Ejuke evita el incendio para el Sevilla, condena al Valladolid y García Pimienta renueva hasta 2027

Ejuke, un extremo desconocido para el gran público y cosecha particular de Víctor Orta, el director deportivo del Sevilla, evitó un incendio de grandes magnitudes en Nervión. El gol del sevillista tranquiliza unas aguas muy revueltas en el Ramón Sánchez Pizjuán, donde juega el Sevilla bajo una tensión extrema. El triunfo andaluz fue el colofón de un partido muy discreto en el primer tiempo y mucho más emocionante en el segundo. El Valladolid tuvo valentía en el segundo acto y empató con un gol de Kike Pérez ante un rival tocado por la lesión de Saúl. Con todo en contra, los locales, de la mano de Suso, Lukebakio y Ejuke, tuvieron personalidad para ganar el encuentro y lograr tres puntos que deben darle confianza al grupo y a un cuerpo técnico comandado por García Pimienta bastante tocado. Para reforzar la figura del entrenador, la noticia saltó en la sala de prensa, cuando el propio Pimienta anunció que el club le había ampliado su contrato hasta 2027. “El presidente lo ha anunciado en el vestuario. Está todo acordado y solo falta firmar los contratos. Agradezco la confianza del club”, aclaró el técnico. Acabado el choque, el presidente, José María del Nido Carrasco, se plantó en la caseta y comunicó la noticia de la ampliación del contrato. “Los dirigentes me ven trabajar. No sé por qué no me lo han ofrecido en verano. Me han propuesto la renovación ahora y he aceptado, lógicamente. Ni me ha sorprendido ni me ha dejado de sorprender”, aclaró el técnico del Sevilla, recién renovado.

Tras 15 minutos de pánico, donde el Valladolid tuvo opciones incluso de remontar el choque después de su gol, el Sevilla se metió en el partido y gozó de ocasiones por mediación de Peque y Lukebakio. Hasta que Ejuke acertó. Todavía tocó sufrir con la expulsión de Marcao en el último minuto y un alargue de siete donde la afición sostuvo a su equipo. Cómo han cambiado las cosas en el Sánchez Pizjuán. La victoria se celebró como si se tratara de una de las siete copas de la UEFA que atesora esta entidad. Los tiempos, claramente, son otros.

No se sabe muy bien qué propusieron el Sevilla y el Valladolid en un primer tiempo de lo más discreto. Con el partido convertido en un erial, sin un solo disparo a puerta entre los tres palos en 44 minutos de absoluto tedio, bastó una acción de cierta pujanza, una anticipación de Carmona, para que se precipitara una cadena de acontecimientos que acabó en el gol de Peque. Fue el primer disparo a puerta de un partido de baja calidad. El Sevilla, muy tocado tras la derrota en Vitoria, era un manojo de nervios. El Valladolid, por su parte, compite con pocos mimbres y le costará mantenerse. Este Sevilla, que pasea a Jesús Navas como si fuera el Cid después de muerto, no está para casi nada.

Un equipo donde se mueven jugadores algo sospechosos, caso de Iheanacho, mientras los vídeomarcadores ofrecían al descanso goles de Kanouté. Un guiño, sin duda, a un pasado mucho más glorioso que el actual presente de un conjunto que ha perdido mucha grandeza.

El Valladolid tuvo la virtud de dar un paso adelante en el segundo tiempo. Al Sevilla, no obstante, todo le sale mal. Saúl se lesionó en el minuto 51 y entró Agoumé. El recién entrado se comió el regate de Mario Martín y su centro al área fue rematado por Kike Pérez, que logró el empate. El Sánchez Pizjuán entró en pánico. El ambiente se enrareció mientras la afición temía lo peor. García Pimienta se la jugó. Metió a Ejuke y Suso, colocando a Peque de delantero centro. Agoumé mejoró mucho sus prestaciones y el Sevilla, a pesar de sus limitaciones, dio un vuelco al partido. Poco a poco, fue metiendo en su área a un Valladolid que perdió impulso y valentía. Lukebakio tuvo una primera opción, Ejuke, otra clara y Hein le hizo un paradón a Peque ante la desesperación de la grada. El camino del triunfo, no obstante, estaba abierto. Gudelj peleó un balón con fe y el rebote le llegó a Ejuke, que se metió en el área y anotó con un disparo cruzado. Estalló Nervión como en las noches grandes. La afición lo entendió. Apoyó a un grupo que se quedó con 10 después de la roja a Marcao en el último minuto. Tocó sufrir y el Sevilla lo hizo para ganar. Ganar tres puntos y, también, cierta tranquilidad. El Valladolid, muy limitado, tiene un duro camino por delante para mantenerse en Primera. Le faltan muchas cosas para ser un equipo solvente. Son ya seis los partidos que lleva sin ganar (cuatro derrotas y dos empates).