La Real Sociedad busca su bálsamo en la Europa League

Debuta en el Allianz Riviera, frente al Niza, que llega de marcarle ocho goles en la Liga al histórico Saint-Etienne

El entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, durante el partido de La Liga contra el Real Valladolid el pasado sábado 21 de septiembre.Octavio Passos (Getty Images)

En los años sesenta del siglo pasado, la prensa eran solo los periódicos de papel impresos en una rotativa, o las revistas con periodicidad semanal o mensual, así que las primeras veces que alguna emisora de radio intentó acceder a la convocatoria de un club de fútbol, se encontró con las reticencias que quienes todavía no se consideraban sus colegas de los medios escritos. “Esto es una rueda de prensa”, alegaban, cuaderno y bolígrafo en mano. Al final se hicieron su hueco, como debía ser.

Pero a veces se regresa al pasado. Sucedió en San Sebastián, donde el director deportivo de la Rea...

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En los años sesenta del siglo pasado, la prensa eran solo los periódicos de papel impresos en una rotativa, o las revistas con periodicidad semanal o mensual, así que las primeras veces que alguna emisora de radio intentó acceder a la convocatoria de un club de fútbol, se encontró con las reticencias que quienes todavía no se consideraban sus colegas de los medios escritos. “Esto es una rueda de prensa”, alegaban, cuaderno y bolígrafo en mano. Al final se hicieron su hueco, como debía ser.

Pero a veces se regresa al pasado. Sucedió en San Sebastián, donde el director deportivo de la Real Sociedad, Roberto Olabe, convocó a los medios, y no permitió que las radios grabaran y las televisiones captaran imágenes. Solo notas en el cuaderno, como en tiempos de Erostarbe, Luis de Andia o Porriño, los históricos cronistas donostiarras del barrillo de Atocha. “Tal vez me he equivocado en el formato”, reconoció después, pero su elección tal vez sea un reflejo de los nervios que revolotean sobre el equipo txuriurdin después de un comienzo no demasiado boyante en la Liga, aderezado además por incidentes como el que protagonizó el surinamés Becker, por el que tuvo que pedir disculpas, después de encararse, a la salida de una discoteca, con varios jóvenes que le increparon.

Sin embargo, la Liga Europa, en cuyo nuevo formato se estrena la Real, puede ser un bálsamo para el equipo que dirige Imanol Alguacil, aunque sin obviar la paradoja que aparece en las notas taquigráficas de la comparecencia de Olabe, aunque sea cierta. “En esto del fútbol no puedes pedir tiempo, pero lo necesitas”. El equipo donostiarra se estrena en el Allianz Riviera (21.00 horas) frente al Niza en el que destaca Mohamed-Ali Cho, que es titular indiscutible en el conjunto francés, después de dos temporadas en las que apenas aportó en la Real. El Niza, goleó 8-0 al histórico Saint-Étienne la última jornada, aunque solo ha ganado dos partidos de los cinco jugados. El club de la Costa Azul alimentó la ilusión de sus aficionados cuando el gigante petroquímico Ineos desembarcó con más de cien millones de euros en la entidad, y su dueño Jim Ratcliffe, prometió poner al equipo a la altura del club parisino en cinco años, pero ya han pasado y el Niza no ha pasado del quinto puesto. Además, ahora está más cerca de su venta que de la promesa inicial, desde que Ineos adquiriera el 25% de las acciones del Manchester United, un caramelo mucho más goloso.

Pero los franceses se encontrarán a una Real con dudas existenciales. “Las salidas de jugadores se han producido en un momento determinado, seguramente no en el momento deseado”, confiesa Olabe, que pide mesura en el juicio sobre el equipo. “Las sonrisas y palmadas han sido lo habitual y ahora hay que tener calma y serenidad, pero también la personalidad suficiente para afrontar este inicio que no ha sido bueno en cuanto a resultados e irregular en cuanto a juego”, aunque se encomienda a Imanol para revertir la situación. “Ahora mismo no hay nadie mejor para seguir llevando adelante el trabajo. Le veo bien y transmite tranquilidad”. En Niza, confían en Donostia, empieza la solución. O aumenta el problema, claro.

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