Del libro a la pantalla: las adaptaciones españolas que triunfaron en el cine y la televisión
El Día del Libro también se celebra delante del televisor. Este es un repaso a las películas y series basadas en grandes títulos de la literatura española, agrupadas por épocas para que encuentres tu preferida
Cuando el cine español se ha acercado a la literatura ha triunfado: en la taquilla, en los Goya, en festivales internacionales… De las españoladas del franquismo a la intelectualidad de la Transición, de la quijotesca obsesión con adaptar El Quijote a los escritores superventas que criticaban en la televisión las adaptaciones de sus obras: aquí empieza un viaje por cinco siglos de literatura española a través del cine.
Los clásicos
Lope de Vega
Miguel de Cervantes
¿Qué tienen en común Candela Peña y Raffaella Carrà? Ambas interpretaron el mismo personaje en adaptaciones distintas de La Celestina. Carrà, en la italiana de 1965; Peña en la española de 1996. La tragicomedia de Fernando de Rojas sobre la lujuria y la avaricia retrató de forma satírica la transición entre el amor cortés y espiritual de la Edad Media y la pasión carnal que surgió en el Renacimiento. “El libro más demoledor que se ha escrito en lengua española, de una subversión excepcional”, admiró Juan Goytisolo. “La obra más inteligentemente corrosiva y negra de la literatura española”, celebró José Luis Gómez. Gerardo Vera decía que adaptó La Celestina para “el público de Malasaña”.
¿Por qué Lázaro de Tormes tuvo dos directores? Fernando Fernán Gómez, el actor español más literario de todos, soñaba con adaptar este clásico anónimo y se reservó el personaje del Ciego, pero a las tres semanas de empezar a rodar cayó enfermo y tuvo que ser reemplazado por dos buenos amigos: José Luis García Sánchez en la dirección, y Paco Rabal en la interpretación, que falleció meses después del estreno.
¿Cómo pudo quedarse sin dinero Pilar Miró? “Todo el mundo le decía que estaba loca”, señalaba el guionista Juan Tebas. La directora se empeñó en adaptar El perro del hortelano de Lope de Vega y confiaba tanto en la modernidad de esta comedia de enredo que no tocó ni una sola coma: puso a Emma Suárez, Carmelo Gómez y Ana Duato a recitar verso. Pero a dos semanas del final de rodaje se acabó el dinero, según Miró por una mala gestión del productor, y mientras encontraba la manera de terminarla decidió rodar otra para tener al equipo ocupado y en nómina (Tu nombre envenena mis sueños). Finalmente, el productor Enrique Cerezo financió la reactivación de El perro del hortelano. Los Reyes acudieron al estreno, la película arrasó en taquilla y ganó siete Goyas. Miró falleció nueve meses después.
¿Por qué Alfredo Landa llamó “memos” a los directivos de TVE? Como parte de los festejos por el quinto centenario del Descubrimiento, Televisión Española (con Pilar Miró a la cabeza) le encargó a Camilo José Cela adaptar El Quijote en una serie de 18 episodios a cambio de 50 millones de pesetas (300.000 euros). Manuel Gutiérrez Aragón se encontró con un guion tan literario que era imposible de rodar, así que lo reescribió. La audiencia llegó a superar los siete millones de espectadores, pero la segunda parte, que iba a dirigir Mario Camus, nunca llegó a realizarse: a los 74 años Fernando Rey (que había perdido 10 kilos para el fantasmagórico personaje) ya estaba mayor para montar a caballo y Emiliano Piedra, el productor, había fallecido. TVE canceló el proyecto a la mitad. “Son una partida de memos que deberían ir a la cárcel”, exclamó Sancho Panza (Alfredo Landa).
¿Dónde verlas? En la selección de adaptaciones de clásicos de FlixOlé
Siglo XIX
Benito Pérez Galdós
Leopoldo Alas, 'Clarín'
Vicente Blasco Ibáñez
¿Qué hacía Catherine Deneuve en Toledo? Rodar Tristana, la adaptación que Buñuel hizo de la novela de Pérez Galdós. Tras la prohibición en 1961 de Viridiana (inspirada en otra obra de Galdós, Halma; ganadora de la Palma de Oro en Cannes y prohibida en España hasta 1977), Buñuel canceló sus planes de adaptar Tristana con Rocío Dúrcal y se autoexilió durante una década. A su regreso retomó el proyecto. Los inversores franceses insistieron en que contratase a Deneuve, a pesar de que según Galdos Tristana tenía “aspecto de damita japonesa” y de que la actriz había acabado harta de Buñuel tras Belle de Jour (la convenció su entonces novio, François Truffaut). Los italianos, por su parte, impusieron a Franco Nero, una estrella gracias al taquillazo del violentísimo spaguetti wéstern Django. Buñuel cambió el final enigmático de Galdós (“¿Eran felices uno y otro? Tal vez”) por otro mucho más siniestro. E inolvidable.
¿Por qué se fue José Luis Garci de la Academia? Las críticas y la taquilla de El abuelo fueron estupendas, consiguió la nominación al Oscar y 13 nominaciones a los Goya. Con esta adaptación de Galdós, Garci remataba su trilogía literaria (tras Canción de cuna y La herida luminosa) con una fábula sobre la decadencia de la nobleza española ambientada meses antes de la pérdida de las últimas colonias en 1898. Pero entonces el productor Pedro Costa sugirió que la productora de Garci había pagado las cuotas atrasadas de varios académicos morosos, y ya jubilados, para asegurarse sus votos a El abuelo como representante de España en los Oscar. La respuesta de la Academia, “tibia” según Garci, llevó al cineasta acusado y al productor acusador a darse de baja de la organización. Fernando Fernán Gómez, el único ganador de un Goya por la cinta, no acudió a la ceremonia en solidaridad con su director. Y todo este lío distrajo de lo que es El abuelo: una película extraordinaria.
¿Cómo cambió Cañas y barro la televisión española? Victoria Vera, musa de la Transición, recuerda que aquella era “la primera vez que se llevaba a la televisión una serie de un autor republicano y masón”, en referencia a Blasco Ibáñez. Y eso que en vida fue el escritor más leído de Europa y, tras su muerte en el exilio, el español más adaptado en Hollywood. El nuevo director general de RTVE, Rafael Ansón, se propuso construir un nuevo imaginario colectivo para afrontar la democracia. La herramienta fue las adaptaciones literarias para combatir “el exceso de productos americanos” en la televisión española y de paso reformular los mitos nacionales, la identidad colectiva y la narración oficial de lo que se llamaría después la “Cultura de la Transición”. Cañas y barro fue el segundo programa más visto de 1978, solo por detrás de El hombre y la tierra de Félix Rodríguez de la Fuente, con 17 millones de espectadores: la mitad del país.
¿Por qué Fortunata y Jacinta tardó cuatro años en estrenarse? Tras el éxito internacional de Cañas y barro, TVE puso en marcha esta adaptación de Galdós ante las peticiones de las televisiones francesa y suiza. El despliegue fue inédito: más de 30 actores principales, un centenar de secundarios y más de 3.500 trabajadores en total. Un plató de 20.000 metros cuadrados para que Mario Camus recrease el Madrid de finales del XIX, cuyo adoquinado auténtico fue cedido por el Ayuntamiento, en 214 escenarios distintos. Fue el producto televisivo español más vendido internacionalmente (37 países) solo detrás de... sí, El hombre y la tierra. Y pesar de todo esto (o quizá precisamente a causa de ello) TVE tardó cuatro años en sacar adelante la serie por problemas de financiación. Al final solo la hizo porque se había comprometido con los franceses.
¿Dónde verlas? En la selección de adaptaciones de grandes obras del siglo XIX de FlixOlé
La Edad de Plata
Pío Baroja
Miguel de Unamuno
Ramón del Valle Inclán
¿Qué escenas censuraron de La tía Tula? En 1964 Miguel Picazo pudo adaptar la novela de Unamuno gracias al interés de Aurora Bautista, máxima estrella nacional e hija predilecta de Cifesa (la productora más afín al régimen). La censura eliminó ocho escenas, entre ellas una violación; una reunión de la Sección Femenina, y el plano de un cartel auténtico en un cementerio que prohibía el paso “a las señoritas sin medias” y “a las parejas que no guarden la debida compostura”. Pero aun así, La tía Tula se asentó como un referente para el “nuevo cine español” al encontrar la manera de retratar la opresión política, económica y moral de la dictadura mediante miradas, silencios, sobreentendidos y acciones fuera de campo. Ganó un récord de ocho Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos, el Ministerio de Cultura impidió que fuera a los Oscars y Buñuel la consideró la mejor película del cine español.
¿Por qué no volvió a rodar películas Alfredo Castellón? El director debutó con Platero y yo, una alegoría en favor del mundo natural, el arte y los desfavorecidos con una crítica social explícita. Pero el productor, un italiano que le había comprado los derechos a Juan Ramón Jiménez en Puerto Rico por un millón de pesetas (6.000 euros), tenía prisa por terminarla para cobrar la subvención, así que no le dejó acabar la película y cogió lo que estaba rodado para estrenarlo. Desilusionado, Castellón dedicó el resto de su carrera a la televisión. Desde su restauración en 2010 Platero y yo puede disfrutarse con las cuatro escenas en su día eliminadas por la censura.
¿Qué fue de La Coquito? En 1977 Pedro Masó se trajo de Puerto Rico a Iliana Ross, una chica de 17 años, para protagonizar La Coquito, adaptación de la obra de teatro de Joaquín Belda, una de las más populares a principios del siglo XX. Ross, que interpretaba éxitos de la belle époque como La pulga, La regadera o Ay ba, ay ba, se convirtió en un sex symbol nacional. La película estuvo nueve meses en cartelera. Y eso que ella había sido la tercera opción, tras la negativa de la Pantoja y Lolita. Masó se casó con la portorriqueña, tuvo tres hijos con ella y le prohibió volver a trabajar, ni siquiera cuando le ofrecieron el papel de chica Bond en Nunca digas nunca jamás.
¿En qué se puso de acuerdo España entera durante la Guerra Civil? En disfrutar con Morena Clara. Florián Rey, el director estrella del cine español de la época, adaptó la comedia folclórica teatral de Antonio Quintero y Pascual Guillén. Cuando estalló la Guerra Civil el público siguió yendo a verla en ambas zonas, hasta que en 1937 Rey e Imperio Argentina apoyaron públicamente al bando franquista y la zona republicana la prohibió. Tras la guerra, su popularidad creció hasta recaudar 20 veces más que la película estadounidense más taquillera. Morena Clara, que volvió a adaptarse con Lola Flores en 1954, sentó las bases del cine del régimen pero Luis García Berlanga defendía que ese cine no era franquista, sino que procedía de los tiempos de la República y era una expresión popular de la diversidad social.
¿Dónde verlas? En la selección de adaptaciones de autores de La Edad de Plata de FlixOlé
Posguerra y
literatura social
Alfonso Paso
Antonio Bueno Vallejo
Camilo José Cela
Miguel Mihura
¿Por qué no ganó Pascual Duarte la Palma de Oro en Cannes? La primera novela del Nobel de Literatura Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte, fue la segunda obra española más traducida después de El Quijote. En 1976 Ricardo Franco la adaptó al cine y la censura, ya moribunda, intentó hasta el último momento fulminar aquella película sobre la violencia del caciquismo salvaje durante la posguerra. Pero Pascual Duarte logró llegar a Cannes y fue incluso la favorita del jurado... hasta que ese jurado vio Taxi Driver. Eso sí, el filme español se quedó con un premio para su protagonista, José Luis Gómez.
¿Quién era el escritor estrella del desarrollismo? Alfonso Paso, cronista de la clase media de los 50 y 60, llegó a tener siete obras en cartel en Madrid con todas las entradas vendidas en sus tres funciones diarias. El humor negro, las situaciones rocambolescas y el sarcasmo para las masas conectaron con el gran público y el cine se apresuró a adaptar sus textos: Usted puede ser un asesino, Enseñar a un sinvergüenza, No somos ni Romeo ni Julieta (referencia al primer éxito de Karina, una de las canciones más vendidas de la historia en España) o ¡Cómo está el servicio! repitieron en el cine su éxito teatral. Las obras de Paso se han representado en 24 idiomas: fue el primer autor español que estrenó una obra en Broadway estando vivo (El canto de la cigarra).
¿Quién es Josefina Molina? Fue la primera mujer en graduarse como directora en la Escuela Oficial de Cine, en 1969. Dirigió Esquilache, adaptación de Un soñador para un pueblo de Buero Vallejo, que contaba la historia real de la revuelta popular contra el Marqués de Esquilache (Fernando Fernán Gómez), destituido y desterrado por sus súbditos durante el reinado de Carlos III. Logró once nominaciones a los Goya en 1990, aunque solo ganó dos (uno de ellos para Adolfo Marsillach) y tuvo el honor de ser la primera película en más de 30 años que se rodaba dentro del Palacio Real de Madrid. Molina grabó mucho Estudio 1, series como Teresa de Jesús y el Cinco horas con Mario que su propio autor, Miguel Delibes, adaptó al teatro para Lola Herrera (cuya representación, en un ejercicio de metaficción, aparece en Función de noche: un visionario filme de Molina que se adelantó a la telerrealidad).
¿Cuál fue la película maldita de Fernán Gómez? El mundo sigue, una adaptación de la novela de Juan Antonio Zunzunegui de 1963. Su reflejo neorrealista de la miseria en la que vivían los españoles durante el franquismo, de la corrupción moral de la sociedad (adulterio, avaricia, violencia machista) y de la injusticia del sistema fue considerado un ultraje por el Ministerio de Cultura, que no le concedió subvención y relegó su estreno a un cine de Bilbao de tapadillo. Fue la mayor decepción profesional de la carrera de Fernán Gómez y adquirió un aura de película mítica, clandestina, porque los que la habían visto aseguraban que era una obra cumbre de nuestro cine. En 2015 se estrenó una copia restaurada y fue un éxito de taquilla 50 años después.
¿Dónde verlas? En la selección de adaptaciones de autores de los 40, 50 y 60 de FlixOlé
Del aperturismo a la democracia
Miguel Delibes
Juan Marsé
Eduardo Mendoza
¿Cuál fue la película más taquillera del cine español? Los santos inocentes. Un colosal fenómeno de taquilla en 1984 que superó los dos millones de espectadores y le dio a Paco Rabal y a Alfredo Landa un premio ex aequo en Cannes. Pasó año y medio en cartel. Rabal venía de una sequía profesional que le había llevado a pedir dinero a sus amigos, pero gracias al éxito de Los santos inocentes regresó a primera división. Andrés Pajares contó que le dio tanta “envidia sana” la reconversión de Landa en actor de prestigio que se propuso emularle: seis años después, ganaba un Goya por Ay, Carmela (también una adaptación, del dramaturgo Sanchís Sinisterra). El autor, Miguel Delibes, acudió un día al rodaje con la condición de que no quería comer con los actores sino con los personajes. “El señorito de hoy no está en el cortijo, sino en el banco”, aseguraba el director Mario Camus en 2014 respecto a la vigencia de la obra. “Esa misma subordinación, humillación y sometimiento los tenemos hoy. Una especie de esclavitud consentida”.
¿Por qué Aurora Rodríguez asesinó a su hija? Rodríguez, feminista recalcitrante de principios del siglo XX, había educado a su hija Hildegart como la mujer perfecta mediante una disciplina férrea. La niña resultó ser un prodigio intelectual: leía a los dos años, escribía a los tres y en 1933, a los 18, se convirtió en la abogada más joven de España. Hildegart publicó 15 libros y se erigió como una celebridad en círculos culturales y políticos. Pero se fue distanciando de su madre, quien aseguraba que no la había traído al mundo para ocuparse de “asuntos socialeros y comuneros” sino para luchar por la causa feminista. Una noche, cuando Hildegart no había cumplido 19 años, su madre la asesinó de tres tiros mientras dormía. Eduardo de Guzmán recogería los hechos en el ensayo de 1972 Aurora de sangre y Fernando Fernán Gómez lo adaptó con un guion de Rafael Azcona y con Amparo Soler Leal en el papel de Aurora.
¿Por qué algunos cines se negaron a proyectar Extramuros? Aunque estaba ambientada en la Castilla del siglo XVI, la trama de unas monjas que vivían prácticamente en la indigencia y decidían falsificar las llagas de Jesucristo ya incomodó a muchos. Pero, además, dos de esas monjas, Mercedes Sampietro y Carmen Maura, mantenían una relación. Los cines madrileños Paz y Avenida se negaron a proyectarla. Miguel Picazo no volvería a rodar más cine y su filmografía se quedó en seis películas.
¿Qué adaptaciones de su obra le gustaban a Juan Marsé? Ninguna. El novelista llegó a asegurar que en España no había buenos cineastas, a lo cual Vicente Aranda (empeñado en adaptarlo en contra de su voluntad: La muchacha de las bragas de oro, Si te dicen que caí, El amante bilingüe) respondió que lo que no había era buenos escritores. “Son películas fallidas, pero no porque adapten mi obra, son malas por sí mismas”, insistía Marsé. “El montaje nos limita, para los escritores es muy barato escribir y tienen una libertad que al final hace que sus textos estén llenos de paja”, contraatacaba Aranda. A Marsé sí le ilusionó que se adaptara El embrujo de Shanghái y propuso tres cineastas: Erice, Trueba o Gutiérrez Aragón. El guion de Erice, según el escritor, era mejor que su novela, pero el proyecto no salió adelante a ocho semanas de empezar a rodar (el productor se negaba a estrenar una película de tres horas). El guion de Erice se acabó editando como libro y Fernando Trueba rodó otra adaptación con Ariadna Gil. Marsé no la detestó.
¿Dónde verlas? En la selección de adaptaciones de títulos populares de los 70 y los 80 de FlixOlé
Los contemporáneos superventas
Almudena Grandes
Antonio Gala
Muñoz Molina
Arturo Pérez Reverte
¿Por qué abandonó Ángela Molina Las edades de Lulú? A diez días de empezar a rodar, la actriz se echó para atrás y rechazó protagonizar lo que ella consideraba “una porno”. La novela de Almudena Grandes, que había arrasado en ventas y había sido traducida a 20 idiomas, era una historia de descubrimiento sexual situada en un contexto político que el director Bigas Luna decidió ignorar. La italiana Francesca Neri la reemplazó, mientras el productor amenazaba con denunciar a Molina. Javier Bardem debutaba en el cine con un papel corto pero memorable. Grandes se implicó en el rodaje, participó en la escritura del guion y trabajó de cerca con Luna pero acabó indignada con la cinta. Cuando Gerardo Herrero adaptó otro superventas de Grandes, Malena es un nombre de tango, la escritora no quiso saber nada del rodaje aunque después criticó duramente la película. También tienen su versión cinematográfica Los aires difíciles (2006) y Castillos de cartón (2009).
¿Cuál es el final bueno de La pasión turca? Como no había tenido suficiente con Marsé, Vicente Aranda se propuso adaptar a Antonio Gala, quizá el último escritor estrella español gracias a sus novelas e intervenciones televisivas. En el libro, Desideria, la burguesa que perdía la cabeza por un turco, se suicidaba, pero en la película hacía las maletas hacia un destino misterioso. El filme, protagonizado por Ana Belén porque la actriz fetiche de Aranda, Victoria Abril estaba probando en (y saliendo escaldada de) Hollywood, arrasó en taquilla, pero Gala echó pestes de ella. Él quería a Mario Camus y criticó en varios platós de televisión que Aranda hubiese rodado “una intrascendente historia de cama y encoñamiento” en vez de “un amor místico”, lo cual, claro, supuso una promoción excelente para la película.
¿Cuál fue la novela generacional de los 90? En España la generación X fue la generación Kronen. La novela de José Ángel Mañas, de 23 años entonces, vendió 100.000 ejemplares y fue finalista del premio Nadal. La prensa se obsesionó con su argot callejero y con su retrato de una juventud descerebrada, amoral y cínica que sabía que todo el futuro que le habían prometido no existía. Dos años después, Montxo Armendáriz la adaptaba al cine consiguiendo un éxito de taquilla y, por supuesto, la desaprobación del escritor. A pesar de apostar por una energía de cine-quinqui-pero-pijo, la película juzgaba a sus personajes con un mensaje de crítica social y Mañas declaró que respetaba ese enfoque pero no lo compartía. El autor pretendía capturar un instante en la vida, el último verano antes de la vida adulta, y curiosamente la película funciona hoy, 25 años después, como una postal enviada desde aquella España que se consideraba a sí misma desilusionada pero que en realidad todavía era muy ingenua y seducida por la euforia del progreso. Una España, en definitiva, muy adolescente.
¿Cuál es la adaptación favorita de Pérez Reverte? Considera “un clásico” El maestro de esgrima, de Pedro Olea, quizá porque su participación en el guion le reportó un Goya. Al autor español más vendido de los 90 ve las adaptaciones como “una actividad complementaria y lucrativa del libro, una forma estupenda de promoción y de ganar más dinero con la cesión de los derechos”. Esta flexibilidad le ha convertido en el autor español vivo más adaptado: La carta esférica, Cachito, La novena puerta, Gitano... La única que le parece “infame” es La tabla de Flandes, con una jovencísima Kate Beckinsale. “Es un tebeo barato con una trama infantil propia de un telefilm de sobremesa norteamericano”, dijo. “Una bazofia que no hay por dónde cogerla”.
¿Dónde verlas? En la selección de adaptaciones de autores contemporáneos superventas de FlixOlé
CRÉDITOS
Vicente Blasco Ibañez ©Biblioteca del Congreso EEUU/Wikipedia
Antonio Buero Vallejo, por Ricardo Gutiérrez /EL PAÍS
Miguel de Cervantes ©Retrato atribuido a Juan de Jauregui /Wikipedia
Miguel Delibes, por Bernardo Pérez /EL PAÍS
Antonio Gala, por Julián Rojas /EL PAÍS
Almudena Grandes, por Alejandro Ruesga /EL PAÍS
Juan Marsé, por Cristóbal Manuel /EL PAÍS
Miguel Mihura ©EFE
Antonio Muñoz Molina, por Alejandro Ruesga /EL PAÍS
Arturo Pérez-Reverte, por Uly Martín /EL PAÍS
Benito Pérez Galdós ©Audouard Deglaire/Wikipedia
Lope de Vega © Retrato atribuido a Eugenio Cajés /Wikipedia
Ramón del Valle-Inclán © Archivo Díaz Casariego/ EFE
Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Alfonso Paso, Camilo José Cela y Eduardo Mendoza: Getty Images