El verano loco de Mikkel Damsgaard
El extremo de Dinamarca, rival de Gales en octavos, concentra el espíritu arrebatado de su selección
Hay jugadores que aceleran y jugadores que viven acelerados. Mikkel Damsgaard lleva 140 minutos de aceleración en esta Eurocopa. Está absolutamente inflamado. Parece a punto de descarrilar en cada curva. Pero contra todas las apariencias que le confieren su cabeza gacha y sus pies abiertos, él consigue equilibrarse y encontrar la solución en el límite. Su agitación frenética condensa el valor de Dinamarca, equipo que hace del ritmo ago...
Hay jugadores que aceleran y jugadores que viven acelerados. Mikkel Damsgaard lleva 140 minutos de aceleración en esta Eurocopa. Está absolutamente inflamado. Parece a punto de descarrilar en cada curva. Pero contra todas las apariencias que le confieren su cabeza gacha y sus pies abiertos, él consigue equilibrarse y encontrar la solución en el límite. Su agitación frenética condensa el valor de Dinamarca, equipo que hace del ritmo agobiante su mejor arma en un torneo definido por partidos desmadejados.
Los técnicos especulan sobre la causa de tanto frenesí en una competición que en otras ediciones se caracterizó por la contención. Lo atribuyen en parte a las burbujas asépticas después de un año de burbujas, al confinamiento redoblado al que se han sometido las plantillas de futbolistas tan ansiosos por escaparse de fiesta como resignados a un mes más de claustro, lejos de sus hogares, según los protocolos de la pandemia. La tensión es tal que los equipos saltan al campo desinhibidos. Se atacan mutuamente sin temor a quedar eliminados porque la peor consecuencia del fracaso son —por fin— unas vacaciones. Nadie se da tregua y aun así, en la onda vertiginosa destaca el más joven de los daneses. Al margen de consideraciones sanitarias y sociales, Damsgaard, a sus 20 años, vive días de locura futbolística.
“Veíamos en los entrenamientos que era habilidoso”, explica Braithwaite. “Pero jugar al fútbol en una Eurocopa, en un estadio lleno, contra un rival como Bélgica, requiere tener algo especial”.
Lo confirmaron Dendoncker, Tielemans, Meunier, Denayer o Alderweireld, los componentes de la selección de Bélgica que se lo encontraron en su zona en la segunda jornada del Grupo B. Atónitos ante la avalancha que provocó este multiusos flaco de frente abombada, diestro que ocupó el extremo izquierda, desbordó por afuera, se metió en el mediocampo, robó, orientó, y acabó en el punto de penalti o en los palos sin dejar de moverse para que le pasaran la pelota como si la necesitara desesperadamente. Como un poseso pero sin perder el sitio. Aparentando mucha serenidad, fue el jugador de su equipo que más remató a puerta (5), el que más pases dio (69), el que más ocasiones creó (4) y el que más y mejor regateó (cinco de cinco).
“Estoy feliz”, dijo, flemático, cuando le preguntaron por su golazo a Rusia en la última jornada. Sus paisanos aseguran que se trata de un muchacho tímido y un poco rústico. Nacido en la aldea de Jyllinge, en la costa occidental de Selandia, destacó en el equipo de niños que dirigía su padre antes de fichar por el Nordsjaslland.
Nordsjaslland, caladero del Ajax
El Nordsjaslland, caladero del Ajax, es un club de cantera por antonomasia. Ubicada en un suburbio del norte de Copenhague, la escuela se jacta de practicar el fútbol moderno y divertido que en las últimas décadas hizo famoso el Barcelona. Al frente de sus ideólogos destacó Kasper Hjulmand, un técnico cuyo lema invoca el espíritu práctico de la asociación sencilla: “Juega a lo que veas, no a lo que imaginas”.
Que Kasper Hjulmand acabara este año al frente de la selección resultó menos sorprendente que su decisión de llevarse consigo a su pupilo. Cuando Christian Eriksen sufrió la parada cardiorrespiratoria que le retiró de la selección, el técnico no dudó en poner a Damsgaard en su lugar. La situación era tan dramática que ya no había nada que perder.
Fichado por la Sampdoria en 2020, Damsgaard pasó sin dejar rastro por su primera temporada en la Serie A. Los ojeadores no recuerdan haber visto en él al mismo futbolista que hoy electrifica Dinamarca. ¿Será la seguridad que le brinda Hjulmand? ¿Será el deseo de resolver en dos semanas toda una carrera deportiva, al modo de Karel Poborsky en el 96? ¿Mantendrá este ritmo nueve meses seguidos?
Este sábado ante Gales en octavos de final (18:00 horas, Telecinco) comenzará a desenrollarse la respuesta.
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