Mercedes blinda a Antonelli, que será el sustituto de Hamilton para 2025

Aquellos que tuvieran dudas acerca de las intenciones de Mercedes con Andrea Kimi Antonelli habrán quedado convencidos de que la marca alemana tenía clarísima cuál era su apuesta para remplazar al piloto más influyente de su historia. Este jueves, en la previa de la cronometrada del Gran Premio de Italia, (15.00 horas, Dazn) que colocó a Lando Norris en la pole, a Carlos Sainz el sexto y a Fernando Alonso, el undécimo; el fabricante de la estrella anunció que el italiano se subirá al monoplaza que Lewis Hamilton aparcará en 2025 para enfundarse el mono de Ferrari, en la que, probablemente, sea la última estación de su trayectoria deportiva. La operación es un manifiesto de lo más contundente si tenemos en cuenta el contexto y sus derivadas.

A sus 18 años, Antonelli se convierte en el primer debutante que Mercedes promociona directamente a su escudería de Fórmula 1. Casi más relevante que la estadística es la coyuntura en la que se produce la noticia: solo un día después de que el muchacho pasara uno de los peores tragos de su vida, al estrellarse contra las barreras de la Parabólica, una de las curvas más rápidas de todo el calendario, diez minutos después de estrenarse en una sesión de ensayos oficial. Antonelli, que tras el percance del viernes se reincorporó a su equipo en la Fórmula 2 (Prema), compartirá el garaje de las Flechas de Plata con George Russell, que el curso que viene afrontará su quinto año como piloto de la estructura de Brackley (Gran Bretaña).

“Estamos entusiasmados con aquello que George y Kimi aportarán, bien sea individualmente y como equipo. Creemos que nuestra nueva pareja es perfecta para abrir el siguiente capítulo de nuestra historia, además de la evidencia de la fuerza de nuestro programa de formación, y de nuestra fe en el talento que tenemos”, declaró Toto Wolff, director de Mercedes y principal valedor de Antonelli, a quien tutela desde hace tiempo.

Con esta decisión, el constructor de Stuttgart zanja uno de los culebrones de este ejercicio, cuyo primer capítulo lo protagonizó Hamilton, antes de que el Mundial echara a rodar, con su fichaje por Ferrari. A pesar de que el nombre de Antonelli siempre estuvo encima de la mesa y sonó mucho, su arranque más bien discreto en su primera experiencia en la F2 hizo que la excitación bajara mucho de intensidad. Sin embargo, las dos victorias que logró casi seguidas, en Silverstone y en Budapest, le volvieron a colocar en el candelero. Tras unas 12 sesiones privadas de test, el viernes compartió por primera vez un entrenamiento oficial con el resto de la parrilla, aunque la salida de pista y el posterior trompazo contra las barreras de protección hicieron que muchos dudaran del convencimiento de Mercedes y, sobre todo, de Wolff.

La elección del chico de Bolonia es una declaración de intenciones casi tan llamativa como el accidente que sufrió el viernes, que le hizo soportar un impacto de una fuerza de 45G, y que, según el ejecutivo austríaco, fue consecuencia directa de las monstruosas expectativas puestas en el chaval. “Creo que las circunstancias son las culpables de lo sucedido. Está bajo la lupa porque se trata de Monza, porque hace tiempo que un italiano no compite en equipo de los grandes. Esto puede ser demasiado para un joven de 18 años”, convino Wolff, antes de insistir en el talento del boloñés: “Prefiero tener problemas para frenarle que para hacer que vaya más rápido. Lo que vimos en una vuelta y media es simplemente asombroso”.

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