¿Quién pierde con el FES?

De eliminarse las vías alternativas de financiamiento estatal que llegan a instituciones no gratuitas, la participación de las mujeres en la educación superior podría caer hasta en 1,8 puntos porcentuales

Un grupo de universitarios chilenos durante un descanso, en 2023.Getty Images

En la actualidad, el sistema de financiamiento de los estudios de educación superior se sostiene en tres elementos principales: las becas, los créditos y la gratuidad. En general, las becas responden a un mérito de excelencia académica en personas que provienen de un contexto de vulnerabilidad socioeconómica. Entre ellas, se encuentran la Beca Juan Gómez Millas, Bicentenario y Nuevo Milenio, por ejemplo. Los créditos subsidiados por el Estado, por otro lado, reconocen la idea de que no todos los estudiantes tienen acceso a liquidez, pero, al mismo tiempo, disfrutan de la mayor parte de los beneficios que retorna la educación superior; de ahí que es razonable que compartan la carga financiera de sus estudios.

Las becas y los créditos son, para muchas personas, la única alternativa de financiamiento para estudiar; la única herramienta que posibilita su acceso a la educación superior. En instituciones que no han adherido a la gratuidad —por los problemas de viabilidad financiera que ella trae aparejados (Acción Educar, 2024)—, las becas y los créditos de educación superior permiten hoy que un total de 83.643 personas estudien una carrera. De ellos, 8 de cada 10 estudian en una institución de educación superior con acreditación de calidad Avanzada o de Excelencia de parte de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).

El proyecto que condona la deuda del CAE e instala el nuevo sistema FES, presentado por el Gobierno, elimina las becas y créditos de educación superior. Los requisitos de acceso y las medidas del FES son iguales a las de la gratuidad, con el añadido perjuicio de extender su fijación de precios y vacantes hasta el noveno decil de menores ingresos. Por lo mismo, suponer que, en una eventual aprobación del proyecto, estas instituciones no accederían al sistema es bastante razonable. De ello se sigue que cerca de 177 mil personas se quedarán sin ayuda financiera, por la eliminación de las becas y créditos.

¿Quiénes pierden con el FES? ¿Quiénes son estas 177 mil personas?

Los datos más recientes muestran que un 64,9% de las personas que reciben CAE o becas son mujeres; esto equivale a 114.713 estudiantes que hoy financian sus estudios con estos instrumentos, o una de cada cinco (20,7%) mujeres matriculadas en la educación superior. De eliminarse las vías alternativas de financiamiento estatal que llegan a instituciones no gratuitas, la participación de las mujeres en la educación superior podría caer hasta en 1,8 puntos porcentuales, afectando seriamente la equidad de género en el acceso.

Un 61,3% de las personas que hoy estudian con becas lo hace en una institución de educación superior cuya sede se encuentra fuera de la Región Metropolitana. Un 98,2% de estas personas cursa una carrera en una casa de estudios con acreditación Avanzada o de Excelencia. La eliminación de las becas y los créditos que traería consigo el sistema FES podría resultar perjudicial, también, para la descentralización en la producción de capital avanzado a nivel nacional.

Considerando los efectos dañinos sobre el acceso que posee la propuesta del Gobierno de eliminar las vías de financiamiento de los estudios que son dirigidas a las personas —i.e. las becas y los créditos—, reemplazándolas por una transferencia que fija precios y vacantes, parece razonable no perseguir la aprobación de este proyecto.


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