Bartra rescata un punto para el Betis ante un Celta ingenuo

Un gran remate de cabeza de Bartra en el minuto 95 certificó el empate entre el Betis y el Celta. Fue el colofón a un duelo demasiado previsible en la primera mitad y mucho más dinámico en la segunda. Un periodo donde Manuel Pellegrini se la jugó con un once demasiado ofensivo en busca del triunfo y en donde Claudio Giráldez, un técnico estupendo, supo ver las carencias del Betis en el centro del campo para acariciar la victoria. Se marchó Cardoso, amonestado, y el conjunto verdiblanco se convirtió en un equipo sin centro del campo, con demasiados atacantes y poca estabilidad en la medular, donde Altimira sufrió una barbaridad. Lo vio Giráldez, que metió a Williot y Douvikas. Si bien es cierto que Fornals lanzó al larguero en el minuto 73, el equipo que estuvo más cerca de la victoria en ese tramo fue el Celta. Marcó Douvikas tras un jugadón de Williot y el Betis, con cinco delanteros, encontró premio a su osadía con un tanto de un defensa, Bartra. Las cosas del fútbol. Con todo perdido, el empate sabe mejor al Betis, que jugó a ratos, sin claridad y con demasiado plomo en las piernas. El equipo está algo fundido y nota las ausencias, en especial en el centro del campo. El punto no le da para situarse arriba. El Celta, por su parte, dejó escapar un triunfo que tenía en sus manos. Fue algo ingenuo.

El Betis y el Celta jugaron un primer tiempo con un fútbol demasiado amanerado. Cuando se juega a este deporte de manera tan previsible y con tan escaso ritmo, las acciones con velocidad y verticalidad son un auténtico tesoro. Pero así son las cosas. Agarrados al maldito pase de seguridad, ambos equipos apenas dibujaron jugadas de calidad. Eso sí, con más razón para el Celta, que se encontró con un gol de la nada a los 14 minutos. Bueno, exactamente no de la nada. Llorente despejó flojo y Javi Rodríguez le pegó de volea dentro del área para que la pelota entrara por un hueco imposible para Rui Silva. Fue el único disparo a puerta de un Celta en todo el primer tiempo. Sin noticias de Aspas, el equipo de Giráldez perdía una y otra vez el balón en la salida desde atrás. El Betis, premioso, con Losada y Vitor Roque de delanteros, apenas aprovechó la estéril valentía de los gallegos. El fútbol de los andaluces era demasiado previsible. Mientras, Lo Celso esperaba en el banquillo y Dani Ceballos, en el palco de Isco, viendo el partido.

Claro que todo cambió en los últimos cinco minutos. Cardoso, por fin, hizo un desmarque de ruptura en dirección al área. Recibió un buen pase de Abde y le dio otro a Vitor Roque, que, por fin, apuntó en la buena dirección. Empató el Betis y todavía pudo hacer el 2-1. Esta vez, Vitor, que es un buen delantero, aunque no sabemos si llegará a ser excelente, disparó al muñeco. Abde, en el pase de Losada tras el rechace, la mandó a la grada. El extremo procedente del Barcelona es otro enigma. Lo mismo parece Maradona, como en el pase del gol de Vitor, que desespera con otras acciones inexplicables.

Con esos elementos lidia Pellegrini. El chileno se la jugó. Quitó a su mejor jugador, Cardoso, con amarilla, para dar entrada a Lo Celso, que regresaba. Giráldez también modificó lo suyo el esquema del Celta, descontento con lo que había visto. El partido fue mucho más vistoso, con los dos equipos llegando a las áreas rivales. La tuvo Losada y, sobre todo, Fornals, con un gran disparo al larguero. Pero marcó el Celta, que aprovechó los espacios que el Betis dejó en el centro del campo, muy desprotegido. Marcó Douvikas tras un jugadón de Williot. Y Aspas había sido cambiado en medio de la bronca, no así Borja Iglesias, aplaudido. En el arreón final, con fortuna y valentía, empató el Betis en un gran remate de Bartra. Del pase de seguridad al vértigo y empate. Y todos casi contentos.