Los capitanes de la selección rechazan los “comportamientos inaceptables” de Rubiales
Álvaro Morata pide aparcar la polémica tras leer un comunicado en el que hubo discrepancias entre los internacionales más propensos a ser más contundentes y los que eran más partidarios de rebajarlo
Dos semanas después de que la selección española ganara el Mundial femenino y de que Luis Rubiales le diera un beso no consentido a Jennifer Hermoso durante la entrega del trofeo, los futbolistas de la selección masculina hicieron pública su opinión este lunes sobre la polémica que ha sacudido a la federación y al mundo del fútbol. Lo hicieron mediante un breve comunicado acordado, según adelantó EL PAÍS, después de tres horas de debate entre los internacionales.
El escrito fue leído por el ca...
Dos semanas después de que la selección española ganara el Mundial femenino y de que Luis Rubiales le diera un beso no consentido a Jennifer Hermoso durante la entrega del trofeo, los futbolistas de la selección masculina hicieron pública su opinión este lunes sobre la polémica que ha sacudido a la federación y al mundo del fútbol. Lo hicieron mediante un breve comunicado acordado, según adelantó EL PAÍS, después de tres horas de debate entre los internacionales.
El escrito fue leído por el capitán, Álvaro Morata, antes del primer entrenamiento de la concentración para los partidos contra Georgia y Chipre de clasificación para la Eurocopa 2024: “Queremos rechazar lo que consideramos unos comportamientos inaceptables por parte del señor Rubiales, que no ha estado a la altura de la institución que representa”. Esta parte fue innegociable para los jugadores partidarios de ser contundentes con el presidente, ya suspendido por la FIFA durante 90 días. Aunque tardío, y sin la dureza que algunos pretendían, este es otro varapalo para Rubiales.
Primero fueron las 23 campeonas del mundo y ahora los internacionales masculinos los que han repudiado su comportamiento. Otro revés destinado a finiquitar sus días como dirigente en el fútbol nacional e internacional. Solo la UEFA, presidida por Alexander Ceferin, no ha emitido un comunicado condenando al que es uno de sus vicepresidentes.
En el texto, “escrito entre todos”, según Morata, los futbolistas comenzaron subrayando la importancia del título mundial conquistado en Australia: “Queremos trasladar, una vez más, nuestro orgullo y nuestra más sincera felicitación a la selección femenina por el título de campeonas del mundo en Sídney. Es un hito histórico cargado de significado que marcará un antes y un después en el fútbol femenino español, inspirando a muchísimas mujeres con un triunfo de valor incalculable”.
El comunicado, finalmente, fue conjunto, pero las discrepancias sobre su contenido e incluso sobre su publicación estuvieron en las conversaciones de los internacionales ante las presiones que existieron por parte de algún empleado con cargo, confirman fuentes federativas a este periódico. El asunto fue tratado después de comer y pesos pesados como Morata, Rodri, Azpilicueta y Kepa eran partidarios de una nota más rotunda por la imagen ofrecida por Rubiales durante los actos de celebración del Mundial femenino y en la asamblea del pasado 25 de agosto, en la que se negó a dimitir y llegó a proclamar que “el falso feminismo que hay en España es una lacra”.
Para el núcleo duro la imagen dada por el fútbol español merecía ser repudiada con más dureza. Finalmente, el comunicado salió consensuado ante las distintas sensibilidades que había en el vestuario. Se discutieron varios borradores, hasta llegar al acuerdo de rebajarlo, pero sin obviar la condena a los actos de Rubiales. Cuando menos fue curioso que Morata, en su alocución, pronunció la palabra igualdad y esta no aparecía en el comunicado emitido por la federación por los cambios que hubo hasta llegar al consensuado.
Busquets, tajante
El desliz confirma que la redacción de la nota tuvo su miga. Personal federativo que trabaja en el área deportiva y sigue fiel al rubialismo estaba muy preocupado por el contenido del comunicado y el modo de anunciarse. Según otras fuentes federativas, hubo quien echó en falta a Busquets, ya retirado de la selección. Con el que fuera capitán, los que pretendieron entrometerse en el comunicado no se hubieran atrevido. Este reforzó a sus compañeros desde Estados Unidos: “Ni tolero ni consiento la actuación”. No es la primera vez en estos días que los empleados federativos que aún son fieles a Rubiales abroncan a trabajadores porque piensan que no defienden la figura del dirigente granadino.
El comportamiento de Rubiales desvió el foco de lo conseguido y la nota también lo denunciaba, aunque no hubo ninguna referencia a Jennifer Hermoso: “Queremos lamentar y expresar nuestra solidaridad con las jugadoras que han visto empañado su éxito”, decía el texto de los futbolistas. “Nos situamos de manera firme y clara del lado de los valores que representa el deporte. El fútbol español debe ser motor de respeto, inspiración, inclusión y diversidad, y debe dar ejemplo con sus conductas tanto dentro como fuera del campo”. Después de estas consideraciones, mostraron su voluntad de dejar atrás ya la polémica: “Nos gustaría que, a partir de ahora, nos pudiéramos centrar en cuestiones deportivas ante la relevancia de los retos que tenemos por delante”. Los internacionales y el departamento de comunicación federativo sabían que esta concentración está marcada por el <CF1001>caso Rubiales</CF> y por ello comparecieron ante la prensa, aunque no se admitieron preguntas. La intención es que se hable lo menos posible durante estos días. No lo tendrán fácil.
Este martes comienzan las ruedas de prensa y las entrevistas individualizadas. Habrá que ver si se han impuesto consignas como aludir al escrito leído por Morata para despejar las preguntas de la prensa, que seguro las habrá. Ayer no solo fueron los internacionales españoles los que rechazaron la actitud de Rubiales; el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, volvió a la carga: “Lo que a mi juicio representa la marca España es la fenomenal reacción de las jugadoras de la selección femenina y, sobre todo, la descomunal reacción de la sociedad española, que ha dicho se acabó. Con todas las consecuencias, empezando por los responsables de los abusos que no nos representan y nos abochornan a la inmensa mayoría de españoles y españolas”.
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