Unai Simón: “Ni me dio el sol, ni la pelota me botó mal, fallé yo”
El guardameta de la selección asume con naturalidad el error ante Croacia que le costó un autogol y agradece el apoyo tras el error
En una pequeña sala en las entrañas del estadio Petrovski de San Petersburgo, Unai Simón compareció este miércoles ante la prensa para explicar el viaje del infierno al paraíso de dos horas que vivió durante el España-Croacia. El primer gol que encajó, por su fallo al intentar controlar un pase atrás de Pedri, ya forma parte de la historia del fútbol español. Igual que la parada que le hizo a Pasalic en el inicio de la prórroga cuando estaba vencido y el croata se dispuso a fusilarle a bocajarro. La mera cesión de P...
En una pequeña sala en las entrañas del estadio Petrovski de San Petersburgo, Unai Simón compareció este miércoles ante la prensa para explicar el viaje del infierno al paraíso de dos horas que vivió durante el España-Croacia. El primer gol que encajó, por su fallo al intentar controlar un pase atrás de Pedri, ya forma parte de la historia del fútbol español. Igual que la parada que le hizo a Pasalic en el inicio de la prórroga cuando estaba vencido y el croata se dispuso a fusilarle a bocajarro. La mera cesión de Pedri, el mal control y el autogol podrían haber destrozado la carrera internacional, o cuanto menos estigmatizarla, de cualquier guardameta si hubiera supuesto la eliminación. “Lo que podía haber sido si llegamos a perder era un palo muy duro”, admite sin ambages Simón, consciente de la cruda realidad que le hubiera deparado el futuro si el fallo hubiese dejado a España fuera de la competición. “Esto es fútbol, es lo que nos toca y los errores forman parte del juego”, asumió mientras se atusaba la perfilada barba pelirroja que gasta.
Tranquilo, meneando el cuello en círculos para relajarlo, Unai Simón relató la desafortunada acción con naturalidad y no buscó más culpable que él mismo. Ni amagó con poner cualquier tipo de excusa. “Me he martirizado un poco. Lo he visto seis o siete veces. No le encuentro explicación. Es un mal control que hago. No me molestaba el sol, ni me botó mal, se me escurre, fallé yo... Intento dar salida al balón con el control y en lugar de dejarlo muerto... sin más. Es un accidente”, prosiguió.
La entereza con la que describió la cantada es la misma que convenció a Luis Enrique para entregarle la portería tras hacerle debutar en un amistoso contra Holanda (1-1) disputado en Ámsterdam en noviembre de 2020. En ese encuentro, a pesar de haberse puesto en riesgo en un par de jugadas con el pie, siguió arriesgando. El seleccionador valoró su personalidad para no alterarse y seguir intentando generar superioridades sintiéndose un jugador de campo más en su área y fuera de ella. De los tres porteros, quizá sea Unai Simón el que peor juego de pies tiene. Luis Enrique, su cuerpo técnico y el director deportivo, José Francisco Molina, así lo asumen. Pero también están convencidos de su mejoría y de que tiene la personalidad necesaria para levantarse de un error como el que tuvo ante Croacia.
En el Parken Stadion de Copenhague, pese a ser consciente de que la cantada era de las que, por el escaparate que es una Eurocopa, daría la vuelta al mundo, no se derrumbó. “Siempre me han enseñado que el fútbol es un cúmulo de aciertos y unos pequeños errores. Y los fallos de los porteros son goles. Fue un accidente y cuando ocurre eso, el fútbol es así”, explicó el guardameta del Athletic antes de rememorar cómo se recuperó: “Lo piensas uno o dos minutos y luego es darle la vuelta porque el equipo necesitaba de mí y tenía que hacerlo igual, arriesgando de la misma manera que es lo que me pide el míster”.
Un subidón
El fallo que adelantaba a los croatas en el marcador se produjo justo en la portería del fondo en la que estaban ubicados la gran mayoría de los seguidores españoles. Mientras rumiaba el error fuera del área para seguir atento a las evoluciones del juego, los ánimos hacia su figura se extendieron a su espalda. “Fue un subidón para mí. Después del error, tuve sentimientos negativos por la gente mía que tenía en la grada. Tener a la afición aplaudiéndome y apoyándome cuando salí a jugar de nuevo con el pie fuera del área o hice una intercepción me dio mucha energía y estoy muy agradecido por ello”, reconoció.
La huella que ha dejado en Unai Simón la montaña rusa que vivió en esos 120 minutos ha sido profunda: “Emocionalmente he vivido partidos en los que he tenido unos sentimientos más fuertes, como las finales de Copa del Rey con el Athletic, pero como profesional es el más importante de mi vida, no lo voy a olvidar nunca”. Las consecuencias que pudo tener su error fueron remarcadas de nuevo por el meta del Athletic. “Nos podíamos haber ido a casa, pero el partido fue una muestra de la personalidad de esta selección”.
El gesto de De Gea de esperarle en el centro del campo al término del primer tiempo para acompañarle hasta el vestuario también ha calado hondo en el meta vasco. “Me tranquilizó mucho que me viniera a arropar, cuando hace esto un portero con la experiencia de David solo te puede ayudar”, expresó. Hasta el quinto gol, Unai Simón no alzó los brazos para festejar. “No soy de celebrar goles. Fue un partido de muchas vivencias, muy emotivo. Me sentí desahogado cuando Oyarzabal marcó”, concluyó.
Simón ha calificado el partido frente a los croatas como uno de los más importantes de su carrera hasta el momento. “Futbolísticamente fue el partido más importante de mi vida, no lo voy a olvidar nunca”, asegura. Además ha querido destacar la fuerza mental de todo el grupo para sobreponerse a cualquier circunstancia. “El conseguir darle la vuelta juntos fue una muestra de la personalidad que tiene este equipo”.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.