Luis Rubiales dimitirá este viernes como presidente de la federación

El mandatario del fútbol español renunciará al cargo tras la polémica por el beso no consentido a Hermoso en la celebración del Mundial femenino

El presidente de la RFEF, Luis Rubiales, en el recibimiento en La Moncloa a las campeonas del mundo. Foto: JUAN MEDINA (REUTERS) | Vídeo: EPV

Atrincherado en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, Luis Rubiales consumía este jueves las que serán sus últimas horas como presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Aunque comunicó a su círculo de confianza su dimisión, esta no se hizo pública. Empleados de la federación dan por seguro que el anuncio se producirá en la mañana de este viernes. Primero se lo transmitirá a los barones regionales y después al resto de asambleístas...

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Atrincherado en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, Luis Rubiales consumía este jueves las que serán sus últimas horas como presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Aunque comunicó a su círculo de confianza su dimisión, esta no se hizo pública. Empleados de la federación dan por seguro que el anuncio se producirá en la mañana de este viernes. Primero se lo transmitirá a los barones regionales y después al resto de asambleístas convocados de manera extraordinaria. Su intención es la de despedirse arropado por los miembros de los distintos estamentos federativos que aún le apoyan y que no tendrán reparos en acudir a su llamada. Sin embargo, algunos presidentes de federaciones territoriales, como el de la vasca, Javier Landeta, ya comunicaron durante este jueves que no asistirán a la asamblea. Tampoco lo harán los 20 clubes profesionales.

El último revés que ha abocado a Rubiales a la renuncia voluntaria de su cargo fue la apertura este jueves de un expediente disciplinario por parte de la FIFA, motivado por su beso no consentido a Jennifer Hermoso y sus gestos obscenos en el palco durante las celebraciones por el Mundial femenino conquistado por la selección española el pasado domingo. Rubiales recibió la comunicación del organismo mundial por la mañana y pudo leer que los hechos podrían resultar constitutivos de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del código disciplinario de la FIFA. Los citados artículos hacen referencia al comportamiento ofensivo y violaciones de los principios del juego limpio e incluyen violar las reglas básicas de conducta digna o comportarse de una manera que propicie mala reputación al fútbol o a la FIFA. El beso a Jennifer Hermoso y el gesto tocando sus partes genitales en el palco quebrantan la normativa FIFA.

Hasta ahora no existían precedentes de apertura de un expediente disciplinario por hechos similares. Solo el famoso “con perdón de las damas, que la chupen, que la sigan chupando” que le exhortó Maradona a la prensa argentina en 2009, había sido motivo hasta ahora para abrir un proceso en la FIFA por comportamiento indecoroso. La sanción puede ir desde una multa económica hasta una inhabilitación.

Como organizadora del Mundial femenino de fútbol, la FIFA decidió entrar de lleno en el asunto. La entrada en escena del organismo que preside Gianni Infantino fue un duro varapalo para Rubiales, que ya se encontraba en una posición delicada ante las presiones gubernamentales para que dimitiera. El todavía máximo mandatario del fútbol español es también vicepresidente de la UEFA. Esta institución aún no se ha pronunciado al respecto, pero no se descartaba que también tomara algún tipo de medida. Ya no hará falta.

Con la postura de la FIFA, Rubiales ya no solo estaba sitiado por el Gobierno español o por la indignación social para que dimitiera. La crisis desatada ya afectaba también a la asamblea extraordinaria convocada para este viernes en la que Rubiales pretendía recabar los máximos apoyos posibles, hacer balance de su gestión en el fútbol femenino y sacar pecho por los logros cosechados.

La intención de Rubiales no era dimitir, pero la sucesión de críticas y la pérdida de apoyos en el mundo del fútbol desde lo acontecido en el estadio nacional de Australia han jugado en su contra y le han empujado a dejar el cargo. La petición de dimisión por parte de Yolanda Díaz, vicepresidenta en funciones del Gobierno, las tres denuncias recibidas en el Consejo Superior de Deportes (CSD), entre ellas la de Sumar, partido de Díaz; la calificación de “inaceptable” que hizo Pedro Sánchez sobre su comportamiento en las celebraciones con las jugadoras en Sídney; y el comunicado que hizo Jennifer Hermoso a través del sindicato Futpro, del que es miembro, y en el que solicitaba medidas contundentes tras lo acontecido han minado la resistencia del mandatario federativo. Advertido por el CSD, también fracasó su intento por urdir una estrategia legal que bloqueara cualquier intento de inhabilitarle. O se iba o lo echaban. El ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, dejó claro en la mañana de este jueves que el CSD enviará al Tribunal Administrativo del Deporte las denuncias que obran en su poder.

Con la marcha de Rubiales se pone fin a cinco años de mandato en los que los éxitos deportivos, la bien encarrilada candidatura para organizar el Mundial 2030 junto a Marruecos y Portugal, y el crecimiento económico de la federación —bajo su mandato los ingresos sobrepasan los 300 millones de euros—, se han alternado con multitud de escándalos y polémicas decisiones. Con apenas un mes en el cargo, destituyó como seleccionador a Julen Lopetegui a un día de que España debutara en el Mundial de Rusia de 2018. Fuera del ámbito deportivo, llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, un país en el que el respeto a los derechos humanos y de las mujeres no se cumple, fue una decisión que le deparó muchas críticas. El contrato con el reino saudí, por el que Gerard Piqué cobro una suculenta comisión, está bajo investigación judicial después de que El Confidencial destapara los audios conocidos como los Supercopafiles. La justicia también investiga el espionaje a David Aganzo, presidente del sindicato de futbolistas AFE, las grabaciones a ministros e incluso una fiesta con mujeres en un chalet de lujo en Salobreña (Granada), supuestamente pagada con dinero federativo.

De todas estas causas abiertas, que ya habían dañado sobremanera su imagen, Rubiales estaba muy confiado en salir indemne. Su guerra con el presidente de LaLiga, Javier Tebas, también ha convulsionado con frecuencia el fútbol español. La lucha por las competencias entre la federación y la patronal y por la explotación comercial de las competiciones ha estado muy presente en este lustro hasta el punto de que en los mentideros del fútbol se hacía referencia al argumento de la película Los Inmortales: “Solo puede quedar uno”. Así ha sido.

Una gestora hasta las elecciones de 2024

Los estatutos de la federación prevén que ante la dimisión de Luis Rubiales se dé paso a un proceso electoral que deberá celebrarse en 2024 por ser año olímpico. “Si el Presidente cesara por causa distinta a la conclusión de su mandato, la Junta Directiva se constituirá en Comisión Gestora presidida por el vicepresidente más veterano. El que resulte elegido ocupará el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir al sustituido”, rezan los estatutos federativos. Como España ya está clasificada para los Juegos de París de 2024, la normativa dice que las elecciones pueden celebrarse al término de los mismos. Ayer, los barones territoriales debatieron quién puede ser el sucesor que mejor les venga para sus intereses. El presidente de la territorial valenciana, Salvador Gomar, y el de la andaluza, Pablo Lozano, sonaban este jueves como posibles candidatos. El de la extremeña, Pedro Rocha, ya se ha postulado. Fuera de la federación, Iker Casillas, que ya barajó presentarse en las últimas elecciones, está muy atento.



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