El municipio de Santiago quiere nueve calles en homenaje a víctimas de la dictadura de Pinochet

La propuesta, que no genera consensos ni entre ciudadanos ni especialistas, se votará este miércoles en la sesión del concejo municipal

Una pancarta en protesta por el cambio de nombre a una calle en el centro de Santiago.RR SS

El municipio de Santiago, el centro de la capital chilena y la sede de los principales poderes del Estado y de los sitios históricos de la ciudad, busca cambiar los nombres de algunas de sus calles para homenajear a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). El plan, que coincide con los 50 años del golpe de Estado, divide a los vecinos. La comuna, administrada desde 2021 por la alcaldesa comunista ...

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El municipio de Santiago, el centro de la capital chilena y la sede de los principales poderes del Estado y de los sitios históricos de la ciudad, busca cambiar los nombres de algunas de sus calles para homenajear a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). El plan, que coincide con los 50 años del golpe de Estado, divide a los vecinos. La comuna, administrada desde 2021 por la alcaldesa comunista Irací Hassler, definirá el cambio este miércoles en la sesión del Concejo municipal.

La iniciativa contempla cambiar el nombre de algunos tramos de las calles Santa Mónica, Maule, Delfina, Aconcagua, General Bulnes, Huérfanos, Rosas, Manuel de Amat, Namur, además de dos plazas y el Puente Loreto. El Comité Interdisciplinario en Conmemoración a los 50 años del Golpe de Estado –el órgano miunicipal que ha empujado la propuesta– ha explicado que la medida se aplicaría solo en algunos metros de las vías.

La concejal comunista Dafne Concha es la vicepresidenta y vocera del comité formado en diciembre de 2022 con el fin de planificar las actividades municipales relacionadas con el aniversario. “No hubo un llamado abierto desde el municipio de Santiago a la sociedad, diciendo: ‘Propongan cambios de nombre en el contexto de los 50 años del golpe’. Estas son iniciativas que organizaciones, instituciones y personalidades han hecho a la alcaldesa”.

La iniciativa ha generado críticas y ha encendido el debate. La concejal Rosario Carvajal (independiente por el pacto Dignidad Ahora), impulsora de una de las propuestas, plantea cambiar el nombre de la calle General Bulnes por el de Jécar Antonio Nehgme Cristi, un joven de 28 años y dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) que fue asesinado el 4 de septiembre de 1989. “Comparto la molestia [de los vecinos], porque creo que hubo un error de no generar procesos de información y de diálogo con quienes viven en estas calles. Lamentablemente, se informaron a través de terceros, de redes sociales y eso también ha permitido que circule información falsa”.

Claudio Orrego, gobernador de la región Metropolitana, expresó: “En esta materia creo que es bien importante que se respete la legalidad, que se respeten los procedimientos que establece la ley. Consultar al Consejo Comunal de la Sociedad Civil (COSOC) y al Concejo Municipal”, y agregó: “Ojalá poner nombres que generen unidad, junto con también recordar a personas significativas de la historia de Chile” en el programa Mesa Central de T13.

Luz Galarce, vecina desde hace más de 30 años de la comuna de Santiago y miembro de la fundación Santiago se levanta, explica: “Todos quedamos sorprendidos, porque fue una resolución tomada a puerta cerrada”. Al mismo tiempo, han intensificado su malestar como fundación poniendo carteles en señal de protesta en las calles que podrían cambiar de nombre: “Estamos en una etapa de rebeldía”, asegura.

De hecho, en la calle Namur, una pequeña vía del barrio Lastarria cercano a la Alameda, el fin de semana se observó un letrero que decía: “Namur 100 años de historia. ¡No al cambio de nombre, nadie nos consultó!”. De acuerdo a la propuesta, la calle Namur pasaría a llamarse Ida Amelia Vera Almarza, detenida desaparecida el 19 de noviembre de 1974 y militante del MIR.

Santiago Mekis, concejal del partido de la derecha tradicional Renovación Nacional RN), dice que “el cambio de nombre, desde el punto de vista político de un sector, está bien y se respeta. Pero acá lo más importante es la opinión de los vecinos”. Para Mekis, hay asuntos más acuciantes, como “el aumento de la delincuencia y el comercio ambulante”.

El urbanista Miguel Laborde, uno de los que más sabe en Chile sobre la ciudad y su historia, explica que son variadas las complicaciones que derivan de una propuesta como esta: “Como investigador de la historia de Santiago, los cambios de nombre son un desastre, porque uno pierde la continuidad, las referencias y se pierde información para siempre”.

A raíz de la serie de críticas a la propuesta, la municipalidad indica que las modificaciones se ajustan a la legalidad vigente, que otorga a las municipalidades “la atribución de administrar los bienes de uso público”. De igual manera, la municipalidad asegura que “los residentes no deberán realizar pago alguno ni tampoco realizar ningún trámite, ya que será la propia corporación quien informará directamente a todas las instituciones el posible renombre de calles”.

Dentro de los solicitantes del cambio de nombre de las calles están Paulina Vodanovic, senadora y presidente del Partido Socialista; Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista; y Sebastián Urra, director Nacional de Gendarmería. Esta última institución busca que parte de la calle Rosas lleve el nombre de Littré Quiroga, el director de Prisiones de Allende que fue brutalmente asesinado.

El municipio de Santiago busca sumarse a las conmemoraciones de los 50 años preparadas por el Gobierno de Boric, las que están encabezadas por el Ministerio de las Culturas. El plan no ha estado libre de problemas, ya que a comienzos de julio debió renunciar a su cargo el asesor presidencial para la conmemoración, el escritor Patricio Fernández. Lo hizo tras ser acusado por 162 organizaciones de derechos humanos y agrupaciones de familiares de víctimas de haber relativizado el golpe que puso fin a la Administración del socialista Salvador Allende (1970-1973), lo que generó una fuerte controversia al interior de la izquierda.

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