Un Barça categórico golea al Getafe
Los azulgrana abaten al confundido equipo de Bordalás con la cabeza de Cubarsí y las piernas de Raphinha
El Barça supo jugar y ganar por goleada un partido que se sabía desapacible por el frío y se anunciaba difícil por ser quien es el Getafe. Aquel equipo tan complicado de batir, experto en el trampeo de los encuentros y en desquiciar a equipos pusilánimes como el Barcelona, ...
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El Barça supo jugar y ganar por goleada un partido que se sabía desapacible por el frío y se anunciaba difícil por ser quien es el Getafe. Aquel equipo tan complicado de batir, experto en el trampeo de los encuentros y en desquiciar a equipos pusilánimes como el Barcelona, alineado como una legión romana por Bordalás, se confundió de principio a fin en Montjuïc. Quiso ser muy valiente, convencido de la victoria, animado seguramente por el desconcertante momento barcelonista, y se convirtió en un suicida, por la excelente lectura hecha por el plantel de Xavi.
No perdonaron los azulgrana el desafío de Bordalás y se regalaron una tarde que no se recordaba desde los tiempos en que por la montaña olímpica pasaron el Betis y el Amberes y se anunciaba una temporada espléndida, muy diferente a la vivida en el insoportable arranque de Getafe: 0-0. Tampoco pintaba bien ni alegre la vuelta en el Lluís Companys. No jugaba Lamine Yamal. Xavi, sin embargo, acertó en el plan y en la alineación, con un plantel profundo y agresivo al espacio, y se pudo reivindicar ante la prensa: su anunciada dimisión para junio le sienta muy bien al Barça.
El partido empezó con una falta de Gündogan sobre Ilaix Moriba y una presión muy alta del Getafe. No parecía estar a gusto el Barça, muy encimado por las marcas de Bordalás, y soplaba un viento helador en la clareada grada de Montjuïc. El equipo azulgrana jugaba replegado, muy a la contra, fijado por la figura de Christensen. El central danés funciona a menudo como un tapón en el puesto de medio centro, para bien y para mal, porque evita las transiciones y facilita el repliegue y a cambio acostumbra a ralentizar el juego porque le cuesta girar y jugar sin retrovisor, más puesto de cara que de espaldas a Ter Stegen. Christensen, sin embargo, sabe descifrar también el juego cuando el equipo se despliega de forma armónica, como se advirtió en el 2-0.
Aunque la pelota llegaba muy de vez en cuando al campo del Getafe, las salidas azulgrana eran tan selectivas como desequilibrantes en busca de los desmarques de Rafinha y João Félix, ambos titulares en sustitución del discontinuo Pedri y de Yamal, fatigado al final en Nápoles. Apenas entraban en juego los centrocampistas y por el contrario los centrales y laterales cruzaban buenos balones largos hacia el arco de Soria. Así llegó el 1-0: Koundé profundizó para la carrera de Raphinha y el brasileño no paró hasta rematar a la red del Getafe.
No volvieron a marcar el brasileño ni el portugués antes del descanso porque los dos tomaron malas decisiones tras sendos mano a mano consecutivos ante Soria. Los delanteros azulgrana no dejaban de percutir la espalda de los zagueros del Getafe. Bordalás no paraba de mover las piezas sin encontrar remedio a las oportunidades del Barça. La serenidad de Pau Cubarsí y la actividad de De Jong y Gündogan propiciaron el despliegue rápido y directo del Barça ante la impotencia del Getafe. Los goles llegaron en la reanudación de forma cantada y de manera agradecida para llenar un partido que avaló las buenas sensaciones vividas durante un buen rato en Nápoles.
Muy meritorio fue el 2-0 porque Christensen se descolgó y apareció en un costado para habilitar al reaparecido João Félix después de una acción tejida a un toque prácticamente por Cubarsí, Gündogan y Raphinha. También se reivindicó como goleador De Jong en el 3-0 cuando empujó una asistencia de Raphinha. Y el 4-0 permitió volver a disfrutar del siempre productivo Fermín, atento al rechazo de Soria, exigido por el tiro de Vítor Roque. Incluso el brasileño acertó en el control en una jornada plácida para el Barcelona.
El partido salió redondo para los azulgrana, muy superiores con y sin balón, pletóricos con el 4-0. El Getafe, un equipo rico táctica y físicamente, acabó por aplaudir la excelente interpretación del partido realizada por el plantel de Xavi, que apostó por ganar el partido, menos exigente con el estilo del Barça. Más que un equipo contra natura fue un plantel posibilista contra el Getafe. Los azulgrana se gustaron después de un magnífico ejercicio de concentración dirigido por un soberbio central llamado Cubarsí. El fútbol y el marcador invitan por un día a los azulgrana a mirar hacia arriba en lugar de vigilar el cuarto puesto que da acceso a la Champions.
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