“Me reuniré con el presidente”

Mourinho anuncia para final de temporada una cita con Florentino Pérez para hablar de su futuro en el Madrid, con el que tiene contrato hasta 2016

Higuaín golpea la cabeza de Eboue al disputarle el balón. MURAD SEZER (REUTERS)

“El Málaga es digno de todos los elogios”, dijo José Mourinho antes de abandonar el Turk Telekom Arena rumbo del aeropuerto internacional Ataturk. “Pasando o no pasando a semifinales, han hecho una temporada fantástica y han salido de la competición en grande, disputando el pase a las semifinales hasta el último segundo. No es distinto jugar en Dortmund de hacerlo aquí en el campo del Galatasaray. Estos equipos no juegan con once. Juegan con 50.000 más once. Solo en Estambul y en pocos estadios más ocurre eso: Dortmund es uno de esos estadios. Aquí, si nos hubieran marcado el 4-1 habrían sido ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

“El Málaga es digno de todos los elogios”, dijo José Mourinho antes de abandonar el Turk Telekom Arena rumbo del aeropuerto internacional Ataturk. “Pasando o no pasando a semifinales, han hecho una temporada fantástica y han salido de la competición en grande, disputando el pase a las semifinales hasta el último segundo. No es distinto jugar en Dortmund de hacerlo aquí en el campo del Galatasaray. Estos equipos no juegan con once. Juegan con 50.000 más once. Solo en Estambul y en pocos estadios más ocurre eso: Dortmund es uno de esos estadios. Aquí, si nos hubieran marcado el 4-1 habrían sido unos minutos finales dramáticos”.

Para Mourinho, atento a las crisis emocionales como a las deportivas, el momento clave de la eliminatoria se convirtió en el instante en que Varane dio un paso al frente. Fue en el gol que Drogba metió en fuera de juego por medio metro. Habría sido el 4-1. “Solo no es gol porque Varane es un jugador súperinteligente”, recordó el mánager del Madrid, “y al ver que no llegaba al corte ha dado un paso adelante. Si no, nos metían el 4-1”.

Si nos hubieran marcado el 4-1 habrían sido unos minutos finales dramáticos José Mourinho

El mánager del Madrid es hombre de preocupaciones obsesivas. Uno de los temas que le tocan la médula es la templanza del público del Bernabéu. No lo soporta y le da vueltas de vez en cuando. En Estambul salió del partido especialmente sensibilizado con el fanatismo del hincha turco. Le encantó. Le hizo pensar en el frío regreso a Chamartín y debió sentirse un poco frustrado. “Ya me gustaría jugar en este campo cada partido”, dijo. “Todos quieren jugar en ambientes como estos. ¿Cómo les va a afectar a jugadores como los del Madrid, acostumbrados a la máxima presión? Quienes han sentido el ambiente han sido los jugadores del Galatasaray y han hecho un segundo tiempo de corazón, de orgullo, y de todo lo bueno que tiene el fútbol. Estoy feliz por los jugadores y entrenadores del Galatasaray: si tienes que salir de la competición que sea del modo en que lo han hecho en este partido fantástico, en un estadio como este”.

Otro de los temas recurrentes en el discurso de Mourinho es lo que considera uno de sus grandes logros en el Madrid: haber conseguido que el equipo compita regularmente en la Champions, contraponiendo su trabajo a las accidentadas temporadas de Luxemburgo, Capello, Schuster y Pellegrini. “Estoy feliz”, dijo, “porque yo pienso que si nosotros somos eliminados en octavos de final por equipos sin ningún tipo de presión… Si ser eliminados en octavos es una rutina en el Madrid habría razones para ser duros con mis jugadores. Pero nos calificamos para semifinales otra vez. Ya sé que no es el objetivo del Madrid pero lo hemos hecho en tres temporadas consecutivas y estoy contento con los jugadores”.

Le insistieron sobre su permanencia en el Madrid el próximo curso y Mourinho, como es su costumbre, envolvió su respuesta en un enigma. Se resistió a decir que cumplirá su contrato, que acaba en 2016. Haciéndose eco de los rumores que le sitúan fuera del club, rumbo a la Liga inglesa a ser posible, el mánager dijo que se reunirá con el presidente madridista, Florentino Pérez, a negociar su futuro. “Cuando termine la temporada me sentaré con quien me tenga que sentar”, dijo, “que además de mi presidente es mi amigo y al ser el presiente es representante legal y emocional de todos los madridistas. Nos sentaremos con tranquilidad. Presidente y entrenador: dos amigos”.

Mourinho no quiso hacer ningún comentario especial para destacar el rendimiento de Cristiano, que se ha convertido en estos años en el goleador más prolífico de la historia del club. “Cuarenta y ocho goles en cuarenta y siete partidos…”, dijo, repitiendo las cifras por las que le preguntó un periodista. “¡Sin comentarios! Los números hablan por sí mismos. Lo que pienso yo de Cristiano es lo que pensamos todos. No creo que alguien en perfecto estado psicológico piense diferente”.

Sobre la firma

Archivado En