Las siete amarillas del caliente Pezzolano: el entrenador es el más amonestado de la Liga

El árbitro para el juego, trota hasta los banquillos, mete la mano en el bolsillo, coge la tarjeta amarilla y la blande ante el entrenador del Real Valladolid, Paulo Pezzolano. Así hasta siete veces en 13 partidos, convirtiendo al técnico uruguayo en la figura más amonestada de la Liga en este primer tercio de campeonato. Nadie en Primera ha visto tantas amarillas, ni jugadores de campo y menos aún preparadores. El agraviado cumplió un partido de sanción ante el Villarreal y ha recibido otras dos en los dos siguientes partidos por sus quejas al colegiado. “No me preocupa, tengo que ver cómo me...

El árbitro para el juego, trota hasta los banquillos, mete la mano en el bolsillo, coge la tarjeta amarilla y la blande ante el entrenador del Real Valladolid, Paulo Pezzolano. Así hasta siete veces en 13 partidos, convirtiendo al técnico uruguayo en la figura más amonestada de la Liga en este primer tercio de campeonato. Nadie en Primera ha visto tantas amarillas, ni jugadores de campo y menos aún preparadores. El agraviado cumplió un partido de sanción ante el Villarreal y ha recibido otras dos en los dos siguientes partidos por sus quejas al colegiado. “No me preocupa, tengo que ver cómo mejorar”, aseguró tras una nueva cartulina contra el Athletic Club, recibida tras anular el trencilla a instancias del VAR una expulsión directa sobre un bilbaíno.

Esta inusual estadística pone a Pezzolano nuevamente en los focos más allá de lo estrictamente deportivo, pues el Pucela se encuentra en puestos de descenso pese a empatar contra los vascos y no encuentra ni resultados ni sensaciones bajo el mando del charrúa. Este mantiene una tensa relación con la grada del Nuevo José Zorrilla, quien reclamó insistentemente su dimisión el curso pasado en Segunda, saldado con ascenso directo de los blanquivioleta. Esta temporada las iras se han dirigido hacia el palco de Ronaldo Nazario entre quejas por la escasa inversión en la plantilla, desestructurada y debilitada en los últimos días de mercado, y sin tanto reproche coral al entrenador en forma de aquellos cánticos de “¡Pezzolano dimisión!” que él mismo gritó en la celebración del ascenso en el balcón del ayuntamiento. En cambio, la afición sí defiende al sudamericano en cuanto a las múltiples amarillas, cosechadas en los siguientes partidos: la primera, en la jornada 2 contra el Leganés; luego, ante la Real Sociedad, el Sevilla, el Rayo Vallecano y el Alavés antes de, ante esta quinta amonestación, ver desde la grada la cita contra el Villarreal, saldada con derrota. Tras el castigo, mismo escenario ante Osasuna y Athletic Club. Esta ristra supone que en los últimos cuatro partidos vividos desde el banquillo ha recibido sendas amarillas. A tanto celo arbitral se une la roja que vio en Sevilla Joaquín ‘Papa’, uno de sus colaboradores, quien ya no se encuentra en el Real Valladolid tras firmar hace poco por el Liverpool uruguayo. También han recibido amarillas otros miembros de su cuerpo técnico. Hasta 10 de las 44 amarillas vistas por el equipo han llegado por protestas a decisiones de la autoridad en el campo.

“En el minuto 45+2 el técnico Pezzolano Suárez, Paulo César, fue amonestado por el siguiente motivo: Por protestar unas decisiones desde el área técnica”, escribió en el acta Cordero Vega, juez en la visita del Athletic a Zorrilla. Paulo Pezzolano respondió con resignación, y mordiéndose la lengua, cuando le preguntaron tras la igualada del sábado por este carrusel de cartulinas: “No me preocupa eso. Tengo que ver cómo mejorar, pero estábamos hablando bien con el línea y vino el árbitro a mostrarme la amarilla, no sé si mandado por el cuarto árbitro. No me importa. Yo necesito los once jugadores dentro de la cancha”. El preparador pronto evidenció en Valladolid su carácter caliente e intensidad en sus protestas contra los colegiados, pues fue expulsado en su segunda jornada como entrenador pucelano, contra el Villarreal, al poco de llegar a la entidad en el tramo final de la 2022/2023: ese día se encaró con su colega castellonense, entonces Quique Setién, por un gol controvertido de los amarillos con un blanquivioleta en el suelo. Sus vehementes quejas a Iglesias Villanueva, con gritos cara a cara, le valieron esa primera sanción. Ese día, al menos, ganaron los castellanos.

El uruguayo también fue castigado, esta vez en Segunda, con cuatro jornadas sin dirigir a los suyos. La condena llegó con retardo como orden directa del Comité de Competición por sus palabras tras una derrota en casa contra el Atlético de Madrid, con su equipo peleando por la permanencia, tras una mano de Saúl no señalada en área colchonera: “Que los del VAR no hayan visto ese penalti es increíble. Si es en la otra área lo cobran seguro”. El club refrendó a su técnico y emitió un comunicado crítico con semejante pena: “Es un castigo absolutamente desproporcionado, puesto que supondrá que prácticamente se perderá un 10% de la competición [...]”. El Real Valladolid lanzó entonces una campaña de nombre “Contra todo y contra todos” para intentar avivar a su hinchada de cara a las últimas citas de la temporada, que vivió episodios insólitos como un gol anulado de Escudero al Sevilla porque el árbitro pitó el descanso cuando estaba golpeando al balón. Pese a este énfasis contra los colegiados, no llegaron ni el juego ni los goles y el equipo acabó descendiendo. En esta nueva andadura en Primera, tras un año en Segunda sin tanto conflicto arbitral, Pezzolano insiste en que intenta controlarse y sus aspavientos y decibelios se han reducido notablemente, si bien ya lleva las siete amarillas mencionadas. El segundo más amonestado en Primera, el correoso central del Alavés Aqbar, con seis.