El goleador con alma de ‘10’

Lewandowski, el punta que triunfa en el Dortmund, principal peligro para el Málaga

Lewandowski se marcha de Sergio Pinto, del Hannoverpatrik stollarz (AFP)

Robert Lewandowski (Varsovia, 1988) se sentará hoy con su novia en el avión que transporta al Borussia Dortmund a Málaga, para medirse mañana miércoles al conjunto de Manuel Pellegrini y no se mezclará con el resto de sus compañeros. Ni siquiera con sus compatriotas, Blaszczykowski y Piszczek, con quienes mantiene una relación distante, sobre todo con el primero, el capitán de la selección polaca, un hombre extrovertido e integrado en la ciudad de Dortmund en contraste con el solitario Lewandowski. No por ello menos querido en el grupo, que valora su comportamiento impecable dentro del campo. ...

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Robert Lewandowski (Varsovia, 1988) se sentará hoy con su novia en el avión que transporta al Borussia Dortmund a Málaga, para medirse mañana miércoles al conjunto de Manuel Pellegrini y no se mezclará con el resto de sus compañeros. Ni siquiera con sus compatriotas, Blaszczykowski y Piszczek, con quienes mantiene una relación distante, sobre todo con el primero, el capitán de la selección polaca, un hombre extrovertido e integrado en la ciudad de Dortmund en contraste con el solitario Lewandowski. No por ello menos querido en el grupo, que valora su comportamiento impecable dentro del campo. El vestuario lo considera un deportista íntegro, ambicioso y justo. En Polonia, participó en un show muy popular la semana pasada y encandiló por su humildad incluso a aquellos nada interesados en el deporte. El yerno ideal, pensaron. Su novia, Anna Stachurska, es karateca profesional, bronce en el Mundial de Tokio 2008.

Es un delantero que, técnicamente, mantiene el tipo con los centrocampistas

Lewandowski es de los pocos delanteros que, técnicamente, mantiene el tipo con esta exquisita nómina de centrocampistas: Sahin, Gundogan, Reus y Götze. Puede combinar de igual a igual con ellos. El Borussia pagó por él 4,5 millones al Lech Poznan, pero estuvo casi un año para firmar: sus agentes no son muy queridos en las oficinas del Iduna Park. En su primera campaña en Alemania, hace tres, actuó en ocasiones de 10, al no poder arrebatarle el puesto al inspirado Lucas Barrios. Hasta que el paraguayo volvió lesionado del Mundial de Sudáfrica 2010. Aun así, Lewandowski marcó ocho tantos, confirmando su fama de la Liga polaca, donde había sido máximo anotador, y desmintiendo a quienes, desde la prensa sensacionalista alemana, lo bautizaron como Chancentod (mata-ocasiones). Él se considera un 9,5. Y puede ubicarse a veces por detrás de Julian Schieber.

Sin ser una bala como Piszczek o Reus, tiene la velocidad justa para desbordar o presionar la salida del balón del rival en tres cuartos, como le gusta a su entrenador, Jürgen Klopp. Este es el principal responsable del progreso espectacular de Lewandowski en la Bundesliga, competición que lidera con 20 goles, nueve de ellos en las últimas nueve jornadas. Remata casi por igual con las dos piernas y su punto débil sería la testa: no es un gran cabeceador. Tampoco le hace falta. Entiende a la perfección el vertiginoso juego de robo y ataque del Dortmund y sabe que es una pieza fundamental. Habilidoso y fuerte, incluso se va de dos con cierta frecuencia. Sabe cuándo atacar y cuándo cerrar espacios. También es un ejemplo de estabilidad goleadora. El curso pasado cosechó 22 tantos en la Bundesliga, cifra inédita en el Borussia desde Manfred Bürsmüller en la temporada 1981-82. El último Pichichi en el Iduna Park fue Stephan Chapuisat, con 20 tantos, en la 1991-92.

Después de Boniek no ha habido en Polonia un futbolista de su altura: el mejor en los últimos 20 años. Pero eso no le libró de las críticas tras su escaso rendimiento en la selección en comparación con sus exhibiciones en Alemania. Tras una decepcionante Eurocopa organizada por su país junto a Ucrania en verano, sumaba 902 minutos sin marcar con Polonia, sequía quebrada la semana pasada con un doblete, los dos de penalti, a San Marino (5-0). El goleador solitario amenaza la meta de Caballero.

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