Así se vivió la noche del rediseño web de EL PAÍS
Al menos 24 periodistas y técnicos publicaron la nueva página del diario, un proceso complejo y coral
A las cuatro de la mañana de un día cualquiera, por la redacción de EL PAÍS en Madrid solo pasean vigilantes de seguridad y el servicio de limpieza —la información nocturna la atiende la redacción de México—, pero el pasado sábado 2 de octubre, un equipo de unos 24 periodistas trabajaba a pleno rendimiento. La actualidad no marcaba la agenda, así que, dadas las circunstancias, verlos allí era poco común. Redactores de contenido, diseño, maquetación, portada, subdirectores, producto editorial y la directora del periódico, Pepa Bueno, se movían de un lado para otro pendientes de varias pantallas de ordenador. El motivo: había llegado el momento de lanzar el nuevo rediseño de la web, un hito para el que llevaban trabajando 11 meses. Se respiraba tensión, pero también emoción. En cuestión de minutos, los lectores de EL PAÍS verían la nueva cara del diario —más limpia, más ordenada, más intuitiva—.
Fue una noche frenética. El reloj marcaba las 02.35 de la mañana cuando se lanzó la primera portadilla, el primero de los cambios importantes y sustanciales del nuevo diseño. Click. “¡Inter ya está!”, anunció Guiomar del Ser, redactora jefa de Producto Editorial del diario, y la responsable de trabajar en la estructura interna aquella noche. A su alrededor, un grupo de redactores consultaba sus teléfonos móviles y ordenadores. “F5, F5, F5″: el comando del teclado que actualiza una página. La primera sección había cambiado de apariencia y, por unos instantes, la vieja web convivía con la nueva. Durante unos minutos, si un lector se asomaba a EL PAÍS, podía comprobar un aspecto diferente entre la portadilla de internacional y la columna de Almudena Grandes, por ejemplo. Pero no duró mucho. “Voy a publicar Opinión”, prosiguió. Click. Y al poco: “Publico Nacional”. Click. “Fue casi como cantar la lotería del día de navidad. Vas cantando los premios principales”, explica ahora Del Ser.
Pero no todo fue darle a un botón. Se había producido un cambio sustancial en la hoja de estilos, y a medida que se publicaban las secciones, había que ir haciendo adaptaciones. Fernando Hernández, director de arte del periódico, y Jacinto Corral, responsable técnico, trabajaban mano a mano. Era al menos el cuarto rediseño de EL PAÍS que vivían juntos. Hernández, al mando y al control de la calidad visual; Corral, activando el cambio de millones de URL al nuevo diseño: “Se actualizaron más de 4 millones de artículos, más de 100.000 páginas de tags (o etiquetas; por ejemplo, coronavirus) y decenas de miles de fechas y autores”. Un universo de código y letras.
Elegir la noche del viernes no fue azar. Es, probablemente, uno de los momentos de la semana que menos tráfico tiene la web. Y aun con todo, miles de usuarios visitan la edición internacional desde todas las partes del mundo, especialmente desde España y América Latina. Con suerte, si algo salía mal a esa hora, afectaría al menor número de lectores posible. “Todo estaba organizado, pero en una página con tanto tráfico como EL PAÍS, con millones de lectores de tantas partes, cualquier cosa puede pasar”, apunta Corral.
Y como era de esperar, el momento de tensión de la noche llegó con la publicación de la ansiada portada, ya a las 04.30 de la mañana. Porque la portada es la cara visible del periódico, la fachada de la casa, su declaración de intenciones. Detrás de ella trabaja una pequeña legión de periodistas, los portadistas, que trabajan 24 horas al día―desde España hasta México― al servicio del lector. La llamada Mesa digital, compuesta por un nutrido equipo, se encarga de actualizarla desde el corazón del periódico, como si se tratara de un verdadero centro de operaciones. Y Guiomar del Ser volvió a hacer los honores: “Click”. De pronto, tensión. F5, F5, F5, 404, 404. Error. Redactores mirando el móvil, los portátiles, los equipos de sobremesa. “¡No se ve, no se ve!”, dijo uno inquieto. “No va”, apuntaba otro. “A mí tampoco”, uno más. Y aunque la home tardó en cargar menos de lo que se tarda en leer este párrafo, a muchos se les antojó interminable.
Como si de un viaje metafísico se tratara, Corral explica lo ocurrido la noche del 2 de octubre: “La web del periódico se divide en páginas repartidas por millones de servidores en todo el mundo. El momento exacto de visualización de una web es milimétricamente distinto al de cualquier otro lector”. Algo prácticamente imperceptible, pero el momento llegó, y en cuestión de segundos, el nuevo rediseño del periódico estaba lanzado. “Fue algo así como un ufff colectivo, aplaudimos y nos abrazamos. Y bueno, aparecieron milagrosamente dos botellas de champán”, rememora Hernández, director de arte.
Nueve meses de trabajo en remoto
Lanzar un nuevo rediseño es un proceso creativo y coral que se cuece a fuego lento, y este ha durado casi nueve meses. Hernández, director de arte y encargado del diseño de la web, asumió el reto en plena pandemia. “Cuando el periódico me comunicó la intención del rediseño era verano de 2020, y entonces me eché a temblar. Significaba que habría que llevarlo a cabo a distancia y en remoto. Por la pandemia era imposible hacerlo de otra forma. Ha sido un trabajo inmenso del equipo editorial y contenido y de unas 20 personas increíbles del equipo técnico.” Suerte que para poner un poco de orden estaba Miguel de la Marta, scrum master o gestor de metodologías de trabajo, una figura esencial para que, en un proceso tan disruptivo, todo quedara planificado, ordenado y resuelto. De la Marta ha sido otra de las figuras clave para poner un orden a las horas y horas de trabajo en remoto y videollamadas por Teams, a un proceso intelectual y metódico que ha marcado a todos los involucrados.
Hoy la nueva web de EL PAÍS es mucho más moderna. Su remodelación se ha hecho pensando en los lectores y, muy especialmente, en el suscriptor. Tan solo un año y medio después de lanzarse el modelo de suscripción digital, el nuevo diseño en internet potencia las historias propias, fomenta las nuevas narrativas y otorga un lugar destacado a la opinión. Así lo destacó la directora del periódico, Pepa Bueno, en un vídeo dedicado a los lectores: “Tenemos una redacción de más de 400 profesionales para acercarte una información veraz e independiente, para informar con profesionalidad, con rigor y con honestidad, y sobreponernos al ruido para ir a lo importante; innovando la forma en la que te contamos las historias para adaptarlas a la manera en la que la consumes tú. Por eso estrenamos ahora un nuevo diseño del periódico, para ofrecer un periodismo de calidad en un menú informativo diferenciado”.
Dice Jacinto Corral, responsable técnico, que la web ha dado un salto al año 2021 y que no hay ningún avance tecnológico que se haya dejado atrás. Para Guiomar del Ser, hoy, más que antes, la web permite al lector y al suscriptor apreciar lo que para EL PAÍS es importante: “Trabajamos de forma intensiva para que el lector perciba que merece la pena. Es una muestra de respeto hacia ellos, una forma de decir: tengo un material extraordinario y te cuento las historias de la mejor forma posible, buscando la excelencia”. Rubén Gil, responsable de maquetación del proyecto, y encargado de rehacer el 100% del código, siguió el proceso de aquella noche muy de cerca, retocando los últimos flecos. “Al final cayó un benjamín en vasos de cartón”. Tiempos de pandemia.