Los Clippers fulminan de madrugada a Chris Paul en su año de despedida

Los Angeles Clippers tenían muchas esperanzas depositadas en la presente temporada de la NBA. En apenas un par de meses, sin embargo, la ilusión se ha desvanecido por completo. En la campaña de estreno de su flamante y milmillonario pabellón, el Inuit Dome que acogerá parte del programa olímpico de Los Ángeles 2028, y con un equipo tan veterano como plagado de auténticas estrellas de la competición, la franquicia angelina acaba de añadir otro triste capítulo a la profunda crisis deportiva e institucional que atraviesa. Chris Paul, uno de los grandes iconos del club, fue fulminado a altas horas de la madrugada en el hotel del equipo en Atlanta y no volverá a vestir la camiseta de L.A. durante la que debía ser su gran gira de despedida a los 40 años. El veterano base, 12 veces All Star, se enteró de la sorprendente decisión poco antes de las tres de la mañana y lo compartió tal cual en sus redes sociales. “Me acabo de enterar de que me mandan a casa”, escribió el jugador.

Ante el revuelo generado, y a pesar de las horas en Estados Unidos, el presidente de operaciones de baloncesto del equipo mandó un escueto comunicado a la prensa especializada. “Vamos a separar nuestros caminos con Chris y él no seguirá formando parte del equipo. Trabajaremos con él en el siguiente paso de su trayectoria”, afirmaba Lawrence Frank, mano derecha del propietario más acaudalado de la NBA y antiguo CEO de Microsoft, Steve Ballmer. “Chris es un Clipper legendario que ha tenido una carrera histórica. Quiero dejar algo bien claro: nadie está culpándole por nuestro mal rendimiento. Yo acepto esa responsabilidad ahora mismo, y hay muchas razones por las que hemos sufrido. Estamos agradecidos por el impacto que Chris ha tenido en nuestra franquicia”, concluía el ejecutivo.

La controvertida decisión llega dos semanas después de que Paul confirmara que esta sería su última temporada como profesional durante la visita de los Clippers a Nueva Orleans, donde empezó con los Hornets (ahora Pelicans) su extensa y exitosa trayectoria, tan solo falta del anillo. “Esta gente está loca”, reaccionaba el hermano de CP3 en las redes. Muchas incógnitas rodean esta patada inesperada a la leyenda, que había disputado seis campañas ganadoras en el pasado con la franquicia y había vuelto al equipo con la intención de ejercer de líder del vestuario y disfrutar de su último baile en la NBA.

En el currículum del base figuran 11 elecciones a los mejores quintetos de la temporada, la inclusión en el equipo del 75 aniversario y el premio al novato del año ganado en 2005 tras ser elegido en el cuarto puesto del Draft. A nivel internacional, Paul cosechó dos oros olímpicos con el Team USA (Pekín 2008 y Londres 2012) y el bronce en el Mundial de Japón en 2006. Actualmente, el base es el segundo jugador con más asistencias registradas en su carrera, tan solo por detrás del miembro del Salón de la Fama y ex de los Utah Jazz John Stockton.

Los Clippers encadenan cinco derrotas consecutivas y este miércoles juegan en Atlanta después de haber recibido una tunda por parte de los Miami Heat, que llegaron a ganarles de 38 puntos y terminaron superándoles por 140-123. Paul se irá ahora a casa sin volver a jugar otro minuto, con promedios de 2,9 puntos y 3,3 asistencias en 14 minutos de juego en 16 apariciones desde el banquillo este curso. El año pasado, CP3 ejerció de mentor de Victor Wembanyama y los jóvenes en San Antonio Spurs, donde fue titular en los 82 partidos de la temporada regular con promedios de 8,8 puntos y 7,4 asistencias en 28 minutos de juego.

El balance de los Clippers es de cinco triunfos y 16 derrotas, lo que les sitúa en la penúltima posición de la Conferencia Oeste, un rendimiento muy por debajo de las expectativas de playoffs depositadas en las manos de sus dos ases: James Harden, MVP de la NBA en 2018, y Kawhi Leonard, dos veces campeón de la liga en el pasado. Este último, además, ha sido el protagonista inesperado de la pretemporada tras haberse destapado un hipotético sobresueldo de 24 millones de euros a través de uno de los patrocinadores de la franquicia, un asunto que mantiene abierta una investigación de la competición y puede desencadenar fuertes sanciones y suspensiones para todos los implicados. A finales de noviembre, para más inri, los Clippers perdieron por lesión al escolta Bradley Beal, su fichaje más sonado este verano.

Paul llegó a los Clippers de rebote en diciembre de 2011 después de un traspaso fallido a los Lakers, intervenido por el entonces comisionado David Stern. El aterrizaje de CP3 a la franquicia puso en el mapa al “otro equipo de Los Ángeles”, agazapado siempre a la sombra de sus vecinos hollywoodienses. Con él al mando de las operaciones sobre el parquet y el poderoso saltimbanqui Blake Griffin como ilustre receptor de sus asistencias, los angelinos vivieron una de sus etapas más lucidas como franquicia, ganándose el mote de Lob City por sus constantes y espectaculares alley-oops.

Precisamente su excompañero Griffin fue también el anterior gran icono Clipper en ser despedido por la puerta de atrás tras una trayectoria de leyenda con la franquicia. En enero de 2018, meses después de haber firmado una extensión de contrato por cinco temporadas, el ala-pívot se encontró de repente en un avión rumbo a Detroit, donde empezó el comienzo del final de su ilustre carrera enfrentado con los responsables de su exequipo. Otros que terminaron de morros con la organización recientemente fueron Eric Bledsoe, John Wall, Russell Westbrook y PJ Tucker.

Muy oportunamente, los Clippers no volverán a comparecer ante su público hasta el próximo día 16, justo un día después de que el equipo pueda ejecutar contractualmente la renuncia al contrato de Chris Paul o traspasarle a otra franquicia, con todas las opciones encima de la mesa. Desde que anunció su próxima retirada el pasado 22 de noviembre, el veterano base no ha comparecido ante los medios de comunicación en medio del tumulto en el que se encuentra el grupo.