La juventud eclipsa a la experiencia en el Barcelona

Lamal y Cubarsí, 16 y 17 años respectivamente, destacan y rescatan al equipo de Xavi

Pau Cubarsí pelea por el balón con Cyle Larin, durante el partido entre el Barcelona y el Mallorca.Alejandro García (EFE)

Un delantero y un defensa. En un equipo pensado y construido para potenciar a los centrocampistas, precisamente porque su entrenador es considerado uno de los mejores volantes de la historia, en el Barcelona de Xavi Hernández destacan (y rescatan al equipo) el extremo Lamine Yamal (16 años) y el central Pau Cubarsí (17). “La jerarquía de Pau y el gol de Lamine”, destacó Xavi tras la victoria, la quinta, a la que se les suman otros tres empates desde que el técnico azulgrana anunció su adiós para junio. “Cubarsí es inteligente. Sabe cuándo chocar y cuándo no. No ha perdido ni un duelo. Espectacular. En la pausa, en lo que genera desde atrás… No parece que tenga 17 años”, elogió el preparador al canterano. “Estoy muy feliz por la victoria y por la portería a cero”, se sumó Lamine en la noche que Ter Stegen cumplió 400 partidos como azulgrana.

“He intentado fijar al lateral y como me han dejado espacio he buscado el disparo. Meter gol con nuestra afición delante siempre es un sueño”, añadió el extremo, elegido mejor jugador del partido. “Intento dar el máximo, me da igual quién tenga delante, voy al 200%, no me inmuto e intento hacerlo lo mejor posible. ¿Gritos de la gente con mi nombre? Los he escuchado, es un orgullo que en el club de tu vida te reconozcan lo que estás haciendo”, terció Cubarsí. La juventud eclipsa la experiencia, también a los centrocampistas.

En la sala de máquinas, Gündogan, de 32 años, se quedó solo. Y eso que a Xavi le gusta (o eso dice) jugar con cuatro volantes. “Se beneficia todo el equipo, perdemos menos balones. Son más responsables”, suele argumentar. Ante el Mallorca, el alemán fue el único centrocampista que saltó al campo. Y el Barcelona lo padeció: Gündogan aparecía cerca del área de Ter Stegen para ayudar en la salida del balón, también se orillaba a la de Rajkovic, nunca tan próximo al portero del cuadro mallorquín como cuando se le atragantó el penalti que Copete le había cometido a Raphinha, señalado con retraso tras la intervención del VAR.

“No era partido de diez, doce o quince ocasiones. Lo del penalti fue una pena”, expuso Xavi. Fue justamente el delantero brasileño uno de los que jugó junto a Gündogan en el centro del campo; y el tercer centrocampista fue un defensa, Christensen. Xavi, entonces, se olvidó de jugar con cuatro medios y recuperó el 4-3-3, con João Félix como extremo izquierdo.

A la hora de confeccionar el once inicial, al preparador le condicionaron las lesiones —Pedri y De Jong se rompieron durante el partido anterior, en San Mamés—, también los mensajes personales. El primero, para el de siempre: Vitor Roque. El técnico azulgrana, cada vez que puede, deja claro que no pidió al brasileño. En la víspera del partido ante el Nápoles por un lugar en los cuartos de final de la Champions, Xavi volvió a apostar por Marc Guiu para reemplazar a Lewandowski, de entrada en el banquillo, para cuidar piernas de cara al duelo de martes frente a los napolitanos.

“Si se lo gana, participará y jugará, como todo el mundo”, señaló el técnico en la previa del duelo ante el Mallorca. El segundo mensaje de Xavi fue para Fermín López. El canterano no había jugado un buen partido ante el Athletic y apostó por Raphinha. Pero el extremo duró poco en el campo. “Le he preguntado [al brasileño] y me ha dicho que era solo el golpe. Estarán todos los que estaban hoy contra el Nápoles”, confirmó el técnico.

Con cuatro centrocampistas o con tres, el Barcelona continúa en la misma dinámica de la temporada. “Creo que es la tónica de todo el curso. La efectividad nos marca un partido sufrido. Hoy era difícil atacar esa línea de cinco. Los centrales saltan muy bien. Es difícil generar. Yo siempre soy optimista, a pesar de la situación en la que estamos. Esta victoria nos aporta confianza y moral. Parece que no es importante, pero sí que lo es. Necesitamos a la afición para el partido del martes”, analizó Xavi. Y, como siempre desde que anunció que se iba a final de temporada, recordó: “El equipo ha mejorado desde que dije que me iba. No es casualidad”.

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