Un juego para Verstappen y Norris, un problema para sus equipos

La naturalidad con la que el holandés y el británico resuelven sus diferencias al llegar a Silverstone, donde Russell arrancará desde la ‘pole’, contrasta con los reproches entre McLaren y Red Bull

El Red Bull de Max Verstappen y el McLaren de Lando Norris.MARTIN DIVISEK (EFE)

No hay temporada de Fórmula 1 más cómoda de gestionar para el brazo deportivo de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) que aquella en la que manda un equipo y a poder ser el mismo piloto, bien sea este Lewis Hamilton, coronado seis veces de siete posibles entre 2014 y 2020, o Max Verstappen, que ha arrasado los dos últimos cursos subido a su Red Bull, señalado como el monoplaza más dominante de la historia del certamen. El problema es cuando las trayectorias de dos corredo...

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No hay temporada de Fórmula 1 más cómoda de gestionar para el brazo deportivo de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) que aquella en la que manda un equipo y a poder ser el mismo piloto, bien sea este Lewis Hamilton, coronado seis veces de siete posibles entre 2014 y 2020, o Max Verstappen, que ha arrasado los dos últimos cursos subido a su Red Bull, señalado como el monoplaza más dominante de la historia del certamen. El problema es cuando las trayectorias de dos corredores se cruzan porque el rendimiento de sus bólidos se empareja. Eso ocurrió entre el holandés y el británico en 2021, que dio uno de los desenlaces más explosivos de siempre, y por ese camino va el presente ejercicio, en el que McLaren ha emergido como una amenaza muy seria para la marca del búfalo rojo. Después de varios sustos de Lando Norris, con el triunfo en Miami como momento más estelar, el incidente entre el estilete de los de Woking y Mad Max, el domingo pasado en Austria, anticipa un Gran Premio de Gran Bretaña, este domingo (16:00 horas, Dazn), con un voltaje disparado. Los dos compartirán la segunda línea de la parrilla en Silverstone, liderada por George Russell, con Carlos Sainz el séptimo y Fernando Alonso, el décimo.

La gresca entre Verstappen y Norris que decidió la última carrera a favor de Russell en el Red Bull Ring dejó un reguero de declaraciones en Spielberg y a lo largo de la semana. Las críticas de McLaren hacia un supuesto incumplimiento del reglamento por parte de su rival en las maniobras para defender el liderato —Verstappen fue acusado de reaccionar a las ofensivas de Norris modificando su trayectoria en frenada, algo prohibido—, derivaron después en un discurso mucho más profundo por parte de los responsables de la tropa de los coches papaya. Andrea Stella, jefe de McLaren, argumentó que el incidente y la polémica que dejó tras de sí se explica a partir de la permisividad que la FIA mostró en el pasado, y que dio lugar a episodios tan controvertidos como el desenlace del campeonato de 2021, entre Verstappen y Hamilton, en Abu Dabi. En aquella ocasión, el intervencionismo de la FIA dejó completamente expuesto al multicampeón de Mercedes, con una decisión que será recordada para siempre —permitió a los monoplazas que había entre Hamilton y Verstappen que se desdoblaran, pero solo a ellos, no al resto—. Mercedes calificó de robo la que habría significado la octava corona del de Stevenage.

“No queremos ver otro 2021. Considero que aquel episodio no fue para nada beneficioso para la F1. Seguramente fue entretenido, pero no por los motivos que debería haberlo sido”, convino Stella, muy crítico con la última gestión del órgano que debe velar por la aplicación de la normativa. A consecuencia del choque con Norris, que se vio avezado a la retirada, Verstappen recibió una penalización de diez segundos, que no afectaron en absoluto al resultado final. Terminó el quinto, exactamente la misma posición en la que habría cruzado la meta de no ser sancionado. Irónicamente, el infractor se fue de allí con un margen superior al frente de la tabla (por 12 puntos), al que el que tenía al llegar a Austria. Precisamente, respecto de Norris, que ahora le persigue, a 81 puntos de distancia. “Estoy convencido de que analizarán este caso, y que servirá de ejemplo para saber cómo debemos proceder”, remachaba el ingeniero. “Creo que lo que está ocurriendo es que Lando está descubriendo cómo se corre contra Max. “Inevitablemente, creo que vendrán más carreras igualadas entre ambos, porque los coches están a un nivel muy parecido”, convino Cristian Horner, jefe de Red Bull. “Max es un piloto duro, probablemente uno de los más duros que exista. Y quien trate de vencerle tiene que saber que él dará todo lo que tiene”, advirtió el excorredor.

Se da la circunstancia de que los dos protagonistas del último domingo son muy buenos amigos. Por eso, su rifirrafe quedó resuelto mucho antes que el cruce de declaraciones de los ejecutivos de sus respectivas compañías. “Me importan una mierda las críticas. Yo me vuelvo a mi casa y sigo con mi vida. Lo único que me importa es mi relación con Lando”, soltó Verstappen, que habló con su colega el lunes y el miércoles de esta semana, para aclarar las cosas. “Al final, llegamos a la conclusión de que nos lo pasamos muy bien en aquella lucha. Fue un pequeño toque con unas consecuencias muy grandes para ambos”, prosiguió el tricampeón. “Fue un incidente bastante patético si tenemos en cuenta qué supuso, especialmente para mí. Uno de los contactos más leves que uno puede tener, con consecuencias terribles para ambos, y especialmente para mí”, remachó Norris.

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