Red Bull confirma a Liam Lawson como sustituto de Checo Pérez
El equipo energético se decanta por el joven neozelandés para que acompañe a Verstappen a partir del Mundial de Fórmula 1 de 2025
Red Bull alargó la incertidumbre apenas 16 horas. Ese fue el tiempo que transcurrió entre el anuncio del despido inmediato de Sergio Pérez, el miércoles por la tarde, y el que dio la bienvenida a Liam Lawson como sustituto del mexicano para 2025, que se produjo este jueves por la mañana. De esta forma, el equipo ha optado por el piloto neozelandés como compañero de Max Verstappen, la piedra angular de su proyecto en la Fórmula 1, proclamado tetracampeón del mundo el mes pasado, en Las Vegas, dos citas antes de finalizar el campeonato. Lawson es una apuesta arriesgada por parte de la ejecutiva que maneja la escudería del búfalo rojo. Ya no solo por su juventud (22 años), sino porque en su hoja de servicios solo se cuentan 11 grandes premios, todos en Racing Bulls (RB), el segundo equipo de Red Bull, y como remplazo de Daniel Ricciardo. Lawson debutó en el certamen la temporada pasada a raíz del accidente que el australiano sufrió en Holanda y que le mantuvo de baja cinco pruebas. Posteriormente, ya en 2024, el corredor kiwi se hizo con el volante de Ricciardo en RB a partir del Gran Premio de Estados Unidos y participó en las últimas seis carreras del curso. Hasta el momento, su mejor resultado es la novena posición que logró en Singapur (2023) y en Austin (2024).
La decisión tomada en los despachos de la estructura de Milton Keynes (Gran Bretaña) supone un duro golpe para Yuki Tsunoda, el otro candidato a la vacante que dejó Pérez. En un primer momento, el japonés parecía tener más números que su rival directo, sobre todo basándose en su experiencia, dado que lleva en la parrilla desde 2021. En este sentido vale la pena destacar que Honda, actual suministrador de motores de Red Bull y uno de los más interesados en la promoción de Tsunoda, dejará de proveer a la marca energética en 2026 y pasará a asociarse con Aston Martin. Eso, probablemente, jugó en contra del aspirante de Kanagawa.
“El concurso de Liam en sus dos temporadas con Racing Bulls ha dejado claro que no solo es capaz de ofrecer grandes resultados, sino que también es un piloto que no tiene miedo de estar con los mejores”, argumenta Christian Horner, el director de Red Bull. “Su llegada, desde el programa Júnior —la plataforma de formación de pilotos de la división de carreras de la compañía— sigue la estela de campeones como Sebastian Vettel y, por supuesto, Max”, añade el jefe, que define como “una tarea de enormes proporciones” el tener que competir bajo el techo del mismo garaje que el holandés. “Estoy muy emocionado de poder trabajar junto a Max, y de aprender de un campeón. No tengo ninguna duda de que voy a extraer cosas muy positivas de él”, zanja, por su parte, Lawson.
Esta maniobra persigue reducir la brecha entre el rendimiento de Verstappen y su compañero, que el ejercicio que concluyó a principios de mes ascendió hasta los 285 puntos. Con McLaren en pleno apogeo —celebró el título de constructores que no conseguía desde 1998— y Ferrari en manos de Lewis Hamilton y un bólido cada vez más afilado, Red Bull no puede permitirse que uno de sus pilotos se proclame campeón y el otro termine el octavo, sin ser capaz de subirse al podio en siete meses de competición.