Cristiano contra todo pronóstico
Cuatro goles a Liechtenstein y Luxemburgo alumbran la difícil tarea de Roberto Martínez de acoplar al capitán con los jóvenes talentos de Portugal
Cristiano Ronaldo ha vuelto. Contra un grupo cada vez más influyente del vestuario de la selección de Portugal, partidario de una regeneración liderada por Bruno Fernandes y Bernardo Silva. Contra la hinchada —el 70% de los encuestados por el diario A Bola se opusieron a su titularidad en Qatar— cansada de ver a una de las mejores plantillas de Europa junto con Francia estrellarse en las fases tempranas de los grandes torneos. Contra Fernando Santos, el seleccionador más exitoso de la historia del equipo nacion...
Cristiano Ronaldo ha vuelto. Contra un grupo cada vez más influyente del vestuario de la selección de Portugal, partidario de una regeneración liderada por Bruno Fernandes y Bernardo Silva. Contra la hinchada —el 70% de los encuestados por el diario A Bola se opusieron a su titularidad en Qatar— cansada de ver a una de las mejores plantillas de Europa junto con Francia estrellarse en las fases tempranas de los grandes torneos. Contra Fernando Santos, el seleccionador más exitoso de la historia del equipo nacional, ya dimitido. Contra Antonio Costa, el primer ministro del país, que apoyó públicamente a Santos. Contra la biología decadente de su cuerpo de 38 años, cada vez menos capaz de repetir esfuerzos, inexorablemente más lento en las acciones que determinan la precisión de los remates. Contra el ocaso de su actividad competitiva, confinado como está en la Liga de Arabia Saudí.
Al cabo de 18 partidos oficiales disputados sin poder abrir el marcador con un gol de jugada, Cristiano volvió a marcar el primero de su selección. Lo hizo ante Luxemburgo, este domingo, cuando Nuno Mendes le descolgó un centro de Bruno Fernandes para que él lo empujara en el área chica. No lo detuvieron Maxime Chanot, central del New York City; ni Marvin Martins, defensa del Austria de Viena; ni Lars Gerson, zaguero del Konsvinger de la liga noruega.
La hinchada portuguesa celebró como si hubiera sido el gol de la final de la Eurocopa. Casi con el mismo entusiasmo que el viejo ídolo, feliz de poder volver a coreografiar su grito y su salto patentado una vez más. La apariencia de reconciliación se completó cuando Bruno Fernandes —que tantas veces le desaprobó ante las cámaras— acudió a felicitarlo. El nuevo seleccionador, Roberto Martínez no tardó en darle la bendición. “¡Es un jugador único en el mundo!”, dijo el técnico español. “Tiene el mayor número de partidos internacionales y esa experiencia para el vestuario es muy importante”.
Con dos goles a Luxemburgo y dos a Liechtenstein en los primeros partidos de la fase de clasificación de la Eurocopa de 2024, Cristiano embellece su currículum. Suma 122 tantos en 198 partidos internacionales. La actuación supone una suerte de resurgimiento. Después de pasar a la reserva por mandar a la mierda a Fernando Santos durante el Mundial de Qatar —la desautorización fue difundida por la televisión—, su destino como internacional pendía de un hilo. El hilo de Fernando Gomes, presidente de una federación absolutamente consciente de que el 80% de los seis millones de euros de beneficios anuales se deben a su goleador histórico. Según fuentes próximas a la FPF, de Cristiano dependen los suculentos contratos de patrocinio con compañías como Nike o Galp.
Un nuevo ciclo con Cristiano
El fichaje de Roberto Martínez para emprender el nuevo ciclo se unió inmediatamente a la restitución de Cristiano. Lo primero que hizo el seleccionador fue visitarlo en Arabia Saudí. Investido otra vez como capitán, el jugador del Al-Sadd hizo lo que suelen hacer los nueves de área al final de sus carreras: todo lo bueno que producen sus equipos progresa o se atasca cuando pasa por ellos. Si en el Mundial, frente a Marruecos, Uruguay o Corea, el caudal de juego de Portugal desembocó en el embudo de Cristiano con efectos catastróficos —hizo solo un gol a Ghana, de penalti— contra Luxemburgo y Liechtenstein, otra selección semiprofesional, el poderío de Portugal se reflejó en la foto exitosa de Cristiano.
Joao Félix, Bernardo Silva, Bruno Fernandes, William Carvalho, Raphael Guerreiro, Diogo Dalot y Ruben Dias conforman una de las mejores plantillas de Europa. Algunos de sus componentes manifestaron abiertamente su apoyo a Santos cuando dejó en el banquillo a Cristiano en Qatar. Reacio a la autocrítica, a su regreso Cristiano apuntó a los detractores. “Todo lo que sucede en la vida tiene una razón”, advirtió. “Agradezco haber pasado por algunas cosas para poder ver quién está de mi lado”.
Fernando Santos no supo reformular el papel de Cristiano para asociarlo a los talentos más jóvenes. Tampoco tuvo valor para reconstruir la selección sin él. Luxemburgo y Liechtenstein solo sirven para ganar tiempo. El verdadero reto de Roberto Martínez comienza ahora.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.