De Arconada a Unai Simón, los peores errores de los porteros españoles

El fallo del guardameta del Athletic ante Croacia entra en la colección de desdichas de la selección en los grandes torneos

Unai Simón tras el fallo ante Croacia en el partido de este lunes.Martin Meissner (AP)

El fallo de Unai Simón en el minuto 20 del duelo de octavos de la Eurocopa ante Croacia entró directamente en el capítulo de desdichas de la selección española en los grandes torneos internacionales. La inocente cesión de Pedri resultó incontrolable para el portero del Athletic. Otro episodio nefasto en una historia de pifias que inauguró Julio Cardeñosa el 7 de junio de 1978, en Mar del Plata, con su no gol ante Brasil, en el segundo partido de la primera fase del Mundial de Argentina. Pero, con el tiempo, los porteros fueron adueñándose de este infausto protagonismo.

El 27 de junio de...

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El fallo de Unai Simón en el minuto 20 del duelo de octavos de la Eurocopa ante Croacia entró directamente en el capítulo de desdichas de la selección española en los grandes torneos internacionales. La inocente cesión de Pedri resultó incontrolable para el portero del Athletic. Otro episodio nefasto en una historia de pifias que inauguró Julio Cardeñosa el 7 de junio de 1978, en Mar del Plata, con su no gol ante Brasil, en el segundo partido de la primera fase del Mundial de Argentina. Pero, con el tiempo, los porteros fueron adueñándose de este infausto protagonismo.

El 27 de junio de 1984, en el Parque de los Príncipes de París, ante 47.000 espectadores, Luis Miguel Arconada penó con la responsabilidad de la derrota de España ante la anfitriona Francia en la final de la Eurocopa. Tras una primera parte muy disputada y con numerosas alternativas, llegó el momento fatídico. Una falta asequible para Arconada lanzada por Platini se deslizó entre los brazos y el pecho del guardameta español. El postrero gol de Bellone en el último minuto de poco servía ya. España perdía el título por uno de los errores más infantiles que le recuerdan a un portero en las ediciones disputadas. El triunfo supuso la consagración de una generación de jugadores franceses liderados por Michel Platini, que dieron el primer gran trofeo al fútbol galo. Manuel Amoros, Maxime Bossis, Alain Giresse, Jean Tigana, Luis Fernández o Bernard Lacombe formaron parte de aquel equipo que dos años antes había fracasado en el Mundial de España, pero que consiguió finalmente el éxito que perseguía.

Antonio Maceda recordó años después: “Yo compartía habitación con él y no me habló del gol hasta un par de partidos después, cuando volvimos del veraneo”. Juan Señor le defendió. “Arconada era un líder y no hacía falta que dijera nada. Con la mirada ya te decía que él era consciente de que había fallado, pero fue un accidente. No se lo merecía. Sin él, no habríamos recuperado la ilusión por la selección porque nos habríamos vuelto a casa tras la primera fase”, aseguró.

Arconada, en la final de la Eurocopa de 1984.EFE

La afición española no olvida tampoco el error que tuvo Zubizarreta en el partido inaugural del Mundial de Francia 98 ante Nigeria. Aquel día, la selección se había adelantado en el marcador con un gol de falta de Fernando Hierro en el minuto 21. Después empató Nigeria, pero un tanto de Raúl puso a España de nuevo por delante. En el minuto 73 de aquel encuentro cambió la suerte de la selección en aquel Mundial: Garba Lawal centró casi desde la línea de fondo.

Era un tiro aparentemente sin peligro, el balón no iba muy fuerte y no había jugadores nigerianos cerca. Pero Zubizarreta, el portero de España, metió la mano y desvió el balón de tal forma que acabó entrando casi sin fuerza en su propia portería. Aquella jugada se terminó convirtiendo en el símbolo de aquel Mundial para los aficionados españoles, pues después Nigeria marcó otro gol y la selección perdió el partido. Finalmente, el fallo resultó decisivo para que España fuera eliminada de aquel campeonato en la primera fase.

Zubizarreta, tendido en el césped tras su fallo ante Nigeria.Reuters

Seis años después de aquello, en la Eurocopa de 2000, en un partido entre España y Noruega, José Francisco Molina, actual director deportivo de la Federación, pasó a la galería de estropicios. El guardameta protagonizó la jugada del partido con un clamoroso error en el despeje al borde del área que generó el gol noruego. Acudió a atrapar el balón a territorio hostil, lejos de los palos, sin necesidad de actuar en un pelotazo lejano y sin aparente peligro. La lucha parecía para el central y el delantero, la consecuencia fue un gol que pasará a la historia de la fatalidad española. “Lo vi claro, fui a por el balón, pero me lo comí”, dijo después Molina.

Errores recordados como el de René Higuita, portero de Colombia, en los octavos de final del Mundial de Italia 90 frente a Camerún. El mítico guardameta cogió un balón casi en el medio del campo y se acabó haciendo un lío del que se aprovechó el legendario Roger Milla, que le arrebató el esférico y marcó. Colombia perdió el partido y tuvo que regresar a su país. En Estados Unidos 1994 fue el portero surcoreano Cho In Young el que tuvo la mala suerte de pasar a la historia. Young se confió en un disparo del alemán Klinsmann y el balón acabó pasando hacia la portería a solo unos milímetros de su guante. El seleccionador de Corea del Sur, Kim Ho Kon, le sustituyó en el descanso. La lista de porteros que han pasado a la historia de Mundiales y Eurocopas por sus errores es mucho más larga: de ella no se salvan ni el alemán Oliver Kahn (que falló en la final del Mundial de 2002 frente a Brasil) ni el salvadoreño Raúl Magaña ni el holandés Patrick Bonner. Fallos para la historia.

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