La oposición venezolana busca una movilización mundial en las calles para intensificar la presión sobre Maduro
María Corina Machado ha convocado concentraciones en todo el país y en más de 350 ciudades bajo el lema: “Que el mundo vea, actas en mano, que no nos dejamos robar”
La oposición venezolana se ha mantenido movilizada después de las elecciones presidenciales y este sábado vuelve a la calle para reclamar que se reconozca la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia, según los resultados de más del 83% de las actas que han sido recogidas por sus testigos. Los críticos al presidente Nicolas Maduro han dosificado las manifestaciones de calle ante la respuesta violenta de las fuerzas de seguridad que, en las protestas posteriores a los comicios, dejaron más de 2.000 detenidos y 25 muertos. Miles de venezolanos salieron a manifestarse en rechazo a la proclamación de Maduro como ganador sin que el Consejo Nacional Electoral (CNE) haya presentado los resultados mesa por mesa que validen ese resultado. Este sábado, los líderes opositores han insistido en que acompañarán la indignación de sus electores para ejercer una presión que consideran clave para que se reconozca el resultado.
La movilización de este sábado medirá si los venezolanos todavía están esperanzados de que pueda lograrse el cambio político que la mayoría pedía en las encuestas previas a los comicios. La concentración se realizará en la avenida Francisco de Miranda, una de las más grandes de la ciudad, cerca de Petare, el barrio más poblado de América Latina. La oposición ha pedido a la gente que lleve impresa el acta de resultados de su mesa de votación, descargable desde la página web en la que lograron subir los documentos con los que intentan demostrar que el CNE supuestamente ha permitido que Maduro se robe las elecciones. “Que el mundo vea, actas en mano, que no nos dejamos robar”, es la consigna para este sábado.
La oposición ha apalancado la convocatoria con los venezolanos en exterior. Están planificados encuentros en más de 350 ciudades que han sido lugar de destino de los más de 7,5 millones de venezolanos que se han visto obligados a abandonar su país en los últimos años por la profunda crisis económica y humanitaria por la que ha pasado su país. La mayoría de ellos son opositores. Para lograr organizar las marchas, esta semana la líder María Corina Machado ha tenido una intensa jornada de directos de Instagram y entrevistas con influencers venezolanos en todo el mundo para usar sus plataformas digitales para amplificar su llamado en el exterior, donde busca mover más apoyos que presionen para que Maduro acepte iniciar una negociación para una transición pacífica. En todos los estados de Venezuela también se ha llamado a la gente a concentrarse. La movilización que logre también será una medida del impacto que ha tenido la política de persecución y represión desplegada en las últimas semanas, en las que se han denunciado varios episodios en los que la policía revisa los teléfonos de la gente en la calle en busca de videos de protestas o contenido que puedan consideran que es contrario al Gobierno. Muchas ciudades del país, incluida la capital, no se han recuperado todavía del sopor de la jornada electoral y sus días de furia siguientes. Hay una especie de toque de queda no decretado que lleva a los negocios a cerrar más temprano y a la gente a evitar estar en la calle. Los ciudadanos dicen tener miedo. Se espera, sin embargo, que Machado esté en la concentración como lo estuvo en la última que se hizo en la avenida principal de Las Mercedes. Desde hace dos semanas, informó que se había resguardado, al igual que Edmundo González Urrutia, que no ha hecho apariciones públicas junto con sus votantes desde el 30 de julio.
Han pasado casi veinte días desde que Venezuela entrara en este nuevo conflicto, en el que el Gobierno de Nicolás Maduro lucha por legitimarse en medio de sospechas de fraude que han llevado a gran parte de la comunidad internacional a tomar cautela sobre el reconocimiento de su reelección para un tercer período. La oposición se mantiene haciendo pulso para defender el triunfo que González Urrutia asegura tener según las actas oficiales que recogieron la noche de la votación sus testigos electorales e iniciar un traspaso de poder.
El chavismo también se moverá y lo hará en su recorrido habitual desde el final de la avenida Libertador hasta el Palacio de Miraflores, donde Maduro hizo encuentros con sus seguidores a diario la semana después de las elecciones. Pero más allá de la calle, Maduro ha llevado el conflicto por los resultados al Supremo, que controla como todo el aparato institucional. En este terreno se han producido avances, pese al rechazo de la oposición, que insiste en que la autoridad electoral publique los resultados mesa a mesa y muestre las actas oficiales y las papeletas de votos que posee. Esa omisión es la que más sospechas ha puesto sobre la supuesta la victoria del líder chavista el 28 de julio, como han señalado los informes del Centro Carter y el Panel de Expertos de la ONU, además de gran parte de la comunidad internacional.
Este viernes, el canal estatal VTV difundió imágenes de un grupo de expertos —que no han sido identificados— abriendo las cajas consignadas por CNE y 33 de 38 organizaciones políticas con actas y documentos de la jornada de votación. De esa evaluación, el máximo tribunal emitirá una sentencia sobre el asunto en los próximos días. Un dictamen que países como Brasil y México, que están mediando por una salida al conflicto venezolano, están esperando.
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