El Madrid acaricia el título de Liga en la gran fiesta de Rudy Fernández
El conjunto blanco logra el 2-0 en la final de la ACB ante el UCAM Murcia (79-63) en el que puede ser el último partido del alero madridista ante su público
Ni un fallo. Cuatro triples anotados de cuatro intentos, la única canasta de dos puntos que probó. 14 puntos, seis rebotes, una asistencia. Y sobre todo, una ovación interminable del WiZink Center. Rudy Fernández fue el protagonista sin discusión en la victoria del Real Madrid ante el UCAM Murcia por 79-63, triunfo que deja a los blancos a un paso del título de la ACB y con la opción de certificarlo este miércoles ya en la ciudad murciana. Sería el broche de oro para Rudy, que este lunes pudo haber jugado su último partido con la camiseta blanca en el Palacio de los Deportes, antes de encarar el reto de disputar sus sextos Juegos y de retirarse después de este verano. “Puede ser mi último partido aquí. Hay muchas emociones. Me voy con el sabor de haberlo hecho todo por este equipo. El reconocimiento ha sido increíble y me lo llevo conmigo. Son muchos años, muchas batallas juntos, muchos títulos, también derrotas. Tomé la mejor decisión al venir aquí. Me llevo esto para toda la vida”, afirmó el héroe del encuentro.
De entrada, concurso de triples. Rodions Kurucs y Causeur se desafiaron desde el perímetro. Musa picaba también por dentro al ritmo que marcaba Campazzo. En el UCAM Murcia, Moussa Diagné se elevó para lograr casi un imposible, taponar al gigante Tavares, un hombre acostumbrado a mandar a sus rivales a la lona. El pívot le sacó en la jugada siguiente una falta al caboverdiano y se encaró luego con el Facu en una penetración. Los dos equipos apretaban en cada jugada en un inicio de choque de defensas asfixiantes y pocos puntos (7-5 tras cuatro minutos de juego). Al conjunto de Sito Alonso le fallaba demasiado la puntería y sufría para contener el caudal ofensivo de Musa y los movimientos de Hezonja en la posición de cuatro. Al rescate surgieron Kurucs y Caupain a distancia mientras Sleva despertaba en la pintura. Estaba claro que el UCAM no había llegado para pasearse (18-15 al alcanzar la primera pausa).
Morin reventó el aro con un mate para reabrir el baile. El grupo de Sito Alonso exhibía entonces esa coraza de equipo solidario en defensa y sin más egos que los justos cuando toca repartirse el balón en ataque, por mucho que sus jugadores estén en un escaparate que no esperaban. Un triple de Sleva dio la vuelta al marcador (18-20). El encuentro seguía moviéndose en distancias cortas y pocos espacios, un escenario donde no se siente especialmente cómodo en el Madrid, más feliz cuando puede correr y liberarse de las cadenas. Aun así su repertorio es infinito. Sergio Rodríguez, Llull y Rudy volvieron a juntarse en la pista, apurando los últimos episodios juntos de una inolvidable aventura, y Yabusele se multiplicó para sacarle la tercera falta a Diagné y en otra jugada anotar de manera acrobática y cargar con el mismo castigo a Morin (31-25). La noche era tensa y los árbitros señalaron dos técnicas al banquillo blanco por protestar. Dos bingos seguidos de tres de Rudy Fernández estiraron la ventaja madridista camino del descanso: 40-30.
Hasta Hezonja se llevó las manos a la cabeza por la canasta que se sacó de la manga Sleva desde el perímetro, cuando el croata le creía ya esposado. Rodions Kurucs también descontaba a distancia. En los blancos, Musa seguía inventando canastas de todos los colores y Tavares dictaba su ley debajo de los tableros (49-36). El partido era más ágil, un entretenido intercambio de canastas que favorecía más a los anfitriones: Ennis, Hezonja, Radovic... El UCAM debía igualar muchos kilos de intensidad en la cancha y Kurucs se unió al club de las tres faltas cuando entre varias camisetas visitantes rodeaban a Tavares. Hakanson dejó claro que el grupo de Sito Alonso no iba a rendirse tan fácilmente y Chus Mateo repescó a Rudy. El alero robó y provocó la cuarta de Kurucs. Por algo es una enciclopedia del baloncesto. Todavía rascaría una falta el UCAM en la última décima del tercer cuarto (57-52).
Era la noche de Rudy, que volvió a clavar un triple en el arranque del cuarto tramo y poco después abrochó una canasta en el último suspiro de la posesión. No fallaba el eterno jugador para abrir la brecha (64-54). El UCAM Murcia quería acelerar las transiciones, siempre peleón. Nunca le perdió la cara al encuentro el sorprendente finalista de esta ACB, un equipo con todas las letras, por muy difícil que fuera contener al Madrid cuando descargaba toda su batería ofensiva y que cada acierto en el aro contrario costara ya un mundo. El conjunto blanco cerró el rebote y apuntilló el duelo con un triple de Hezonja y otro, claro, de Rudy (74-61). El alero se besó el escudo cuando Chus Mateo le sustituyó a falta de un minuto y medio, y se emocionó hasta las lágrimas en el banquillo cuando la grada coreaba su nombre sin descanso durante muchos minutos. En la fiesta de despedida de Rudy, los blancos se dejaron el título de Liga en la palma de la mano.
REAL MADRID, 79; UCAM MURCIA, 63
Real Madrid: Campazzo (9), Causeur (5), Musa (13), Hezonja (9), Tavares (8) -equipo inicial-; Sergio Rodríguez (4), Llull (0), Rudy (14), Abalde (2), Yabusele (9), Poirier (6).
UCAM Murcia: Hakanson (4), Ennis (6), R. Kurucs (11), Sleva (13), Diagné (7) -equipo inicial-; Caupain (6), Sant-Roos (4), Radovic (4), Radebaugh (2), Morin (6).
Parciales:18-15, 22-15, 17-22, 22-11.
Árbitros: Conde, Calatrava y Manuel. Eliminaron a Kurucs.
WiZink Center: 11.377 espectadores.
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