“Estafadores” y “traidores”: Milei relanza su guerra contra “la casta” tras una fallida subida de salarios en el Congreso

Los senadores argentinos dan marcha atrás con un aumento de sus dietas tras la arremetida del presidente ultra

Javier Milei habla en un evento empresarial en Buenos Aires, Argentina, en 2024.Agustin Marcarian (REUTERS)

Que “no hay plata” y que “el ajuste lo tiene que pagar la casta política” son dos frases que Javier Milei ha repetido sin cansarse y que hacen cortocircuito cuando se conocen gastos millonarios o injustificados de su Gobierno. Por tercera vez desde que asumió el presidente ultraderechista, en Argentina ha estallado un escándalo en torno a los sueldos de los legisladores nacionales. La Cámara de Senadores dispuso un aumento que llevaría los estipendios a unos nueve millones de pesos mensuales brutos (unos 9.300 dólares, al cambio oficial). La cifra equivale a 33 veces un sueldo mínimo, hoy fijado en 268.056 pesos. La decisión despertó un fuerte rechazo social y Milei acusó a los miembros del cuerpo que encabeza su vicepresidenta, Victoria Villarruel, con quien mantiene una tensa relación, de ser “estafadores” y de haber perpetrado “una traición al pueblo argentino”. Finalmente, los senadores anunciaron que renunciarán al incremento.

El fallido aumento se había aprobado este lunes. Las dos Cámaras del Congreso, las de Diputados y Senadores, acordaron con los sindicatos estatales mejorar los salarios de los trabajadores parlamentarios en un 6,6%. A diferencia de la Cámara baja, la de Senadores conserva vigente una “ley de enganche” que replica en los bolsillos de sus miembros los aumentos percibidos por el personal legislativo.

En la misma noche del lunes, Milei se despachó contra la medida desde sus redes sociales. “Expreso mi máximo repudio al vergonzoso aumento de sueldo que acaba de ocurrir en la Cámara de Senadores. Hace poco se habían aumentado el sueldo a siete millones de pesos pero parece que no les alcanza: hoy se aumentaron el sueldo a nueve millones”, señaló. Mencionó “la catástrofe económica” que sufre el país —la atribuyó al Gobierno anterior— y afirmó que, en el actual contexto, el incremento “es más que una burla, es traición al pueblo trabajador. Una vez más, la casta política se niega a soltar sus privilegios mientras el pueblo sufre las consecuencias”. También repudió a “cada una de las firmas que dieron lugar a este despilfarro a favor de los políticos y en contra de los argentinos”. Este martes agregó otra consideración sobre los senadores: “Son unos estafadores”.

Las palabras de Javier Milei resonaron en el marco de su sorda disputa con Villarruel. Las diferencias entre ambos, respecto de distintos temas, son públicas y la vicepresidenta se ha ausentado en los últimos actos oficiales que iban a compartir; incluso no estuvo este martes en la reunión de Gabinete de ministros.

“Si la doctora Villarruel podría haber hablado o no con los 72 senadores con quienes convive todos los días de su vida es un tema que le tienen que preguntar a ella”, dijo en conferencia de prensa el vocero del presidente, Manuel Adorni. Aunque insistió en que la titular del Senado no es legisladora, por lo que no cobra el aumento, el funcionario planteó: “Por qué no se pudo frenar o que no pase este escándalo corre por cuenta del Poder Legislativo”.

Villarruel intentó, primero, desligarse del conflicto. “Es facultad de los senadores desengancharse o no de las paritarias de los trabajadores [del Congreso]. Yo solo decido sobre las paritarias a los empleados”, remarcó en sus redes sociales. Pero horas después cambió de estrategia y dejó en claro que, de alguna manera, podía intervenir. La vicepresidenta convocó a una sesión especial del Senado el próximo jueves, para que los legisladores “debatan sobre el aumento de sus sueldos”, sostuvo. “De frente y en forma pública. Nominalmente y exponiendo sus posiciones. Así terminamos con las sobreactuaciones que parasitan a la política argentina y que nos tienen angustiados a los argentinos”, agregó. En rigor, formalmente, la convocatoria es para tratar dos proyectos diferentes que ya estaban presentados y a los que hasta ahora no había llamado a debatir.

Entre una y otra respuesta de la vicepresidenta, los diferentes bloques del Senado ya habían anunciado un acuerdo para declinar la percepción del aumento.

Los sueldos de los legisladores nacionales son motivo de recurrente controversia desde que asumió Milei, hace nueve meses. En febrero, siguiendo el acuerdo salarial del personal parlamentario, tanto los diputados como los senadores aprobaron un incremento del 30%, que llevaría entonces sus ingresos a más de dos millones de pesos mensuales. Aunque el oficialismo defendió inicialmente la medida, el creciente rechazo social derivó en la decisión de dar marcha atrás, que incluyó la eliminación de la “ley de enganche”. El asunto volvió a estallar el 18 de abril, cuando la Cámara alta votó a mano alzada una mejora del estipendio de los senadores y restableció el enganche con los sueldos del personal del Congreso: con la modificación de algunos de los componentes salariales, los ingresos pasaban a rondar los seis millones de pesos en bruto, sin contar adicionales. Hubo otro escándalo, pero no marcha atrás.

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