El hartazgo social y político moviliza a los jóvenes de Perú contra el Gobierno interino
La marcha impulsada por la generación Z inicia como una manifestación pacífica y finaliza con disturbios entre un grupo y la Policía. El mandatario de transición, José Jerí, se acercó a la protesta
Lo que comenzó como una manifestación pacífica en diversos puntos de Lima se convirtió este miércoles por la noche en un choque violento entre un grupo de manifestantes y los agentes en el centro de la capital. Hacia el anochecer, la Policía intentó replegar a la multitud en la avenida Abancay, frente al Congreso, lo que provocó enfrentamientos con los ciudadanos. Poco después, un grupo de manifestantes prendió fuego a varios objetos. Desde ese momento, los choques continuaron y fueron a peor.
Hacia el final de la manifestación, tras los disturbios, el presidente interino, José Jerí, se acercó a la zona donde se encontraban los policías heridos. Minutos antes, había publicado en X: “Un grupo reducido pretende alterar la voluntad pacífica de quienes hoy han salido a las calles para expresarse. Ese comportamiento solo busca el caos y violencia en nuestro país”.
El descontento social y político en el Perú no se disipa. La vacancia de Dina Boluarte no calmó a la ciudadanía, y la elección de Jerí, tampoco. El nombramiento del nuevo Gabinete ministerial, liderado por Ernesto Álvarez —quien ha criticado con virulencia a los manifestantes de la generación Z, hasta compararlos con terroristas en las redes sociales—, menos. Así, este miércoles se ha desarrollado una marcha nacional, en todo el país, que pide, entre otros reclamos, un cambio en el Gobierno, acciones claras contra la extorsión y el sicariato y la lucha contra la clase política corrupta.
Los ciudadanos que llegaron a manifestarse de forma pacífica lo hicieron en diversos puntos de Lima con representaciones teatrales en la calle, bailes y batucadas. Un grupo llevaba girasoles como símbolo de paz, y otro un violín de enormes dimensiones, haciendo referencia a la acusación por violencia sexual que pesa sobre el presidente. A la marcha se sumaron colectivos de artistas, bloques universitarios, jóvenes, asociaciones feministas, organizaciones regionales y más. Junto con los artistas, la reconocida cantante de música peruana Susana Baca, de 81 años, se hizo presente para alzar su voz.
El grueso de la manifestación fue convocado por la generación Z —con el símbolo de una calavera sonriente con un sombrero de paja del anime japonés One Piece— y los colectivos juveniles. En un inicio, la movilización iba a ser un paro nacional, pero la asociación de transporte urbano formal de Lima decidió no acatarlo luego de llegar a un acuerdo con el Ejecutivo.
Entre pancartas que pedían el cierre del Congreso y justicia para los muertos durante las protestas del 2023 contra Dina Boluarte, Alejandro Revilla, un joven de 35 años y miembro del colectivo Jóvenes Líderes para el Perú (JLP), expresó que uno de los principales reclamos es la dimisión de Jerí y una nueva mesa directiva en el Congreso. “No podemos permitir que el presidente Jerí, que tiene denuncias por corrupción y también denuncias por violación nos represente”, explica.
Contó, además, que su colectivo recién se formó en septiembre, con las marchas por la reforma de la Ley de Pensiones. Ahí encontraron un grupo de jóvenes interesados en participar de movimientos sociales y desde entonces han salido a marchar con cada convocatoria. “Estábamos impulsados por la generación Z que hubo en Asia, en Nepal, en Indonesia. Entonces la generación de acá dijo: ‘si ellos lo están haciendo nosotros también podemos hacerlos acá’”, agrega.
Parte de lo que denuncian los jóvenes es un “pacto mafioso” entre el Congreso y el Ejecutivo. Aluden a los partidos políticos que, durante los últimos dos años, sostuvieron a Dina Boluarte en el poder —a pesar de su desaprobación superior al 95%— y promovieron, según señalan, leyes que favorecen la impunidad y la criminalidad. Ahora, con las elecciones a la vista y en un intento por distanciarse de la mala opinión pública, esos mismos grupos optaron por destituirla y colocar en su lugar a Jerí.
Lima ha concentrado la manifestación más grande, pero las marchas se han realizado en la costa, sierra y selva, en ciudades como Arequipa, Puno, Huancavelica o Trujillo; la mayoría completamente pacíficas. De todas formas, muchas personas han acudido con miedo a manifestarse. Paula Alegre, de 18 años, contó que sus padres no le permitían acudir a la manifestación, pero ella logró convencerlos al ir con una amiga y su tía. “Les dije que si no me daban permiso, igual vendría. Es injusto todo lo que está pasando”. “Vengo asistiendo a todas las manifestaciones desde septiembre. Todas las convocatorias las veo por redes sociales, en Instagram”, dice.
Muchos de los jóvenes se han organizado por redes sociales para acudir a marchar. Diversos usuarios, entre ellos artistas e influencers, coordinaron a través de redes sociales puntos de encuentro y promovieron la organización en grupos para asistir a la manifestación de forma más segura. Otros usuarios se concentraron en dar consejos de seguridad: llevar a la calle mascarilla anti gas, pañuelos y vinagre para evitar la picazón del gas pimienta, compartir ubicación en vivo o tener el DNI a la mano. Sobre todo, nunca quedarse solos.
Hay quienes prefirieron organizar grupos en otros puntos de Lima ajenos al centro para evitar exponerse al riesgo. Esta convocatoria nacional ha despertado recuerdos del 2020, cuando Manuel Merino fue elegido —en la misma condición que Jerí— y las calles se encendieron. Merino duró solo cinco días en el cargo, pero dos jóvenes fueron asesinados en las manifestaciones, así como varios heridos. Y las últimas manifestaciones en Perú dejan la experiencia de la violencia policial y los enfrentamientos entre los manifestantes.
Pese a los esfuerzos, la manifestación se tornó violenta cerca de las siete de la tarde. No por los propios manifestantes que desde horas antes habían pronunciándose pacíficamente, si no por un grupo específico de personas que atacaron a los policías, buses del transporte público y parte del mobiliario de la ciudad. Al comenzar los enfrentamientos, la Policía había cerrado todas las calles transversales a la avenida central donde se encontraban los manifestantes, por lo que impidieron todas las vías de salida cuando se aglomeraba la gente y cuando lanzaban los gases lacrimógenos. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos ha publicado: “En una marcha con miles de personas, donde participan jóvenes, adolescentes y adultos mayores, cerrar los accesos y usar gases lacrimógenos agrava el riesgo y pone en peligro la integridad y la vida de la gente”.
Hacia las diez de la noche, la Defensoría del Pueblo cifraba en 38 personas afectadas entre civiles y efectivos policiales. “Condenamos la violencia desmedida ejercida por parte de un grupo de manifestantes en agravio de 27 efectivos policiales, cuya conducta desnaturaliza el legítimo derecho a la protesta”, publicó en X.
Lenin Tamayo cantante de 25 años y fundador del grupo Quechua Pop apareció frente al Palacio de Justicia para sumarse a la marcha. Entre saludos y abrazos de sus fans, Tamayo explicó que acudió a la manifestación, especialmente, por las decenas de muertes durante las protestas contra Boluarte en el sur del país y el hartazgo de la clase política. “Cantar en quechua en el Perú es un acto político”, dice y agrega: “No podemos ver la cultura como un decorativo; un artista no solo canta y entretiene, sino que es la conciencia del pueblo”.