Vertiginosidad en la incertidumbre
Un día cualquiera, fruto del azar del calendario, puede ser una jornada en la que decisiones de seres humanos en lugares muy distintos tengan impacto en grandes colectividades en su andadura futura fuera de la lógica de lo predecible
Hay momentos en que todo lo que acontece parece cobrar un ritmo trepidante. Un suceder acelerado que supone la apertura de un escenario de incertidumbre donde la política se embarra. Pero ¿no es esa, por definición, la arena donde se lidia el conflicto público?, ¿no es el ritmo agónico de la partitura la que en definitiva constituye la sinfonía en la que canturrea el poder?, ¿no son las secuencias de imágenes ofrecidas de forma ultra rápida las que proyectan la película del paroxismo de la danza de la competición social?
Un día cualquiera, pongamos el 9 de octubre de 2025. Las galeradas...
Hay momentos en que todo lo que acontece parece cobrar un ritmo trepidante. Un suceder acelerado que supone la apertura de un escenario de incertidumbre donde la política se embarra. Pero ¿no es esa, por definición, la arena donde se lidia el conflicto público?, ¿no es el ritmo agónico de la partitura la que en definitiva constituye la sinfonía en la que canturrea el poder?, ¿no son las secuencias de imágenes ofrecidas de forma ultra rápida las que proyectan la película del paroxismo de la danza de la competición social?
Un día cualquiera, pongamos el 9 de octubre de 2025. Las galeradas de los medios de comunicación de diverso cuño especulan que en el seno del combate en el que occidente confronta a occidente Donald Trump puede ser nominado premio Nobel de la Paz por su intervención postrera en un conflicto de viejo cuño que ha derivado en un atroz genocidio. La economía argentina espera la generosidad del amigo americano para paliar el momento agónico en el que una vez más parece abocarse. Dina Boluarte, presidenta de Perú, puede vacar en su cargo habida cuenta de la impredecibilidad del Congreso del país sumido en un ambiente de violencia aguda.
Los ecos de todo ello se proyectan durante un manojo de horas y empatan, con una querencia explicitada por quien desea imponer, en los dos primeros casos, unas insólitas relaciones de vasallaje. En el entramado de ideas, soflamas, provocaciones y exabruptos que invaden el escenario hay una coherencia inequívoca con lo que está ocurriendo en las calles, pero a diferencia de otros momentos en la historia, estas también son de las de ciertas ciudades estadounidenses.
Sin embargo, el Comité noruego ha tomado su decisión en favor de que el Premio Nobel de la Paz recaiga en María Corina Machado. La galardonada es una mujer que vive en la penumbra de la clandestinidad asediada por un régimen autoritario. Es la líder de un movimiento opositor que ganó unas elecciones presidenciales hace quince meses cuyo resultado nunca fue reconocido por el gobierno de facto venezolano. Un país que fue modélico y que se encuentra en un tipo de guerra diferente, en el que la confrontación ha conllevado a vivir un cuarto de su población fuera y donde los desaparecidos y los asesinatos ensombrecen aun más el panorama carcelario de quienes sufren persecución política. La comunicación oficial desde Oslo en el marco de una sorda confrontación con el inquilino de la Casa Blanca sorprende por su preclara opción.
Después de cuatro días de negociaciones en Washington, iniciadas al alimón del espectáculo musical de rock orquestado el 6 de octubre en el que el presidente Javier Milei fue el atrabiliario protagonista acompasando la presentación de un nuevo libro suyo, el secretario del Tesoro de Estados Unidos anunció la compra directa de pesos por valor de 20.000 millones de dólares depositados en el Banco de Santander. La vertiginosa acción salvadora para con la liquidez de la economía argentina vino a suponer un balón de oxígeno a la decaída posición política del Gobierno frente a la cita electoral del próximo día 26 cuando se renovará parcialmente el Congreso. Afectados el presidente Milei y su proyecto político por la derrota en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires del 7 de septiembre y bloqueada buena parte de su actuación por un Congreso Nacional donde la oposición tiene mayoría la ayuda incondicional estadounidense constituye un indudable espaldarazo al cambiar las expectativas y aplacar la tensión de los mercados que asolaban al país. Milei, agradecido, vuelve a reunirse en la Casa Blanca con Trump el día 14 para seguir evaluando la inversión en Argentina de una cantidad de capitales “sin precedentes” ahora condicionada a un resultado favorable en los comicios del día 26, mientras que Estados Unidos prosigue su accionar para sacar a China de la Argentina.
Una reunión más del cuerpo legislativo en Perú donde la inestabilidad política es condición habitual. La presidenta Boularte ha sido sometida a vacancia política que en cuestión de horas la ha depuesto “por incapacidad moral” eligiendo a un nuevo presidente. Durante casi tres años ha sabido mantener un ingenioso equilibrio apoyada por fuerzas políticas heterogéneas, pero ajenas al sentir electoral que en su momento la llevaron al poder junto con Petro Castillo de quien fue vicepresidenta. José Jerí, hasta entonces presidente del Congreso, será el nuevo presidente hasta que se convoquen las correspondientes elecciones presidenciales dentro de seis meses. Mientras tanto, la movilización en las calles, sobre todo de sectores jóvenes autoproclamados como la generación Z, y la inseguridad que se ha intensificado con recientes masacres, la última perpetrada en un atentado contra una banda de cumbia, acompasan al vertiginoso movimiento del Congreso que concluyó pasada la media noche del día 9 y que supone una pieza más en el seno de la banalidad que acecha a la política del país desde hace lustros. El fujimorismo, así como el grupo conservador de Renovación Popular, liderado por Rafael López Aliaga, alcalde de Lima y posible candidato presidencial, fueron decisivos tanto en el apoyo legislativo que recibió Boluarte durante su gobierno a cambio de no convocar las prometidas elecciones tras la salida de Castillo, como en su atropellada caída al retirarle su confianza.
El vértigo contribuye a diluir la razón que queda detrás, somnolienta; el pavor frente a las decisiones aceleradas tomadas por quienes tienen poder produce también monstruos que afectan a las personas en su quehacer cotidiano. Un día cualquiera, fruto del azar del calendario, puede ser una jornada en la que decisiones de seres humanos en lugares muy distintos tengan impacto en grandes colectividades en su andadura futura fuera de la lógica de lo predecible. La política, como casi siempre, se sumerge entonces en la incertidumbre acuciada por patrones de irracionalidad propios de una época de supuesta predictibilidad del comportamiento humano, aunque quizá eso solo sea patrimonio de una minoría.