Un Giro de Italia dulce para acoger el debut de Juan Ayuso

La ‘corsa rosa’, que partirá de Albania el 9 de mayo, escamotea los Dolomitas y las etapas monstruo que forjaron su leyenda

Juan Ayuso asciende el Paso Albula en el Tour de Suiza de 2023.GIAN EHRENZELLER (EFE)

Giro 25. Modo de empleo. Miércoles 28 de mayo. Etapa 17ª. Salida desde el norte de Trento, llegada en Bormio, puerta de entrada a los Dolomitas. 154 kilómetros. Dos puertos a mitad de recorrido, el clásico y tendido Tonale, un segunda, y el terrorífico en apariencia Mortirolo, que no lo será tanto: está situado a casi 50 kilómetros de la meta y se asciende por Monno, el lado fácil (12,6 kilómetros al 7,6%), y para llegar a Bormio se esquiva tristemente el Stelvio: los corredores solo pasarán por el cruce del camino que asciende desde la ciudad al gigante de los Alpes. Una etapa de transición en un territorio de épica. No habrá gigantes, puertos que rozan las nubes a casi 3.000 metros, nieves perpetuas. Ni Bondone ni Gavia ni Stelvio ni Zoncolan ni Marmolada ni las Tres Cimas de Lavaredo. Ni siquiera Pordoi.

En su lugar, una salida de Albania, un regreso en cierta forma neocolonial de Italia 80 años después de tener que abandonar lo que fue territorio ocupado, parte del imperio que Mussolini quiso soñar en los Balcanes, los tiempos de un rey inventado llamado Zog y de los partisanos comunistas liderados por Enver Hoxha que liberan el país en noviembre de 1944. La derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial. La Liberación de Italia del 25 de abril de 1945, y pocas semanas después el cabo del ejército Fausto Coppi llega a Nápoles tras dos años de cautiverio en Túnez, prisionero del ejército británico, y pide en un periódico ayuda para que alguien le preste una bicicleta para volver a entrenarse, él, que en 1940, a los 20 años, ya había ganado su primer Giro. El pasado resucita en forma de un centro para inmigrantes expulsados de Italia y una carrera ciclista amante de las etiquetas.

La lucha por lo que les gusta llamar el ADN más virginal, la etiqueta de marketing más atractiva para lo que desean los aficionados, conduce a las grandes vueltas a la estupidez y a la paradoja. El Tour y la Vuelta, tradicionalistas de siempre, se empeñan en una cura de rejuvenecimiento que los lleva a encrespar y casi desnaturalizar sus recorridos, mientras que el Giro, dueño de la escenografía más salvaje, los Dolomitas, en el mes más imprevisible meteorológicamente, mayo, busca dulcificar su dureza inevitable, lo que le conduce a la contradicción.

“Será un recorrido de dureza progresiva que acabará en una última semana dura pero sin exageraciones, sin una etapa monstruosa que dicte sentencia”, explican desde la organización de una carrera que saldrá el 9 de mayo, viernes, de Durrës, en la costa adriática, y terminará el 2 de junio, domingo, en Roma. “Esto obligará a ataques cotidianos, sin la excusa de esperar a jugárselo todo el día más duro”.

Con 52.500 metros de desnivel total acumulado, mil metros más que el Tour, el Giro de 2025, anunciado hoy, presenta el trazado aparentemente más montañoso de los últimos años —42.900 metros en 2024 (Pogacar exhibition); 51.300 en 2023 (Roglic); 50.948 en 2022 (Hindley); 46.900 en 2021 (Egan)—, dureza que examinada de cerca se convierte en casi dulzura, para solaz del debutante Juan Ayuso, que contará a su favor con 43 kilómetros contrarreloj (14 + 29), y hasta podrá vestirse de rosa en las calles de Tirana el segundo día, y solo será penalizado con tres finales de montaña en alto, la cifra menor de los últimos años: un final en los Apeninos del sur (Tagliacozzo, 12 kilómetros al 5% en la séptima etapa), uno el los Alpes de Trento (San Valentino, 17 kilómetros al 6,4%), y, quizás el día más grande, Sestriere en la penúltima etapa después de ascender Le Finestre y sus ocho kilómetros sin asfalto). Será el día de Mikel Landa, que en una etapa similar se frenó, 2015, después de dejar clavado a Alberto Contador, de rosa, para proteger el segundo puesto de su compañero en el Astana Fabio Aru. Será, junto, quizás, con la etapa anterior, la 19ª por el Valle de Aosta, la única que le haga soñar al escalador alavés.

No habrá ninguna etapa de más de 5.000 metros de desnivel, el límite entre muy dura y exageradamente dura, ni de más de seis horas de duración. Vuelan, como los Dolomitas escamoteados, las viejas marcas de fábrica del Giro que hizo mito a Coppi y a Pantani. Habrá, sí, etapas turísticas y nostálgicas por Toscana, signo de los tiempos, un pellizco de sterrato por los caminos de las Strade Bianche hacia Siena (novena, domingo 18 de mayo) y una crono amarcord, 29 kilómetros entre Lucca y Pisa (décima, 20 de mayo), como aquella de 1977 en la que el noruego Knut Knudsen, un coloso nacido para la pista y las contrarrelojes, voló a 50 por hora sacándole un minuto al intocable Francesco Moser.

Ayuso, 22 años y debutante en la corsa rosa, y Landa (35, octava participación, dos podios y tres victorias de etapa) son la esperanza española frente a una participación que se anuncia densa, encabezada por Primoz Roglic, ganador en 2023, y, quizás, Jonas Vingegaard, el ganador de dos Tours que nunca ha corrido el Giro.

También se presentó en el auditorio Ennio Morricone de Roma el recorrido del Giro femenino, que se disputará, en ocho etapas, del domingo 6 al domingo 13 de julio, coincidiendo con el Tour masculino. La carrera comenzará en Bérgamo con una contrarreloj individual de 13,6km y terminará en el circuito Enzo y Dino Ferrari de Imola, donde Julian Alaphilippe ganó el Mundial de 2020. La etapa reina en la que las mejores españolas, Eneritz Vadillo o Mavi García, se medirán a las previsibles —Demi Vollering, Kasia Newiadoma...— será la penúltima, 3.850 metros de desnivel en un circuito de 157km por los Apeninos que marcan la frontera entre la Umbria y Las Marcas, con final en la cima del Monte Nerone, tras una ascensión de 10km al 8%. Por esas carreteras en el Giro masculino de 2009, Carlos Sastre logró una de sus más duras victorias, en el monte Petrano tras superar el Nerone y al final de un recorrido de más de siete horas y casi 240 kilómetros.

Recorrido del Giro femenino:

6 de julio, 1ª etapa, Bérgamo-Bérgamo, 13,6km (CRI)

7 de julio, 2ª etapa, Clusone-Áprica, 99km

8 de julio, 3ª etapa, Vezza d’Oglio-Trento, 124km

9 de julio, 4ª etapa, Castello Tesino-Valdobbiadene, 156km

10 de julio, 5ª etapa, Mirano-Monselice, 108km

11 de julio, 6ª etapa, Bellaria-Orciano di Pésaro, 144km

12 de julio, 7ª etapa, Fermignano-Monte Nerone, 157km

13 de julio, 8ª etapa, Forlì-Imola, 138km

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