El Barcelona cierra la grada de animación ‘sine die’ tras las numerosas sanciones acumuladas
El club pidió a esos grupos de aficionados más radicales que abonaran los 21.000 euros que suman en multas por los expedientes recibidos la pasada temporada y el pago no se ha efectuado
El encuentro del FC Barcelona contra el Brest tendrá la grada de animación vacía. Así lo ha informado el club en un comunicado oficial en el que explica que l’Espai d’Animació estará cerrado sine die hasta que “hayan cumplido con sus obligaciones”. Con ello se refieren a los 21.000 euros de multa que el club azulgrana pidió a los cuatro grupos de animación: Almogàvers, Front 532, Nostra Ensenya y Supporters Barça, una grada con entre 500 y 600 aficionados. Ese total se corresponde a diversas multas acumuladas la temporada pasada de 14 expedientes disciplinarios distintos. Las peñas tenían de plazo hasta este pasado lunes a las 23.59 para abonar la cantidad reclamada. El pago no se ha hecho efectivo.
Ante la renuncia por parte de los grupos de animación, el club les ha negado la entrada al partido de Champions que se disputa la noche de este martes en el Estadi Olímpic Lluís Companys. “Dado el contenido de los acuerdos aceptados y firmados entre el Club y los grupos de animación, el FC Barcelona, después de reiteradas advertencias, inició el proceso para recuperar el importe de las sanciones impuestas al Club por su comportamiento en la grada durante la temporada pasada”, explica el club en una nota. “Durante este proceso”, continúan; “se han otorgado a los grupos hasta tres plazos diferentes para el cumplimiento de sus obligaciones; el último expiró ayer a medianoche sin ningún resultado”. “A su vez, reiteramos a los grupos en cuestión la total disponibilidad del club, una vez hayan cumplido con sus obligaciones, para tratar con ellos la situación del Espai d’Animació”, cierra el comunicado.
“Nosotros, de entrada, entendemos que el club no nos ha detallado estas sanciones”, explica Albert Yarza, presidente de la Penya Almogàvers, uno de los grupos afectados. Les explicaron que existían estas sanciones, y que “tenían que acabar con los insultos”, pero Yarza destaca que para ellos “es complicado”: “Los insultos no se producen de forma continuada en la grada, desde la megafonía, sino que suceden de manera esporádica, y a partir de ahí nos cuesta mucho. Incluso muchas veces provienen de fuera del Espai d’Animació, y hay personas que se enganchan a esos cánticos”, añade. Yarza asegura, además, que el club “tiene herramientas” para identificar a estos individuos —mediante las cámaras— y poder sancionarlos, y que así se lo han transmitido al Barcelona. “Pero el club nos traslada la responsabilidad a nosotros, y nos hace firmar un documento en el que ellos se ven en la potestad de retribuirnos estos pagos. Nosotros hemos dicho que no pagamos, porque no podemos asumir esta responsabilidad”, prosigue.
El Barcelona ya advirtió sobre las posibles consecuencias a los diferentes grupos a finales de octubre, pocos días antes del derbi entre el Espanyol y el Barcelona, a través de diferentes cartas. Una advertencia que llegó poco después de los insultos racistas en el Santiago Bernabéu a Lamine Yamal, Raphinha y Ansu Fati desde un córner del campo, y que terminó con tres aficionados del Real Madrid detenidos, tal y como informó la Policía Nacional. Ya en el primer mandato de Laporta, en su llegada en 2003, se erradicó a los Boixos Nois del Camp Nou. Ahora, durante el segundo, la junta directiva del presidente actúa para tratar de evitar que se repitan actitudes violentas y discriminatorias en su propia grada de animación.
Los grupos del Espai d’Animació habían pedido al Barcelona convocar una reunión; después de lo sucedido, les han asegurado que les citarán para una reunión “urgente”, pero desconocen cuándo se celebrará. “Nosotros entendemos el problema, y extendemos la mano al club para solucionarlo. Pero no pueden hacernos esto de esta forma. Quien sale perdiendo es el equipo”, confiesa Yarza. Todo ello a pocos días de la celebración del 125 aniversario azulgrana.