Atlético y Madrid se citan a la italiana

Ancelotti recuerda que “dos empates pueden valer” y Simeone alude a las “cosas del juego”

Simeone saluda a Ancelotti en la Supercopa.alejandro ruesga (EL PAÍS)

Más que una eliminatoria, Atlético y Real Madrid vislumbran un solo partido, uno largo, muy largo. Nada de ida y vuelta, salvo secuencias imprevistas que hagan despegar antes de tiempo a uno de los dos. Tan parejo se ve el reto que a Carlo Ancelotti se le abrió la vena italiana: “No tenemos la obsesión de ganar, con dos empates puedes pasar”. Diego Pablo Simeone, curtido en el Lazio y el Inter y consciente de...

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Más que una eliminatoria, Atlético y Real Madrid vislumbran un solo partido, uno largo, muy largo. Nada de ida y vuelta, salvo secuencias imprevistas que hagan despegar antes de tiempo a uno de los dos. Tan parejo se ve el reto que a Carlo Ancelotti se le abrió la vena italiana: “No tenemos la obsesión de ganar, con dos empates puedes pasar”. Diego Pablo Simeone, curtido en el Lazio y el Inter y consciente de que su equipo tiene “mucho menos talento individual”, se remite a lo que llama “las cosas del juego”. A saber: “Jugadas puntuales, la pelota parada, un error en la coordinación defensiva del contrario...”. Un derbi madrileño con esa calculadora italiana que, a su manera, no pocos éxitos ha dado al calcio.

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En términos generales, la historia es blanca, pero el Atlético europeo nunca fue un corderillo. Esta será la quinta vez que se crucen en la Copa de Europa y en las cuatro precedentes el Madrid sudó como una regadera. Tanto el imponente equipo que lideraban Di Stéfano y Puskas en la semifinal de 1959 —resuelta para los merengues con un 2-1 en un partido de desempate en Zaragoza— como el que abanderaban Cristiano y Bale en la final reciente de Lisboa. En esas cumbres, nunca hubo tregua hasta el último bocado de aire.

Pese a la décima en la retina madridista, el pretérito inmediato es rojiblanco. El Atlético de Simeone se ha ganado con creces la consideración del vecino, que durante casi dos décadas le tuvo poco miramiento. Nada queda de aquel chollo que se encontraba el Madrid cita tras cita. Hoy, como antes, tiene mejores solistas, mayores recursos, pero los colchoneros se las han ingeniado para que en cada partido de los últimos cursos haya prevalecido lo coral. Salvo en la prórroga de Lisboa, y por motivos más anímicos que futbolísticos, el Atlético ha impuesto el valor del todo sobre el individual. Por algo lleva esta temporada cuatro victorias y dos empates en los derbis. En tres visitas al Calderón, el Madrid se ha llevado un 7-0 global.

Pese a la Décima en la retina madridista, el pretérito inmediato es rojiblanco

Hoy es otra película y nada hace prever que se alteren los parámetros. Los dos equipos llegan enteros, convencidos de que ningún actor podrá reservarse nada ante un duelo de 180 minutos (o más) en combustión. Con llamaradas constantes es como mejor se maneja el cuadro de Simeone. De ello ha sido testigo Ancelotti, y su doctrina pasa por igualar en intensidad al Atlético y, a partir de ese equilibrio, tratar de que se imponga el mayor don de los suyos. De alguna manera, hasta Simeone se lo ha insinuado sin querer a su colega italiano. No olvida aquel 3-0 en la semifinal de Copa en el Bernabéu en 2014, cuando los muchachos de Ancelotti desfiguraron a los rojiblancos con un partido de mucho voltaje, a toda mecha. Para el Cholo, caer por menor arrebatamiento es la mayor ofensa, eso sí que es innegociable en su credo. Esta vez intuye un Madrid “algo parecido” al que le irritó con los suyos, un Madrid “más activo y dotado de la agresividad de Modric”. Para su cruzada, el entrenador argentino concretó este lunes la titularidad de Oblak y Mandzukic, este último protagonista capital en el 4-0 de la Liga ante Nacho y Varane, presumibles suplentes este martes en favor de Pepe y Sergio Ramos, gente con otro colmillo. Ramos no disimula lo que le espera: “El Atlético ha dado un salto porque es muy competitivo, muy trabajador y sabe sufrir”.

Ancelotti, por su parte, tiene disponibles a los 23 de la plantilla, y apunta a su chapa del 4-3-3, ya con el alta de Bale, y con la tutela en medio campo de James, Kroos y Modric, zona en la que el Atlético carga con todo, donde es una sacudida tras otra. La táctica no es prioritaria: “No es un problema de sistema o de número de centrocampistas, lo importante es jugar un partido compacto, con todos implicados en ataque y defensa”.

Para un partido que puede ser eterno, de martes a miércoles, Gabi, Torres, Suárez, Ansaldi, Gámez, Kroos, Marcelo y Coentrao están a una tarjeta de perderse el segundo acto. En esta eliminatoria, salvo guiños del fútbol, todos tienen para rato.

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