El Madrid vuela ante el Maccabi: 10 de 10 en la Euroliga

El equipo blanco vence al conjunto de Tel Aviv en Belgrado el encuentro aplazado por el conflicto bélico: 70-99

Hezonja, ante Lorenzo Brown.ANDREJ CUKIC (EFE)

Diez de diez. El Real Madrid es un rodillo en la Euroliga. El último triunfo ha caído este martes en Belgrado, sede en la que el Maccabi disputa sus encuentros como local en la competición europea debido a la guerra. En un pabellón sin público, entre el ruido de las zapatillas en el parqué y los gritos de los jugadores, el equipo blanco explotó la dinamita de Campazzo (11 puntos y nueve asistencias), Hezonja (16 puntos y cinco reb...

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Diez de diez. El Real Madrid es un rodillo en la Euroliga. El último triunfo ha caído este martes en Belgrado, sede en la que el Maccabi disputa sus encuentros como local en la competición europea debido a la guerra. En un pabellón sin público, entre el ruido de las zapatillas en el parqué y los gritos de los jugadores, el equipo blanco explotó la dinamita de Campazzo (11 puntos y nueve asistencias), Hezonja (16 puntos y cinco rebotes) y Tavares (19 puntos y ocho rebotes) para recuperar el duelo aplazado que debía celebrarse en Tel Aviv y comenzar con victoria (70-99) un maratón que le lleva a jugar cinco encuentros en 10 días. En el horizonte, tres desplazamientos seguidos complicadísimos en Europa, ante el Fenerbahçe el jueves y la próxima semana contra Olympiacos y Panathinaikos.

Las conexiones con Tavares son la mejor receta del Madrid para abrir cualquier defensa. Así cocinó el conjunto blanco sus tres primeras canastas, seis puntos del gigante de Cabo Verde situándose como faro en la pintura y elevándose por encima del aro (2-6). No por conocida los rivales son capaces de esquivar esta fórmula del conjunto de Chus Mateo. Con un beneficio añadido para los madridistas. Al atraer sobre sí tanta atención con esos movimientos, la retaguardia del rival se atrinchera y acaba dejando espacios libres en el patio exterior, un chollo cuando por esa zona merodea Campazzo con libertad para mover los hilos y esprintar. El Maccabi resistió con fe en el rebote ofensivo y la buena dirección de Lorenzo Brown, el base campeón europeo con la selección española. Pero Campazzo era demasiado rápido y Tavares demasiado alto para los emigrados de Tel Aviv: 21-36 al final del primer cuarto con ocho puntos y seis asistencias del base argentino y 15 puntos del pívot. La exhibición de las dos estrellas blancas fue de aúpa, imparable. El Madrid se paseaba en Belgrado. Solo falló cuatro tiros en ese tramo y ni siquiera dio la sensación de forzar la máquina al máximo.

Al Maccabi le costaba un mundo masticar cada canasta. A los blancos se le caían los puntos de los bolsillos, muy cómodos en la circulación del balón y en encontrar posiciones fáciles para el tiro. Hasta que Chus Mateo refrescó el mecano con piezas nuevas y el relevo encontró una mayor resistencia en una defensa local en zona. El encuentro perdió esa loca velocidad del arranque sin Campazzo y con varios parones del videoarbitraje. La renta blanca se mantenía (31-45) pese a los continuos fallos en los triples y algunos ataques apresurados. Sin espectadores que le alienten, lejos de su país, el Maccabi encontraba en Nebo un poco de energía para rebelarse. Campazzo y Tavares regresaron a la pista en los blancos, más espesos pero aún un par de cabezas por delante en el descanso: 41-52.

Tavares retomó su cuenta anotadora en un inicio de tercer cuarto con muchos fallos en los dos equipos, sobre todo desde el perímetro. El triple era una asignatura que se le atragantaba a todos los tiradores. Aunque no dejaba de intentarlo una y otra vez el Maccabi, que uno de esos arreones cantó tres bingos a distancia y redondeó un rápido parcial de 11-0 para regresar a la lucha (54-60), más por corazón que por juego. El Madrid debía recobrar la seriedad y respondió con la inspiración de Hezonja para apuntarse un 2-14 y alcanzar con cierta calma la pausa: 56-74. Cuando no aparece Campazzo o emerge Tavares, brilla Hezonja. El Madrid dispone de una artillería única.

El Madrid superó ese intervalo de sudores fríos y encaró el último cuarto con los deberes hechos y la mínima obligación de no dar pie a una nueva reacción del Maccabi. Los blancos ofrecieron el último apretón en defensa una vez que en ataque todo había sido mucho más sencillo. Rudy, Musa, Ndiaye y Poirier se unieron al festival ofensivo. La ruleta de los cambios permitía mantener el acelerador a fondo y hasta hubo tiempo para dar pista a Hugo González. A la espera de montañas más altas, en la silenciosa Belgrado el campeón no tuvo problemas en ahogar al Maccabi.

MACCABI, 70; REAL MADRID, 99

Maccabi: Lorenzo Brown (16), Baldwin IV (7), Colson (4), Cohen (2) y Nebo (14) —equipo titular—; Blatt (5), Cleveland (4), Webb (5), Sorkin (5), Menco (0), Mayer (0) y Rivero (8). 

Real Madrid: Campazzo (11), Abalde (3), Hezonja (16), Deck (10) y Tavares (19) —equipo titular—; Sergio Rodríguez (3), Musa (15), Poirier (8), Ndiaye (3), Rudy (6), Llull (3) y Hugo González (2).

Parciales: 21-36, 20-16, 15-22 y 14-15.

Árbitros: Boltauzer, Difallah y Foufis. Sin eliminados. 
Aleksandar Nikolic Hall, de Belgrado. 

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