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Videollamadas y un móvil en el banquillo: así ha dirigido Mumbrú desde el hospital

El salmantino Alberto Miranda, asistente en Alemania, cuenta cómo se ha coordinado con el seleccionador, lejos de la pizarra por una pancreatitis y que acaba de recibir el alta

Se conocieron el pasado noviembre en Málaga. Álex Mumbrú, seleccionador de Alemania, quería conocer los métodos del Unicaja, el equipo que ha conquistado seis títulos en tres cursos, y hablar con el pívot Dylan Osetkowski. Y en el viaje fichó a un entrenador. Al técnico catalán le b...

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Se conocieron el pasado noviembre en Málaga. Álex Mumbrú, seleccionador de Alemania, quería conocer los métodos del Unicaja, el equipo que ha conquistado seis títulos en tres cursos, y hablar con el pívot Dylan Osetkowski. Y en el viaje fichó a un entrenador. Al técnico catalán le bastó una charla tomando un café con Alberto Miranda, ayudante de Ibon Navarro, para conectar y hacerle una oferta: ser su asistente en la selección campeona del mundo. “Una oportunidad que no podía dejar pasar”, recuerda hoy Miranda, salmantino de 47 años, desde Tampere (Finlandia), donde vive “una experiencia increíble” en el banquillo alemán. Con una peculiaridad. El jefe, Mumbrú, ha estado ingresado varios días por una pancreatitis, y es Miranda y el resto de técnicos quienes dirigen físicamente los entrenamientos y los partidos.

Mumbrú repartió las tareas. Miranda es el encargado de la defensa; Randy Gregory, técnico en Orlando Magic, del ataque; otro español, Roberto Molina, es el responsable del rendimiento y preparación física; y el serbio Alan Ibrahimagic, del scouting individual. La fórmula funciona. Alemania ha ganado sus tres partidos, frente a Montenegro, Suecia y Lituania, anotando 106 puntos de media. “Es duro ver por televisión a un equipo que llevas toda una concentración preparando. A veces harías algo durante el partido pero no puedes”, contaba Mumbrú a EL PAÍS antes de recibir este domingo el alta. Continuará con el tratamiento médico en el hotel del equipo y volverá definitivamente en la segunda fase en Riga.

“A pesar de que es una traba, salvamos la situación”, comenta Miranda. Antes de cada encuentro tiene lugar una videollamada entre Mumbrú y su cuerpo técnico, “una lluvia de ideas”, y otra al finalizar. Durante el partido, el salmantino lleva el móvil en el bolsillo, y en el descanso habla con el jefe. “Nos dice lo que él ve, detalles que pueden ser diferenciales. Lo ponemos en común y reajustamos. La tecnología nos ayuda a estar juntos aunque no presencialmente. Al tener las tareas repartidas hemos salido adelante”, dice Miranda.

El trío de entrenadores españoles afrontaba “un reto difícil”, según el ayudante. “Nos teníamos que ganar la confianza en la campeona del mundo. Hemos construido un estilo de juego reconocible que encaja muy bien con estos jugadores. Alemania no se caracterizaba por jugar rápido y ahora se ve un estilo vistoso y divertido. Los jugadores han comprado el discurso y están disfrutando. Tenemos recursos para hacer muchas cosas. Schröder es el mejor base en el baloncesto FIBA, Wagner es un todoterreno, Obst es un tirador de élite mundial...”, razona Miranda. Alemania es una apisonadora aunque el seleccionador haya estado en el hospital.

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