Gazzaniga para tres lanzamientos de penalti al Athletic y Stuani sentencia la victoria del Girona en el minuto 99

Un diálogo se estableció en Montilivi de portería a portería. Ni el Girona ni el Athletic Club ahorraron esfuerzos. El ataque de uno era la respuesta de otro. Y quien llevó la batuta fue Paulo Gazzaniga, el héroe y salvador de su equipo, la pesadilla para su rival. Paró dos penaltis, aunque tres disparos —el segundo lanzamiento desde los once metros tuvo que repetirse por órdenes del VAR— a tres jugadores diferentes: primero a Berenguer (minuto 28), y después de forma consecutiva a Iñaki Williams y Ander Herrera (minuto 58). “Uno, cuando se enfrenta a un penalti, como portero siempre piensa que lo va a parar. Estuvimos viendo con el entrenador de porteros los penaltis y esta vez se dio bien”, contó el guardameta tras el encuentro. Se convirtió este domingo en el primer portero en toda la historia de la Liga en neutralizar dos penaltis al Athletic. El público gironí se abandonó al humor. “¡Penalti! ¡Penalti!”, repitieron todo el encuentro en cada falta. Y al final las tornas se invirtieron, y fue el Girona quien disfrutó de un penalti. Padilla, excelso todo el encuentro, no pudo contra Christian Stuani, que marcó el gol de la victoria en el 99 para dejar atrás la desventura del Girona (2-1). Un encuentro accidentado, lleno de intensidad y buen juego en el que ambos equipos eran conscientes de su importancia. Para el conjunto de Míchel, por llevar seis partidos sin ganar y solo conocer la derrota en Champions; para el de Valverde, para seguir con su racha de seis encuentros sin perder. Pero la balanza se giró a favor de los locales, y la agonía del Girona llegó a su fin.

El Girona dominó, con su gran posesión, brevemente el inicio, aunque sin rozar la portería de Padilla. Míchel gesticulaba con vehemencia con las precipitaciones de Asprilla en sus centros y lanzamientos de falta. Pero entonces el ritmo del Athletic, bien posicionado y ordenado, empezó a someter a los locales. Los errores defensivos del Girona se pagaron caros, y la salida del balón desde atrás que tanto les caracteriza se complicó, generando inseguridad cuando el equipo de Míchel movía el balón cerca de su área. Gazzaniga volvió a equivocarse con su juego de pies, pasando el esférico a un Miguel ahogado por la presión rival que desembocó en la primera ocasión clara para el Athletic. Pero el guardameta argentino tuvo tiempo y partido para redimirse.

Arnau dejó un pie atrás dentro del área, imposibilitando la carrera de Berenguer, haciéndole caer y provocando un penalti. El primero de muchos. Gazzaniga lo paró. Empezaron, entonces, las llegadas de uno, las llegadas de otro, compartiendo la batuta con intensidad hasta el pitido final. Guruzeta y Berenguer probaron en diversas ocasiones al portero argentino, mientras que Danjuma, al otro lado, despertó —justo cuando Bryan Gil salió a calentar— y conectó con Miguel para rematar un balón que Padilla tuvo que echar fuera. Pero el guardameta no se esperó el siguiente ataque gironí. Asprilla chutó desde fuera del área, rebotó sobre el césped y Miguel, tras desmarcarse, engañó a Padilla paseándose por delante del balón sin intención de rozarlo. Quizás con picardía de dejarlo pasar, quizás con la creencia de que estaba fuera de juego. Pero funcionó.

Y el Athletic no pudo quedarse parado. Sancet recogió un centro de Berenguer para rematar en diagonal y plantar el empate. El fervor duró poco, y el goleador de Valverde se retiró lesionado. La segunda parte se sumió en el caos. Otro penalti más para el Athletic precedido de una polémica acción de recuperación en la que Unai Gómez tocaba con la mano el esférico, pero que el árbitro no vio. Gazzaniga lo volvió hacer, y lo paró. No una, sino dos veces tras tener que repetirlo por adelantarse al lanzamiento. No paró a un jugador, sino a otros dos: Iñaki y Herrera, que lanzaron al centro de la portería. La intensidad no cesó —el partido tuvo que pararse para atender a un aficionado en la grada—, con ambos equipos buscando adelantarse. Y cuando pareció que llegaba el final, otro penalti más se pitó, pero a favor del Girona en esta ocasión. Padilla, tras un gran partido entre palos, no pudo imitar a Gazzaniga, y Christian Stuani marcó el gol de la victoria. Montilivi cayó, y después de un mes sin saborear la victoria, el Girona celebró tres puntos que son mucho más que eso.