La inflación mensual en Argentina se desacelera en octubre hasta el 8,3%

El Gobierno difunde datos del IPC menores a los de agosto y septiembre a una semana de la segunda vuelta presidencial. La inflación interanual alcanza el 142,7%

La inflación en Argentina alcanzó el 8,3% en octubre y el 142,7% interanual, 4,4 puntos más en que el acumulado del mes anterior. Si se miden desde enero, los precios han subido un 120%, el porcentaje más alto de América Latina después de Venezuela. Las cifras, sin embargo, han sido una buena noticia para el Gobierno del peronista Alberto Fernández. Tras dos meses con una inflación por encima del 12%, ha celebrado una desaceleración más pronunciada de lo esperado c...

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La inflación en Argentina alcanzó el 8,3% en octubre y el 142,7% interanual, 4,4 puntos más en que el acumulado del mes anterior. Si se miden desde enero, los precios han subido un 120%, el porcentaje más alto de América Latina después de Venezuela. Las cifras, sin embargo, han sido una buena noticia para el Gobierno del peronista Alberto Fernández. Tras dos meses con una inflación por encima del 12%, ha celebrado una desaceleración más pronunciada de lo esperado cuando faltan solo seis días para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Contener la inflación es un asunto especialmente relevante para el candidato del peronismo, Sergio Massa, que como ministro de Economía prefiere evitar la difusión de datos antipáticos durante la campaña.

La subida del IPC fue especialmente alta en comunicaciones (12,6%), prendas y calzado (11%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (10,7%). Los alimentos, el rubro que más impacta en las clases medias bajas y bajas, estuvieron apenas por debajo del promedio, con un 7,7%. La subida en el costo de la vivienda se mantuvo en el 7,8%. La disparada de los alquileres, que ya cotizan en dólares, no se vio reflejada en toda su magnitud por el congelamiento de las tarifas de los servicios de luz, gas y agua, que suman en el mismo rubro. El arranque del mes estuvo marcado por las remarcaciones de los alimentos por el fin de acuerdos sectoriales que mantenían planchados los precios de productos clave como la carne. Hubo también subidas en los combustibles, un rubro que termina impactando en el resto de los sectores de la cadena productiva.

La inflación mensual argentina saltó del 6,4% por en julio hasta el 12,4% en agosto y el 12,7% en septiembre, culpa de la devaluación del 18% que el Banco Central aplicó sobre el peso al día siguiente de las elecciones primarias obligatorias celebradas el 13 de agosto. Sergio Massa, el ministro candidato, había quedado tercero, por detrás de la conservadora Patricia Bullrich y el ultraderechista Javier Milei, y la devaluación del peso ya se daba por descontada incluso antes de esos resultados desalentadores para la Casa Rosada. La caída del valor de la moneda se trasladó de inmediato a precios y el IPC marcó cifras récord durante dos meses seguidos. Octubre reflejó la desaceleración de esa inercia inflacionaria, aunque el 8,3% difundido este lunes es el cuarto más alto de la tira anual.

La inflación es desde hace años el tema que más preocupa a los argentinos, por encima incluso de la inseguridad o la corrupción. Controlarla será el principal desafío del próxima Gobierno, cualquiera sea. Massa, artífice de la actual disparada, la achaca a los efectos de la peor sequía en 40 años, que retrajo el ingreso de divisas por exportaciones del campo en más de 20.000 millones de dólares. En el relato oficial entra también el acuerdo de refinanciación de la deuda de 44.000 millones de dólares contraída por el Gobierno de Mauricio Macri ante el Fondo Monetario Internacional. Para el ultra Javier Milei, el rival de Massa en la segunda vuelta, la culpa no la tienen ni la sequía ni el FMI, sino la emisión descontrolada de moneda, tanto que en su plataforma electoral promete “aniquilar” la inflación “dinamitando” el Banco Central.

Massa y Milei se enfrentaron el pasado domingo en el último debate presidencial antes de las elecciones. La inflación, sin embargo, apenas estuvo en las discusiones. El candidato peronista se las ingenió para evadir el asunto, su punto más débil en la campaña. Milei dejó pasar la oportunidad de atacar al peronista, enfrascado como estaba en responder las preguntas que su rival le disparaba a repetición. Al final del día, los argentinos no se enteraron de las estrategias de los contendientes para controlar la subida de los precios.

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