La valentía avala al Barça en el Villamarín
Los azulgrana mejoran su juego en una cancha talismán y alcanzan un triunfo de mérito con tres goles de Ferran y uno de João Félix ante un Betis reducido a Isco
El ruido del Bernabéu envalentonó al Barça para silenciar el Villamarín y animar el debate sobre el liderato de la Liga. Al Betis no le alcanzó con el talento de un exmadridista como Isco para contener a un equipo azulgrana más fino que nunca, eficaz como de costumbre y tan ambicioso que no paró de atacar hasta alcanzar una vez más la victoria al final, ya sin Lewandowski, ofuscado por el triplete de Ferran. Al igual que pasó en Montjuïc, el revulsivo fue ...
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El ruido del Bernabéu envalentonó al Barça para silenciar el Villamarín y animar el debate sobre el liderato de la Liga. Al Betis no le alcanzó con el talento de un exmadridista como Isco para contener a un equipo azulgrana más fino que nunca, eficaz como de costumbre y tan ambicioso que no paró de atacar hasta alcanzar una vez más la victoria al final, ya sin Lewandowski, ofuscado por el triplete de Ferran. Al igual que pasó en Montjuïc, el revulsivo fue João Félix, autor del 2-3, mientras Lamine Yamal se significaba como la figura de la estimulante obra colectiva del plantel de Xavi.
La sensación es que el Barça acostumbra a jugar en el Villamarín con un aire alegre y juvenil, como si el escenario le invitara a volver en busca de sus orígenes futbolísticos, invitado por el fútbol artístico del Betis y marcado también por el impacto de aquel 1-5 alcanzado por la Quinta de Lo Pelat en 1995. Así se explica la presencia en la alineación de dos jugadores de 16 años como el central Curbasí y el extremo Yamal. Ambos ayudaron a que el equipo se desplegara de manera armónica y cómoda por la falta de oposición del Betis, que se convirtió en espectador del partido después de que Luiz Henrique no culminara una asistencia del Isco.
No perdonó en cambio Ferran en la boca del gol después de ser habilitado por Pedri en una acción iniciada por Gündogan e interrumpida por un rebote de Marc Roca. El Betis dejaba hacer ante la impaciencia de la afición y el Barcelona se asociaba y combinaba con la pelota como no se recordaba desde que los verdiblancos visitaron Montjuïc y fueron sometidos por un 5-0 en una jornada marcada por la exhibición de João Félix. La suplencia actual del portugués explica de alguna manera el cambio experimentado desde entonces por el Barça. Los azulgrana se han destensado y su suerte en la mayoría de los partidos depende especialmente de la propuesta del rival, que en el caso del Betis fue muy generosa en los dos partidos de Liga.
Los verdiblancos fueron un conjunto muy generoso que durante mucho rato estuvo a merced del Barcelona y, especialmente, de la actividad de un veloz y talentoso Yamal. El extremo ayudó mucho en defensa y desequilibró siempre en ataque —uno de sus tiros fue devuelto por el poste— ante la intranquilidad de Villamarín. Los barcelonistas no acertaron a cerrar el partido antes del descanso porque extrañaron a Lewandowski. El ariete, al que el VAR anuló un gol por fuera de juego, no supo culminar la hegemonía de sus compañeros en la cancha ante un diezmado y ausente Betis. Nada se supo del debutante Johnny Cardoso y el fútbol de Isco era insuficiente para hacer cosquillas a la zaga del Barcelona.
Pellegrini no tardó en intentar cambiar el guion con dos atacantes muy singulares: Fekir y Borja Iglesias. Ninguno de los dos tuvo en cualquier caso el peso de Yamal. El extremo volvió a tomar el cuero ganado por Cubarsí, progresó por su costado derecho, desbordó a Abner y su centro fue escupido por la madera antes de caer a los pies de Ferran. El delantero de Foios anotó un segundo tanto que le acredita como el goleador ante el pasmo de Lewandowski. El Betis, sin embargo, despertó con el 0-2 mientras se dormía el Barcelona. Los verdiblancos apenas necesitaron tres minutos y dos jugadas para empatar un partido que había sido azulgrana desde el inicio hasta las dos dianas de Isco.
El encuentro se le escapó de las manos al Barcelona en un abrir y cerrar de ojos, señal de su falta de oficio y de madurez, siempre expuesto a la adversidad y al acierto de contrario, personalizado en Isco, excelente cuando enganchó el remate concedido por un tibio rechazo de Peña y la indecisión de Araujo y certero después de una pelota que no llegó a tocar Borja Iglesias. La respuesta de Xavi fue sustituir al insustancial Lewandowski por Vitor Roque y al intermitente Pedri por el fogoso Fermín. Nada cambió, sin embargo, hasta que salió João Félix cuando el encuentro estaba muy indefinido. El portugués tiró la pared con Ferran y remató con el exterior para anotar el 2-3.
Un gol extraordinario para un triunfo que rubricó Ferran, autor de tres tantos, el último por la intermediación también de Yamal. La efectividad de los dos puntas dejó en evidencia a Lewandowski. El regate del extremo y la pegada del delantero redimieron a una defensa permeable, con y sin Araujo, y acabaron con la condición de invicto del Betis en el Villamarín. No pierden los azulgrana en cancha verdiblanca desde 2008. El último triunfo les permite no descolgarse en la Liga y animarse con vistas al partido de Copa del miércoles en San Mamés. A falta de fiabilidad, la autoestima ayuda a un equipo en construcción, como afirma Xavi. El técnico sale reforzado de momento después de un partido mejor jugado que muchos de los anteriores desde el 5-0 de Montjuïc contra el mismo Betis.
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