Un Barça impreciso se impone al Ahtletic y alcanza la final de la Copa de la Reina
Las azulgrana muestran su lado más humano, pero lucharán por levantar el trofeo por décima vez (2-1)
El Barcelona puede equivocarse. Puede manifestar debilidad, exhibir imprecisión y demostrar que es más humano de lo que su palmarés y porcentaje de victorias dejan entrever. Pero no tolera perder. O más bien, no ganar. En su día más gris, cumplió —con más oficio que espectáculo— ante un Athletic Club que se presentó como candidato a gobernar la posesión, y a hacer imposibles. Entre sufrimiento y precipitación, el Barcelona volvió a vencer y selló el...
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El Barcelona puede equivocarse. Puede manifestar debilidad, exhibir imprecisión y demostrar que es más humano de lo que su palmarés y porcentaje de victorias dejan entrever. Pero no tolera perder. O más bien, no ganar. En su día más gris, cumplió —con más oficio que espectáculo— ante un Athletic Club que se presentó como candidato a gobernar la posesión, y a hacer imposibles. Entre sufrimiento y precipitación, el Barcelona volvió a vencer y selló el pase a su duodécima final de la Copa de la Reina.
A David Aznar no le gusta hablar de que hay cosas imposibles. Así lo aseguró en la previa del partido, y así quiso demostrarlo durante el encuentro. Pero para alcanzar la final, el Athletic necesitaba al menos cuatro goles contra el Barça, algo que tan solo el Benfica ha logrado esta temporada. Lo intentaron con una presión muy alta, aguantando con más pausa la pelota y logrando una continuidad ausente en el partido de ida en San Mamés, donde las jugadoras de Bilbao se cerraron en su propio campo y no lograron aguantar el doblete de Aitana Bonmatí y el disparo de Salma Paralluelo.
Y aun sólidas en defensa y consiguiendo impedir la habitual fluidez del club azulgrana, un error ante el Barcelona sale siempre caro: Nerea Nevado se equivocó en un pase que aprovechó una Mariona Caldentey agazapada, preparada para robar la pelota, para avanzar con ella y, sin rival ni necesidad de asociación, para marcar el primer tanto que aumentó el colchón de las azulgrana.
El trabajo del Barcelona estaba hecho, pero siguieron buscando —de manera precipitada e imprecisa— el segundo gol. Entre la falta de ideas de las azulgrana, Clara Pinedo se aprovechó del fallo de Ingrid Engen dentro del área para apuntalar el empate.
Las 5.225 personas presentes en el estadio —segunda mejor asistencia de la temporada— no se vinieron abajo, y aguantaron la respiración cuando Alexia Putellas se quitó el peto de calentamiento. Entre vítores y aplausos, la capitana hizo acto de presencia su casa tras cuatro meses de ausencia, al igual que Fridolina Rolfö, sin jugar en el Johan desde abril del año pasado. El Barcelona sufrió hasta el final. Pero Patri Guijarro rescató al equipo con un potente disparo que superó a Quiñones, y selló la victoria.
En la final del 18 de mayo, se enfrentarán a la Real Sociedad de Natalia Arroyo, equipo al que arrollaron en el último partido liguero con siete tantos bajo la lluvia de Zubieta. Si vencen, será la décima Copa de la Reina azulgrana. Pero el Barcelona también sabe equivocarse.
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