Pedri y De Jong agudizan el jeroglífico del Barcelona
Cuando el equipo de Xavi Hernández amagaba con despegar futbolísticamente, el neerlandés estará un mes en la enfermería y el canario apunta a regresar sobre el final de la temporada
Cuando el Barcelona, en especial Xavi Hernández, comenzaba a visualizar un final de temporada en paz, al menos en el césped, Pedri González y Frenkie de Jong se lesionaron en San Mamés. “Estamos muy tristes. Es una putada muy grande”, se lamentaban este lunes en el cuerpo técnico azulgrana. Xavi estaba convencido, así lo repetía en c...
Cuando el Barcelona, en especial Xavi Hernández, comenzaba a visualizar un final de temporada en paz, al menos en el césped, Pedri González y Frenkie de Jong se lesionaron en San Mamés. “Estamos muy tristes. Es una putada muy grande”, se lamentaban este lunes en el cuerpo técnico azulgrana. Xavi estaba convencido, así lo repetía en cada comparecencia, de que su equipo se había “destensado” desde que había anunciado que se despedía del Barça este verano. Una premisa con la que no coincidían en la cúpula del Barça, ni tampoco en la dirección deportiva. “El día del Granada no se los vio muy destensados”, replicaban desde los despachos, en referencia al empate en Montjuïc frente al cuadro andaluz (3-3), el día que Joan Laporta hizo volar unos pastelitos —”Se había publicado que eran canapés, pero en realidad eran pastelitos”, asegura la misma fuente—, mientras que en la secretaria técnica analizaban: “La clave es la vuelta de jugadores importantes como Marc [Ter Stegen], pero también Pedri, De Jong y Gündogan por fin comienzan a jugar juntos y a entenderse”.
Según coinciden en el cuerpo técnico y la dirección deportiva, recuperar la figura de un pivote defensivo [Christensen], liberó a De Jong y adelantó a Gündogan. “Frenkie se potencia cuando tiene metros para trasladar el balón y Gundo está más cómodo cerca del área”, explican en el staff técnico del Barça. De Jong, entonces, mezclaba junto a Christensen en la base del cuadrado que dibuja Xavi en el centro del campo, mientras que Gündogan y Pedri lo hacían cerca del área. Sin embargo, cuando el Barça necesitaba reafirmarse anímicamente, pero sobre todo futbolísticamente, se quedó mudo en San Mamés. Y, para el colmo de Xavi, en la semana previa al duelo de vuelta de los octavos de final de la Champions ante el Nápoles en Montjuïc (1-1, en la ida), se volvió a quedar sin dos futbolistas esenciales para que el juego del Barça floreciera. En el camino, ya había perdido a Gavi (lesión del ligamento cruzado).
De Jong dejó Bilbao con la bota ortopédica y en muletas; Pedri caminando, pero entre lágrimas. Este lunes por la mañana, al neerlandés lo llevó Christensen a la Ciudad Deportiva. Las pruebas médicas le detectaron un esguince del ligamento lateral externo del tobillo derecho. En el Barcelona son optimistas con la recuperación del 21. “En un mes puede regresar a jugar”, aseguran los galenos del Barcelona. Con Pedri, en cambio, saltaron las alarmas. “Tengo la misma sensación de siempre”, le explicó el canario a sus compañeros en San Mamés. Y lo de siempre significa una nueva lesión muscular (un problema en el recto femoral del muslo derecho, según el parte médico del club), la tercera de la temporada, octava desde que llegó al primer equipo del Barcelona en la temporada 2020-2021. En sus tres años y medio en el Barça, Pedri se ha perdido 71 partidos.
Los problemas musculares de Pedri son prácticamente un asunto de estado en los servicios médicos del Barcelona. Los galenos ya le habían advertido al centrocampista que si sufría una recaída en la misma zona tenía que pasar por el quirófano. El canario, en cualquier caso, regateó el bisturí. “Vamos a intentar hacer un tratamiento conservador”, explicaban en los servicios médicos. En la Ciudad Deportiva evitaron pronosticar una fecha de alta para Pedri. La idea (optimista) del jugador es la de regresar antes del final de temporada y así poder participar con España en la Eurocopa de Alemania.
El canario no encuentra solución a sus sucesivas lesiones musculares. Tampoco lo hacen los servicios médicos del Barcelona. “Ha pasado de jugar con sus amigos a prácticamente hacerlo en el primer equipo de Las Palmas”, explican en la secretaria técnica azulgrana, en referencia a que Pedri saltó del fútbol base del Tegueste (un humilde equipo de su Municipio) al juvenil del cuadro canario. “Hoy en día las canteras trabajan muy bien el físico de sus jugadores. A él quizá le pasa factura el hecho de no haber estado en una cantera profesional”, rematan las mismas fuentes.
Ocurre que no solo sufren por Pedri y De Jong en la Ciudad Deportiva. Frente a las limitaciones económicas que padece el Barcelona —no son optimistas con cumplir el presupuesto de ingresos para la presente temporada—, en los despachos comienzan a meditar en desprenderse de algunos de sus mejores jugadores. Ronald Araujo está en la órbita del Bayern Múnich, mientras que De Jong hace tiempo que la dirección deportiva ha puesto su nombre en el escaparte. “Frenkie nos gusta mucho como jugador. Pero lo que no nos gustan son sus números. Ni el de su contrato, ni el de sus estadísticas”, se quejaban en el área deportiva. De Jong tiene uno de los salarios más altos de la plantilla (cerca de 24 millones, incluida la deuda aplazada durante la pandemia), mientras que suma 17 goles y 21 asistencias en 210 partidos con el Barcelona.
Pedri, en cambio, parecía intocable. Sin embargo, últimamente se comenzó a barajar su posible traspaso. En el entorno del canario, en cualquier caso, cierran la puerta a una salida del Barcelona: “Se merece respeto personal y profesionalmente. Es un rumor malintencionado”. El presidente de La Liga, Javier Tebas, ya lo dejó claro: “La solución para el Barça es vender dos o tres jugadores de nivel”. El Barcelona es un jeroglífico. Lo es en los despachos, también en el césped. Laporta, que la semana pasada perdió a Maribel Meléndez, su ejecutiva más alta, deberá ingeniárselas para cuadrar los números. Para Xavi más de lo mismo. Sin De Jong ni Pedri, la pelota solo tiene ojos para Gündogan y Lamine Yamal. Y como si fuera poco, el Nápoles lo esperaba motivado: en el último fin de semana se impuso a la Juve en el clásico.
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