su atrincherado rival. No encontró el camino del gol y de la victoria el equipo de Simeone hasta pasada la hora de juego. Tuvo que masticar antes ortigas para tumbar a un equipo que juega como pocos a convertir los partidos en dameros tácticos de compleja solución. Durante muchos minutos, Bordalás y sus futbolistas trabaron a los rojiblancos. La dificultad para ganar y la trascendencia que tenían los tres puntos la retrataron los brincos de Simeone cuando el colegiado señaló el final del encuentro. El Atlético suma 11 victorias seguidas entre todas las competiciones y se sitúa un punto por encima del Madrid. El próximo sábado habrá un duelo de gallos contra el Barcelona en Montjuïc por todo lo alto.
Tuvo que lidiar el Atlético con el cementero sistema defensivo del Getafe, que incluía a Djené como mediocentro junto a Milla. Un rival hormigonado bajo un repliegue intensivo que obligaba a los rojiblancos a asumir que tenían un partido áspero para masticar. Con pocas concesiones para correr y menos huecos para destapar en los ataques estáticos. Como últimamente sucede, fue Giuliano Simeone el que asumió el toque de corneta para el ataque. Le corría la pelota al Atlético en los primeros minutos. Tenía fluidez y Giuliano ejercía de martillo pilón. A una rosca suya al segundo palo llegó forzado Lino para empujarla con una buena dirección. Los puntos débiles del encastillamiento del Getafe parecían estar en esos balones cruzados a la espalda de los laterales. Nyom se tragó ese pase y también otro de De Paul que Lino tampoco acertó a embocar.
Esas fueron las dos ocasiones más claras antes de que el Atlético se enredara y se empastara en la maraña defensiva del Getafe, tan canchero como siempre para exprimir el tiempo en los saques de banda y de puerta a su favor. En ataque, el conjunto de Bordalás se encomendó a su tallo, el Toro Álvaro, cedido por el Real Madrid. El chico tiene hechuras, pero su compatriota Giménez le hizo sentir su lógica falta de cuajo para enfrentarse él solo a una defensa con tantas horas de vuelo como la del Atlético. Será interesante cuando Álvaro pueda formar dupla con el lesionado Borja Mayoral.
El tiempo corría a favor del asentamiento del Getafe y en contra de los futbolistas de Simeone, a los que empezaba a embargarles la imprecisión. Se le apreció incómodo al Atlético, que pudo barrenar muy poco al hormigonado Getafe, que desactivó a Julián Alvarez y a Griezmann. Fue con otro balón cruzado al segundo palo, dormido en el pecho por Giuliano y servido en bandeja para que De Paul marcara, lo que resaltó de nuevo dónde podía estar la solución del partido. El volante argentino pifió en su intento de cruzar la pelota con suavidad. El propio Giuliano no pudo direccionar bien un cabezazo en un centro pasado de fuerza de Galán.
Entendió Simeone que debía meter metralla aérea para derribar el dique del Getafe y sentó a Lino en el descanso para dar entrada a Sorloth. El noruego se ha visto relegado por la sociedad Griezmann-Julián Alvarez. Ha asumido del rol de espoleta para partidos trabados como este y no defrauda. Ya solucionó el duelo contra el Alavés y este también. Había vuelto a operar Simeone oxigenando todo el flanco derecho con Molina y Correa por Llorente y Giuliano. Incluso Griezmann fue al banco para que Koke tratara de liberar a Barrios y ordenar y acelerar el juego de toque.
Fue Molina el que con su mejor virtud, el centro en carrera, le entregó las llaves del partido y la gloria a Sorloth. Éste convirtió en un martillazo cruzado y picado la rosca tensa y precisa de Molina. La lejanía del testarazo dio un valor mayor al remate. Y también contribuyó a que se le atribuya contrariedad paradójica que persigue a los delanteros que fallan lo fácil y atinan con lo difícil.
Quebrado el muro del Getafe, Simeone amarró el botín con un último cambio. Reapareció Le Normand en Liga con el casco que le protege del traumatismo craneoencefálico que se produjo en la última jugada del derbi contra el Real Madrid. El central francés ya no usa el casco en los ejercicios de los entrenamientos sin contacto, pero aún necesita coger más confianza para jugar con la cabeza al descubierto. Así que refugiado en la defensa de tres centrales, el Atlético defendió el gol que le permite mirar por encima del hombro al Madrid y a los ojos al Barça.