El Real Madrid vence al Panathinaikos y hace pleno en su gira griega

El equipo blanco se impone en el Oaka (78-90) después de una salida arrolladora en la segunda parte

Vildoza y Balcerowski tratan de detener a Tavares.GEORGIA PANAGOPOULOU (EFE)

El Real Madrid cumplió el pronóstico que se deducía de la clasificación, venció al Panathinaikos en el Oaka, no sin sufrimiento, y regresa feliz de su gira griega. Fue de más a menos, de menos a más, y otra vez creció para llevarse la duodécima victoria de la liga regular y seguir encabezando la clasificación.

Fue el tercer cuarto el que le dio claridad a su triunfo. En esos diez minutos, los blancos sacaron la máquina de picar carne, y después de un primer tiem...

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El Real Madrid cumplió el pronóstico que se deducía de la clasificación, venció al Panathinaikos en el Oaka, no sin sufrimiento, y regresa feliz de su gira griega. Fue de más a menos, de menos a más, y otra vez creció para llevarse la duodécima victoria de la liga regular y seguir encabezando la clasificación.

Fue el tercer cuarto el que le dio claridad a su triunfo. En esos diez minutos, los blancos sacaron la máquina de picar carne, y después de un primer tiempo en el que la alternancia en el marcador fue la tónica, desarbolaron al equipo de Ataman, sin respuestas al martillo pilón que percutía sobre sus cabezas. Un parcial de 1-22 inapelable, con los atenienses fallando en defensa y en ataque y el Real Madrid corriendo al contragolpe, atento Tavares al rebote, sentenció el partido.

La primera parte fue un ejercicio irregular por parte del Madrid, que lo mismo estiraba el marcador que se dejaba ir a ratos. En los primeros diez minutos, Mitoglou era el jugador griego que más daño hacía bajo la canasta madridista, y Deck el jugador blanco más entonado, con un par de triples con los pies en el parqué que hicieron enmudecer a la bulliciosa afición local. No andaba fino del todo el Madrid, con varias oportunidades perdidas para abrir hueco, y cuatro pérdidas de balón que le lastraron. Consiguió, sin embargo, liderar el primer parcial.

En un segundo cuarto desconcertante, en el que dirigieron la orquesta Nunn y Mitoglou, el Panathinaikos encontró la manera de buscarle las cosquillas a su rival; tomó el mando, pareció renovar su energía y llegó a alcanzar una renta no demasiado amplia pero revitalizante después de un parcial de 9-0 en el que Lessort tuvo mucho que ver con sus fogosas entradas a canasta que levantaron a la grada.

Se rehízo el Real en los últimos minutos, con la inestimable aportación de Causeur, muy implicado en defensa, y consiguió, al menos, parar la sangría e incluso marcharse a la pausa con ventaja mínima en el marcador (45-46), con el protagonismo de Mario Hezonja (19 puntos), que empujó al equipo blanco en su antigua cancha, de la que, por cierto, salió ovacionado.

Pero fue tras salir del vestuario cuando se animó de verdad el Real Madrid, que cerró filas en defensa, impidió cualquier atisbo de reacción del Panathinaikos y salió como un ciclón para despejar cualquier duda. Tavares se convirtió en el amo de la zona (9 rebotes), sacó su versión de lujo, y minimizó el peligro del Panathinaikos. Con su evidente superioridad, el Madrid dejó el último parcial a título de inventario. La reacción griega no le dio más que para acercarse a diez puntos, pero sin descender de esa barrera. El Madrid sigue firme en su camino europeo.

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