El Girona hace bueno al Valencia

El Valencia volvió a cantar victoria en Mestalla. No ganaba un partido desde marzo y no salía de la cola desde que empezó la Liga. Nadie colaboró más en su triunfo que un expectante Girona porque los goles llevaron la firma involuntaria del central blanquirrojo Juanpe. El equipo de Baraja encontró en el tiro afortunado de media distancia la pegada que no tenía por la falta de delanteros como Hugo Duro y Rafa Mir. Al Girona le faltaron fuerzas, valor y futbolistas después de su derrota en París. La alineación de Mestalla nada tuvo que ver con la del Parque de los Príncipes. Únicamente repiteron Gazzaniga, Krejci y Romeu. Las rotaciones todavía no funcionan porque no hay conexión entre los nuevos y los recién llegados a Montilivi.

Aunque el Girona tomó la pelota y el Valencia jugaba muy estirado y más directo, ninguno de los dos equipos parecía tener prisa hasta que llegó el descanso en Mestalla. Había tiempo para todo, el ritmo era muy pausado y el juego quedaba lejos de Mamardashvili y Gazzaniga. Ante la falta de medios creativos, Míchel apostó por una salida limpia de la pelota desde la izquierda con Blind. La línea de pase, sin embargo, tenía poca continuidad porque los delanteros no mezclaban —Miovski y Abel Ruiz— y los extremos —Danjuma y Asprilla— no desequilibran a un rival más fuerte en defensa que en un ataque reducido a Gómez.

El Valencia apostaba por el contragolpe, muy tenso y más vertical, condicionado por la delicada situación económica del club y por la condición de colista de la Liga. La mejor ocasión, y también el único tiro a portería en el primer tiempo, fue a balón parado en un rechazo que Diego López envió encima del larguero de Gazzaniga. Los muchachos de Baraja estaban más activados que un Girona plano, sin circulación de balón ni desafío a pesar de que Míchel montó un equipo muy diferente al de París.

Los futbolistas de los dos equipos despabilaron en la reanudación con un buen tiro en cada portería de Dani Gómez y Danjuma. El gol llegó en cualquier caso de rebote después de un disparo de Rioja que dio en Juanpe y despistó a Gazzaniga. La jugada se repitió acto seguido con un chut de Dani Gómez que volvió a pegar en Juanpe. La presión del Valencia y las imprecisiones del Girona iluminaron el marcador del ansioso estadio de Mestalla.

Aunque Mamardashivili estuvo espléndido ante Misehouy, el Girona no consiguió entrar en el partido con los cambios de Míchel. No tuvo fortuna ni ingenio y menos profundidad para sorprender a un rival que se fortaleció con un resultado que le da aire después de un exigente calendario que empezó con la derrota ante el Barcelona. La falta de reacción blanquirroja fue inesperada si se atiende a la trayectoria y a la manera de trabajar de Míchel. Los pocos entrenamientos penalizan a un equipo que aún no se ha acostumbrado a manejarse en la Liga y la Champions.

El estrés competitvo del Girona, que encadena tres derrotas, contrastó con la concentración del Valencia, más descansado y afortunado, resguardado por Mamardashivili. Falto de velocidad y volumen de juego, el Girona no supo acreditar su condición de favorito porque su plantilla no es todavía tan buena y amplia como asegura Míchel. Hay titulares y suplentes de acuerdo al diagnóstico de Mestalla.