Las carreras de Mireia

Lo que define sus entrenamientos no es la cantidad de metros que nada, sino que va al límite. No todos lo soportan

Mireia Belmonte enseña la medalla de plata de 800 libreBARBARA WALTON (EFE)

Los resultados adversos en los 200 metros estilos y los 200 libre debieron de condicionar a Mireia al disputar los 200 mariposa. Su táctica consistió en salir a ganar. Se arriesgó a quedarse sin fuerzas en los últimos diez metros, pero ganó en confianza. Pasó la primera por los 100 y los 150 y eso le ayudó a sentirse segura. Cuando vas por detrás, necesitas una convicción muy grande y tanto ella como su entrenador sabían que podían hacer el primer 100 por debajo de un minuto (59...

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Los resultados adversos en los 200 metros estilos y los 200 libre debieron de condicionar a Mireia al disputar los 200 mariposa. Su táctica consistió en salir a ganar. Se arriesgó a quedarse sin fuerzas en los últimos diez metros, pero ganó en confianza. Pasó la primera por los 100 y los 150 y eso le ayudó a sentirse segura. Cuando vas por detrás, necesitas una convicción muy grande y tanto ella como su entrenador sabían que podían hacer el primer 100 por debajo de un minuto (59,75s). Los nadadores de este nivel tienen un reloj interno que les ayuda a dosificarse. Los entrenamientos le debían proporcionar información sobre su capacidad. Por entrenamiento, a Mireia no le gana ninguna en el mundo. Su ritmo lo soportan muy pocas. 

En los 800 libre hizo una carrera totalmente distinta. Incluso pasando por sus mejores marcas parciales en los 400 (4,08 segundos), evitó entrar en el juego de Ledecky y se puso quinta. Iba a su ritmo. Nadó el primer 200 en 2m 1s; el segundo, en 2m 7s, y el tercero, en 2m 4s, tres segundos más rápido. Ahí es cuando Friis y Adlington empezaron a pagar el esfuerzo que les suponía seguir a Ledecky. Para Friis, que vio que la norteamericana se le escapaba, el acoso de Mireia resultó insoportable porque iba a un nivel de fatiga altísimo y los pensamientos inconscientes, en situaciones críticas, te hunden. Para Mireia, ver que sus rivales se quedaban debió de ser un detonante. Psicológicamente, esto te catapulta, independientemente de que tengas reservas de energía.

Lo que define los entrenamientos de Mireia no son la cantidad de metros que nada, sino la intensidad a la que lo hace. Va al límite. El programa es duro. Las series son extenuantes. Día tras día. Semana tras semana. No lo puede soportar cualquiera. Necesitas un talento como el de Mireia.

Se entrena duro. Las series son extenuantes. Día tras día.  No lo puede soportar cualquiera

Nadadores y técnicos manejamos cada vez más información, pero en los metros finales de las pruebas, los últimos 50 del 200 mariposa o los últimos 300 del 800, nunca sabes exactamente lo que te vas a encontrar. Para averiguar lo que hay en ese ángulo muerto, cada vez más reducido, los entrenadores llevamos a los deportistas al límite de las capacidades a lo largo del año y analizamos su respuesta biológica con distintos indicadores. En la misma piscina, la frecuencia cardiaca monitoriza la carga aeróbica y las pruebas de lactato la carga anaeróbica. Otros indicadores se usan en reposo, después de pasadas unas horas: la urea, el amoníaco, la creatina-quinasa y la testosterona y el cortisol. Mediante una muestra de orina o sangre, te dan una pauta de cómo se encuentra el nadador en función de su preparación para evitar el sobreentrenamiento. La urea y el amoníaco, por ejemplo, determinan la capacidad del nadador de adaptarse a los niveles de intensidad y volumen que tú exiges. Te muestran unos límites de tolerancia que no debes superar para que el deportista asimile la carga de entrenamiento sin enfermar. Te avisan cuándo puedes seguir forzando y cuándo debes dar descanso.

Antonio Oca es director técnico de la federación de natación de Castilla-La Mancha.

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