Milei encara la campaña electoral entregado a Trump y con su principal candidato manchado por el narco
El presidente ultraderechista apura en Washington el rescate financiero que le prometió el republicano
Al “mejor Gobierno de la historia” argentina le está costando llegar en buena forma a las elecciones legislativas del 26 de octubre. La campaña de la ultraderecha se ha vuelto un camino tortuoso. Javier Milei ha entregado su suerte a un rescate financiero de Estados Unidos, mientras los mercados no dejan en paz al peso argentino y castigan la deuda del país sudamericano temoroso de una cesación de pagos. La política tampoco da buenas noticias a Milei. El principal candidato de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, reconoció, obligado por las evidencias, que había recibido 200.000 dólares de un empresario preso por narcotráfico cuando intentó ser presidente, sin éxito, en 2019. El viernes por la noche, Espert se reunió con Milei cuando arreciaban los rumores de un inminente paso al costado. “No me bajo nada”, desafió el candidato en las redes sociales, un mensaje que el presidente respaldó con un reposteo.
El cambio de ciclo político abruma a Milei. Hace solo unos meses, se jactaba ante los “mandriles” de la oposición de que su plan de superávit fiscal y emisión cero había acabado para siempre con la inflación en Argentina. Los datos acompañaban su relato: del 25% mensual registrado en enero de 2024, el IPC cayó a menos del 2% en agosto. Pero el modelo empezó a mostrar signos de agotamiento ante la imposibilidad del Banco Central de acumular reservas. El temor de una cesión de pagos cundió entre los inversores, que comenzaron a vender sus posiciones de deuda argentina. Se derrumbaron los bonos y el Gobierno debió desprenderse en solo tres días de 1.100 millones de dólares para sostener al peso con vida. A ese ritmo, la caja estaría vacía en pocas semanas, incluso antes de la cita electoral. Cuando la caída parecía inevitable, llegó Donald Trump como bombero.
El ministro de Economía de Milei, Luis Caputo, viajó este fin de semana a Washington para apurar la ayuda de Trump. Hace dos semanas, el secretario del Tesoro, Scot Bessent, prometió a Argentina un swap (intercambio de monedas) de 20.000 millones de dólares, un crédito sin fecha ni monto y hasta la posibilidad de que Estados Unidos compre bonos de la deuda.
La convicción de que bastaría con una promesa de apoyo para calmar a los inversores chocó con la realidad. El problema del anuncio fue que, sin demasiada claridad, lo condicionaba a un triunfo de la ultraderecha en octubre. ¿Y si, en cambio, gana el peronismo, como ya lo hizo en las elecciones locales del 7 de septiembre en la poderosa provincia de Buenos Aires? La confianza en Argentina siguió por los suelos. Las turbulencias económicas siguieron y fue necesario recalcular.
Fue otra vez Trump el salvador. Milei anunció como un triunfo épico una reunión con el republicano en el Salón Oval agendada para el próximo 15 de octubre. Será el viaje número 13 del argentino a Estados Unidos, pero el primero que tiene como objetivo un cara a cara oficial con su principal aliado.
La gira de Caputo forma parte de la misma estrategia de auxilio. La economía argentina no resiste hasta las elecciones sin oxígeno prestado y la ayuda deberá llegar antes de lo previsto. El jueves pasado, Bessent dijo que esperaba que la visita del ministro argentino sirviese “para avanzar significativamente con discusiones en persona”. El Fondo Monetario Internacional (FMI) está especialmente interesado en que el respaldo del Tesoro no sea solo una palmada en el hombro, como hasta ahora. Argentina le debe más de 40.000 millones de dólares del crédito que dio a Mauricio Macri en 2018 y ahora otros 20.000 millones que le entregó a Milei en abril pasado. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo el viernes que había discutido con Bessent sobre “los amplios planes de asistencia financiera de Estados Unidos”.
Aun no queda claro que pide Estados Unidos a cambio de su generosidad. Habrá cuestiones técnicas, sin duda, como que Argentina devuelva el swap que tiene con China para quitar poder de fuego a Pekín en Sudamérica. Pero también las habrá políticas. Milei ha aplicado una estrategia de tierra arrasada con la oposición, convencido de que no la necesitaba para gobernar. Rompió con los gobernadores que lo apoyaron en el primer tramo de su mandato, archivó su relación con el expresidente Mauricio Macri y desatendió el armado de las listas electorales de su partido porque su nombre bastaba para que “la libertad arrase” en las urnas. Está ahora desandando camino.
Para reconstruir puentes con los gobernadores, Milei resucitó el ministerio de Interior que él mismo había cerrado. Con Macri se reunió el viernes en la residencia de Olivos y consiguió su apoyo, aunque será recién partir del 26 de octubre. Con el plan electoral no ha tenido tanta suerte. El presidente está empecinado en mantener como primer candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires a Espert, de probados vínculos con Federico Machado, un empresario de la aviación que Estados Unidos pretende juzgar por traficar cientos de kilos de cocaína hacia ese país. Machado resiste desde 2021 su extradición gracias al asesoramiento judicial del abogado Francisco Oneto, el mismo que patrocina a Milei en la causa $Libra, la criptomoneda que promocionó el presidente y resulto ser una monumental estafa.
José Luis Espert se niega a renunciar a su candidatura. El jueves por la noche, reconoció mediante un video grabado haber recibido 200.000 dólares del narcotraficante como pago por una asesoría en una mina de su propiedad en Guatemala. Ya había reconocido antes que durante la campaña para presidente de 2019 usó “en algunas ocasiones” el avión privado de Machado —la investigación judicial contó 34—. El candidato de Milei dijo ahora en su defensa que no sabía a qué se dedicaba su mecenas. Milei lo respaldó con el argumento de que las denuncias son una “inmunda y burda operación montada por el kirchnerismo”.
El candidato sigue por ahora en su puesto, incluso contra la opinión de ministros del Gobierno que temen que la elección en Buenos Aires sea un desastre. El problema de la ultraderecha es que no tiene un plan alternativo que convenza. Detrás de Espert en la papeleta provincial está Karen Reichardt, una actriz que tuvo cierta fama en el cine de comedia en los años noventa sin experiencia política alguna. Milei pidió personalmente que Reichardt tuviese un sitio destacado como candidata de la Libertad Avanza porque adora el programa sobre cuidado de mascotas que conduce en la televisión pública. Y todos saben del amor que el presidente tiene por los perros.