David Silva avala la candidatura de Juanma Morales a la presidencia de la Federación Española de Fútbol
El canario se une a Luis Milla para respaldar al ejecutivo madrileño en su carrera para ocupar el sillón que dejó vacante Luis Rubiales y su sucesor, el inhabilitado Pedro Rocha
“La imagen que ha dado el fútbol español ha sido lamentable”, dijo David Silva. “He sentido vergüenza”.
Seis años después de despedirse de la selección junto con Andrés Iniesta en Moscú, derrotado por los modestísimos anfitriones en los octavos de final del Mundial de Rusia y tras vivir un torneo escandaloso que prefiguró más escándalos institucionales, David Silva, a sus 38 años una de las figuras más discretas y respetadas del fútbol internacional en el presente siglo, se postuló para regresar a la federación española. Lo hizo este jueves en Madrid, como parte del equipo de Juanma Morales Alonso, primer candidato en presentarse oficialmente a las elecciones a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), previstas para el 16 de diciembre.
Nacido en Madrid hace 57 años, Morales, que se definió como “un apasionado del fútbol” y es aficionado del Atlético, aunque esto no consta en su currículum, fue el primer español en presidir la Asociación Europea del Comercio, ha sido CEO de Coca Cola y actualmente es director general del grupo de distribución de alimentos IFA. Su programa consta de 200 propuestas. Elevar los ingresos de 400 a 500 millones de euros anuales, construir 500 campos o doblar las licencias del fútbol femenino, destacaron entre sus promesas. Multiplicar el impacto económico de la candidatura de España, Portugal y Marruecos para celebrar el Mundial de 2030 concentró una parte importante de su discurso: “Queremos hacer el Mundial más sostenible de la historia, y ofrecer a las empresas españolas la capacidad de salir de nuestro país e internacionalizarse si cabe todavía más”.
“Seguro en la vida solo hay una cosa, que es la muerte”, respondió, cuando le preguntaron si estaba seguro de conseguir los avales que precisa. Porque antes de poder presentarse necesita que lo respalden al menos 21 miembros de una asamblea compuesta por 140 y que, como en todas las federaciones deportivas, están estrechamente controlados por un régimen clientelar que naturalmente depende del poder establecido. Hoy el poder establecido en la RFEF es la presidenta en funciones, María Ángeles Chaves, brazo derecho de Pedro Rocha, el último presidente, que a pesar de estar imputado e inhabilitado pretende recuperar el cargo que heredó del dimisionario Luis Rubiales, desencadenante de la crisis más estrepitosa de la historia del fútbol español.
Confianza en Luis de la Fuente
“Tenemos plena confianza en obtener los avales”, insistió Morales; “porque hemos hablado y, sobre todo, hemos escuchado a todos los colectivos para contar con el apoyo y confianza del mundo del futbol”. Secundado por David Silva; Luis Milla, el que fuera seleccionador Sub-21 y jugador del Madrid y el Barça; y las exinternacionales Virginia Torrecilla y Amanda Sampedro, el candidato insinuó que había mantenido contactos con Javier Tebas, presidente de la Liga, con presidentes de clubes como Florentino Pérez, con árbitros y entrenadores, y con las federaciones territoriales, principal sustrato de la asamblea cuyo aval precisa.
Morales se presentó como un gestor puro, guardián del buen gobierno y la reputación de una institución cuya imagen dice querer restaurar. Al igual que Luis Milla, se mostró considerado con la organización deportiva que posibilitó un Mundial, tres Eurocopas, y un Mundial femenino. “Hay muchísimos profesionales competentes en la federación que han hecho posible los éxitos deportivos”, dijo, y cuando le preguntaron si mantendría en el cargo a Luis de la Fuente fue tajante. “Yo no me puedo apropiar del seleccionador. El seleccionador es de todos. Si nos vamos a los números es el vigente campeón de Europa, atesora 2,6 puntos por partido jugado, es el segundo seleccionador menos remunerado de la última Euro solo por delante de Georgia y se ha sabido ganar la empatía, la confianza de toda la sociedad consiguiendo aislar al equipo de todo lo que ha rodeado a esta selección. No hay ninguna razón por la cual no siga siendo el seleccionador en el futuro”.