Alta presión en Leverkusen

El Atlético aspira a confirmar su crecimiento ante el atrevido Bayer

Madzukic y Juanfran entrenan en el Bay Arena.Dennis Grombkowski (Bongarts/Getty Images)

Las chimeneas de la potente industria química recortan el cielo a las afueras de Leverkusen. Infinitas, son como secuoyas humeantes que marcan la fisonomía de una ciudad fría, patrocinada desde lo alto por el gigantesco icono luminoso de Bayer.

El Atlético aterrizó a media mañana en Colonia, donde las finas y estilizadas agujas de su catedral gótica poco tienen que ver con el fabril skyline de su vecina Leverkusen, donde hasta la cubierta que techa el Bay Arena se abre en el medio con una gran circunferencia que la asemeja ...

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Las chimeneas de la potente industria química recortan el cielo a las afueras de Leverkusen. Infinitas, son como secuoyas humeantes que marcan la fisonomía de una ciudad fría, patrocinada desde lo alto por el gigantesco icono luminoso de Bayer.

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El Atlético aterrizó a media mañana en Colonia, donde las finas y estilizadas agujas de su catedral gótica poco tienen que ver con el fabril skyline de su vecina Leverkusen, donde hasta la cubierta que techa el Bay Arena se abre en el medio con una gran circunferencia que la asemeja a una aspirina. Bajo esa techumbre, al Atlético le espera un partido eléctrico por la presión alta que ordena el atrevido Roger Schmidt. “Me imagino un partido importante del que recupere mejor la pelota. Ellos presionan muy bien donde la pierden y, cuando recuperan, aprovechan la velocidad y la habilidad de sus jugadores de centro del campo hacia adelante”, vaticina Simeone.

Hay un sentimiento generalizado en el Atlético de que el Bayer es un equipo más complicado de lo que le hace aparentar su endeblez defensiva. Infunde respeto en la tropa de Simeone la tradición competitiva de los equipos alemanes y esas descargas ofensivas de 15 o 20 minutos en las que si pillan al contrario con el paso cambiado lo sacan del partido y hasta de la eliminatoria. El discurso del vestuario se dirige a los 180 minutos a disputar, a no perder la cabeza y a minimizar errores. “Es un equipo muy valiente que, más allá de recibir goles, siempre ha tenido la posibilidad de ganar sus partidos. Tienen una valentía que los hace peligroso, sobre todo en eliminatorias porque cuentan mucho los goles”, advierte Simeone.

El grupo tiene atornillado en la cabeza la Liga de Campeones después de lo sucedido en Lisboa. También el club, que después de varias temporadas ausente, ha verificado el impulso que en términos de expansión de marca supuso llegar hasta la final de la última edición. Desde entonces, el Atlético ha emprendido un camino de crecimiento encabezado por la entrada en el accionariado del grupo chino Wanda, a la que se dio ayer el pistoletazo con la aprobación de la ampliación de capital en la junta de accionistas. Si Wanda es el motor económico al que se ha enchufado el Atlético, Simeone es el impulsor desde lo deportivo. Las líneas maestras de su renovación ya están trazadas y apuntan hasta 2020 y un proyecto con recursos para la pesca mayor en el mercado.

La confirmación de ese crecimiento pasa hoy por Leverkusen, donde la atrevida propuesta de Schmidt fue puesta a prueba por la prensa alemana, que le cuestionó por la posible vulnerabilidad de su equipo ante un equipo tan contragolpeador como el Atlético: “Estamos preparados para ello, porque en la Bundesliga también tenemos que hacerlo”, dijo Schmidt, que cuenta con la importante baja de Bender y la duda de su delantero centro Kiessling.

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